Cierro mis ojos por menos de un segundo, presiono mis labios mientras me tiemblan las manos, las paredes blancas que me rodean en el cuarto del hospital me entregan una sensación de soledad que no me gusta tener.
– Estamos listos Jersey – Dice el doctor cuando regresa a su oficina – Tengo buenas y malas noticias.
– ¿Qué sucede? – pregunto, miro el reloj y veo que estoy llegando tarde al trabajo, me he escapado del Colegio un poco antes para venir al hospital, pero ese tiempo extra no sirvió de nada ya que los exámenes que debía hacerme fueron más largos de lo que esperaba.
– La buena noticia, es que he logrado contactarme con un gran amigo mío de la ciudad y él tiene una maquinaría excelente para hacerte los exámenes que te faltan.
– ¿Y las malas noticias? – pregunto mientras me tiembla un poco la voz, mi teléfono comienza a sonar, le debo cortar la llamada a Ian – Lo siento – le digo al Doctor guardando el teléfono en mi bolsillo otra vez, de seguro él quiere saber cómo me ha ido, hace casi un mes que sabe lo de mi enfermedad y él con sus Padres han sido tan amables y preocupados por mí, que me siento en deuda con ellos.
– La medicina que estás tomando no nos está funcionando Jersey, tendremos que cambiarla por otra más fuerte.
– ¿Esa es la mala noticia? – Nueva medicina, puedo vivir con eso.
– Bueno... sobre lo de los exámenes que podrías hacerte con mi amigo de la ciudad, aún no he llegado a tener una fecha asignada, pero si... si necesito que te quedes en la ciudad por al menos dos semanas, ¿Tienes donde quedarte?
– Mis abuelos viven en la ciudad – susurro – Tal vez pueda quedarme con ellos.
– Pues eso sería genial, pero no hablemos más de eso al menos hasta que consiga una fecha para los exámenes, ¿De acuerdo?
– Bien – agrego, el doctor asiente y en un papel me escribe la nueva medicina que debo comenzar a comprar, siguen siendo dos frascos igual que antes, no es tan grande el cambio como esperaba.
– Te estaré llamando Jersey – Dice el Doctor cuando me pongo de pie.
– Muchas gracias – le respondo, salgo del hospital y respiro aire fresco, cierro mis ojos, los abro delicadamente y luego comienzo a caminar hacia el restaurant, llego atrasado, pero Ian me ha cubierto así que Bruno no se ha enterado.
– ¿Cómo te fue? ¿Te dijo que estás bien? ¿Algún cambio? ¿Algo malo ocurrió?
– ¡Me llenas de preguntas! – Digo frustrado con una carcajada – Solo me cambió la medicina, lo demás no tiene importancia.
– Okay, solo la medicina, eso no es malo, se puede vivir con aquello.
– Eso mismo pienso yo – le sonrío, Ian me regresa la sonrisa y luego vuelve a su puesto de trabajo, una vez que termina el turno, salgo agotado ya que es viernes y usualmente el horario de trabajo se extiende y todo eso.
Cansadísimo, me subo en la motocicleta de Ian, él comienza a conducir hacia mi casa.
– ¿Tu Padre aún está en tu casa? – pregunta Ian.
– Si – respondo – Sigue allí y lo estará todo el fin de semana.
– Será mejor que no te deje frente a tu casa, no quiero que tengas problemas.
– Bien, te lo agradezco – Ian no dice nada más y se detiene a dos cuadras de mi casa, me bajo de su motocicleta mientras él se quita su casco y se desordena el cabello.
– ¿Vas a mi casa mañana? – Pregunta él – Tenemos que terminar el trabajo de ciencias.
– Claro, a las 6:30 estoy allí.
– Bien, nos vemos mañana entonces.
– Nos vemos – Ian vuelve a conducir su motocicleta y desaparece, yo entro a mi casa y me topo a mi Padre cuando caminaba a beber agua.
– ¿Tan tarde que has llegado? – pregunta.
– Los viernes son así – digo con una mueca – Pero ya estoy aquí y me voy a dormir.
– De acuerdo, descansa – Mi Padre me lanza una sonrisa algo agotada y luego lo dejo de ver cuando me encierro en mi cuarto, me quedo acostado y me duermo pensando en los nuevos exámenes que debo hacerme, no puedo creer que todos mis ahorros se estén esfumando de una manera tan extrema, pero cada moneda que desaparezca, valdrá la pena en un futuro, estoy seguro de eso.
Me duermo un poco más tranquilo en comparación al día de ayer, estaba tan asustado por la realización de los exámenes, que terminé perdiendo el conocimiento casi a las 4 de la mañana, supongo que aquello me ayuda bastante, ya que ahora no me demoro mucho en dejar mis pensamientos de lado y dormirme.
Durante el sábado mi hermano disminuye su mal humor solo por la presencia de Papá, pero cuando debo decirles que tengo que salir a hacer un trabajo, ellos no se lo creen mucho pero salgo de casa con o sin el permiso de ellos.
Camino dos cuadras y Ian aparece.
– Esto es tuyo – él me lanza el casco de seguridad el cual guarda cuando Papá está en casa.
– Gracias – respondo mientras me sonrojo, me subo y lo abrazo para afirmarme.
– Sostente.
– Siempre – Ian conduce y no tardamos mucho en llegar a su casa, su Madre me besa en la mejilla y me saluda.
– Ian me dijo que en el doctor te ha ido relativamente bien, ¿Cómo ha sido eso? Ian no da detalles de nada.
– Pues me han cambiado la medicina por unas más fuertes y estoy a la espera del resultado de los exámenes.
– ¿Solo eso?
– Eso es lo importante – respondo con despreocupación, ella asiente y de sorpresa se le ilumina la mirada.
– ¡Adivina lo que tengo Jersey! – dice ella.
– ¿Coca cola zero? – pregunto riendo.
– ¡De tres litros! – grita ella.
– Mamá, vas a hacer que Jersey se vuelva gordo – agrega Ian con un quejido.
– Cállate – Le regaña ella mientras me lanza la Coca cola y la recibo, ella le da dos vasos de vidrios a Ian, le agradezco y con Ian caminamos hasta su cuarto. Nos encerramos allí mientras leímos un montón de papeles y nos acabamos la Coca cola en muy poco tiempo.
– Creo que ya está todo listo – dice Ian.
– Casi, solo escribe tu parte mientras yo termino de leer lo mío.
– Bien – Me meto mi lápiz entre los dientes y comienzo a mascarlo, me lo dejo en la boca cuando encuentro algo importante que Ian debe leer.
– ¿Tenemos información de esta mujer que tengo aquí? – le enseño la fotografía de mi libro a Ian, pero él no la mira, si no que se queda viéndome a mí – ¿Estás escuchándome? – le pregunto cuando me saco el lápiz de la boca, lo miro confundido, pero entonces Ian en silencio se acerca a mí y sube sus labios encima de los míos, me besa por al menos tres segundos, luego se aleja y nos quedamos viéndonos en silencio, nuestras miradas se juntan y poco a poco nos vamos acercando más y más hasta que nuevamente nuestros labios se vuelven a tocar.
Los labios de Ian acarician los míos, imito sus movimientos mientras él pasa despacio su palma por mi mejilla y sostiene mi rostro, nuestros cuerpos se acercan y ambos perdemos la respiración, nos alejamos pero volvemos a reunirnos tantas veces que pierdo la cuenta, el beso con Ian es tan desesperado que ninguno de los dos se puede detener.
Reacciono y me alejo de Ian asustado, nuevamente nos miramos pero esta vez me pongo de pie, trato de susurrar algo pero nada sale de mis labios, me giro y escapo de la casa de Ian, me alegro de no encontrarme a su madre, corro un par de calles, me detengo cuando termino agotado y levanto la mirada para ver el cielo, me acaricio el labio y sonrío.
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Sobre La Motocicleta
Novela JuvenilEl Padre de Jersey jamás les ha prestado mucha atención a sus dos hijos. Y Jersey solo acepta aquello, principalmente porque no tiene la valentía suficiente para subirle su tono de voz ni a su Padre o a su fastidioso hermano. Jersey se podría decir...