Capítulo 2

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Gabriela Ramírez no era la chica más interesante o la más divertida. A pesar de su corta edad y de lo linda que era, su vida era realmente aburrida. Estaba sentada en la sala de diálisis junto a otras personas con las cuales nunca hablaba, mientras ellos veían televisión o estaban demasiado entretenidos en su celular, ella leía, algo que no a muchos les parecía interesante. Algunos de los pacientes habían intentado antes tener una conversación con ella, para que el tiempo para ambos pasara mucho más rápido. Pero nadie parecía tener suerte con eso, Gabriela estaba más entretenida en sus libros que en cualquier cosa graciosa que pudieran decirle. Al poco tiempo las personas de cansaban de hablar sin ser escuchados, así es que simplemente se iban y regresaban a lo que ellos estaban haciendo. No era una chica grosera, pero a decir verdad, no estaba muy acostumbrada a hablar con...con casi nadie. Gaby tenía una rutina bastante aburrida, incluso para ella lo era. Se despertaba muy temprano, tomaba varios medicamentos, que ni siquiera tendría caso mencionarlos, después subía a su habitación a leer, escuchar música o ver por la ventana aquel chico que cada vez llegaba con un golpe nuevo, lo veía llorar pero por sus ataques de ansiedad podría llegar a ser la persona más tímida así es que nunca intento llamar su atención para hablar con él, e intentar consolarlo. Ahora que había regresado a la preparatoria, sus mañanas no eran las mismas, sin embargo, a la hora de salida su ruina comenzaba de nuevo. Su madre la llevaba a sus citas, algunos días a tomar sus diálisis, otros días con el cardiólogo, con el psicólogo o acompañaba a su única amiga a clases de guitarra.

Cuando el psicólogo la diagnostico con una fuerte depresión sus padres intentaron hacer todo para que saliera, la llevaron a grupos de ayuda con algunos otros chicos en su situación, (o al menos una parecida ya que ella parecía ser la única con tantas enfermedades juntas) intentaron varias cosas pero nada parecía servir. Después de que Arely la invitara a sus clases, Gabriela descubrió lo mucho que le gustaba la música y lo tranquila que se sentía al escucharla y ver a su amiga tocarla, se los comento a sus padres, que inmediatamente se negaron, si los grupos no ayudaron ¿Por qué la música lo haría?

XX: ¡Gabriela Ramírez! –Era una voz que le resultaba bastante familiar-

Gaby: Arely Téllez, acabas de interrumpir mi lectura

Arely: Lo siento. Solo quería acompañar a mi amiga. Igual puedo irme si quieres

Arely era la única amiga que tenia, sus padres eran amigos así es que se conocían desde que usaban pañales. No la veía muy seguido ya que sus papás eran muy sobreprotectores con ella y no salía más que a sus citas. Los únicos lugares donde podía verla era en las diálisis y las clases de la música, en donde no podían platicar mucho ya que Arely era muy dedicada en sus cosas y Gaby disfrutaba el simple hecho de verla tocar, algunas veces la visitaba en su casa, pero no seguido, a sus padres no les agradaba mucho la idea.

Gaby: No, quédate. Por favor

Arely: Sabía que me necesitarías

Gaby sonrió e hizo un espacio para que Arely se sentara a su lado, cuando esta lo hizo sintió el brazo de la más pequeña rodear su cintura y recargar su cabeza en su hombro. Era un abrazo, así eran los abrazos de Gaby, normalmente espontáneos. No abrazaba a mucha gente, no se sentía cómoda al hacerlo, Arely era la única persona que abrazaba sin una causa aparente. Arely correspondió el abrazo y beso la cabeza de su amiga.

Gaby: Mi vida es un asco –Dijo separándose de su amiga-

Arely: No, no lo es -Dijo viendola a los ojos-

Gaby: Claro que lo es. Solo date cuenta, la mayor parte de mi día estaré aquí, sentada sin poder hacer algo interesante...normalmente mi vida se resume en cosas aburridas. No hay nada bueno en mi vida

Arely: No todo es malo

Gaby: Pueden darte cuenta en mi historial médico. La gran mayoría de mi vida  está ahí...y todo es malo

Arely: Tú eres más que un historial médico Gabriela. El hecho de que tú estés aquí, me hace feliz. Y eso es realmente hermoso

Gaby: Te quiero Téllez y mucho –Dijo abrazando a su amiga-

Arely: Yo también...mucho más que tú, lo puedo asegurar –Dijo correspondiendo al abrazo-

Ambas se quedaron en silencio por un par de minutos, el único ruido que había en la sala era el que hacían las maquinas y el de la televisión y los celulares de los demás pacientes.

Arely: Y bien... ¿Qué hiciste hoy? ¿Hay algo nuevo que contarle a tu mejor amiga?

Gaby: Realmente sí. Pero no sé si quiero contárselo a mi mejor amiga

Arely: Vamos idiota tienes que decirme ¿Qué pasó?

Gaby: Hoy el chico de enfrente se dio cuenta que lo miraba

Arely: ¿Al que espías?

Gaby: ¡No lo espío! Me gusta mirar por la ventana...me hace sentir tranquila...

Arely: Sí, eso lo sé. ¿Puedes continuar?

Gaby: Bueno...él descubrió que lo estaba mirando y de inmediato me aparte de la ventana. Así es que me acosté y me puse a leer intentando ignorar que él seguía ahí. Después de un par de minutos o segundos, no sé, note que intentaba llamar mi atención, ya que estaba golpeando la ventana, sinceramente me asustó, el simple hecho de que un extraño intentara llamar mi atención da miedo. Me acerque y cerré la cortina, después mi mamá subió y las abrió, dijo que no le gustaba que estuviera encerrada y todas esas cosas que repite siempre...y vi que él seguía ahí

Arely: Eso es raro...

Gaby: Supongo que sí

Arely: Igual puedes intentarlo

Gaby: ¿Qué?

Arely: Sí ¿Por qué no hablas con él?

Gaby: ¿Estás loca? No lo conozco

Arely: Déjame informarte que si nunca hablas con él, jamás llegaras a conocerlo

Gaby: Mis papás no lo permitirían

Arely: Jamás dije que tus papás tendrían que saberlo –Dijo sonriendo a lo que Gaby hizo lo mismo y recargo su cabeza en el hombro de Arely, tomó su libro y siguió leyendo

Arely: Oye, pocas veces puedo verte y tú qué haces... ¿lees?

Gaby: Es que...bueno, interrumpiste mi lectura...no he podido terminar ni siquiera este capítulo

Arely: Bueno, puedes terminarlo en la noche, a mi no me puedes ver en la noche –Dijo tomando el libro de las manos de su amiga y poniéndolo a su lado- Bueno, dime algo... ¿Cómo está tu corazón?

Gaby: Sigo viva, mis padres dicen que eso es bueno, no estoy muy segura de eso, pero ellos lo dicen

Arely: No seas tonta –Dijo golpeando su hombro- claro que eso es bueno

Gaby: No lo sé...mi corazón va a volver a fallar

Arely: ¿Por qué dices eso? ¿Te sientes mal?

Gaby: No, pero puedo apostarlo

Arely: Deja de decir tonterías

Gaby: No son tonterías, te aseguro que volverá a fallar

Arely: Sabes que, toma –Dijo entregándole su libro- mejor lee y deja de decir esas cosas

La Chica De La VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora