Capítulo 6

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Manuel por fin logro subir a su habitación después de unos minutos. Miro a su ventana y ahí estaba ella. Sentada en su escritorio frente a un libro. La miro por un par de minutos sin que ella lo notara. Después de un tiempo en el que la chica no volteaba. Tomo una hoja, escribió algo y golpeo la ventana llamando la atención de la chica.

"Hola chica de la ventana. Hoy pensé en ti"

La chica sonrió como no lo había hecho en todo el día. Y Manuel le regreso la sonrisa. Después vio como la chica fruncía el ceño y busco una libreta para escribir algo y luego ponerlo sobre la ventana.

"¿Qué te paso? Estas golpeado"

Los recuerdos de cada golpe y cada insulto llegaron a su cabeza. Sonrió y solo asintió levantando los hombros.

"Todo está bien"

Manuel escribió pero al parecer la chica no estaba del todo convencida, frunció el ceño y puso una de su mano en la ventana.

"No entiendo. Estas golpeado ¿Cómo puedes estar bien?"

"Ahora lo estoy. Porque te estoy viendo a ti. Eso me hace sentir bien"

La chica sonrió y después Manuel vio a alguien entrar a la habitación de la chica. Era una chica linda, delgada y de cabello oscuro. Entro a la habitación y se sentó en la cama sin decir nada. Vio a la chica de cabello oscuro llorar, la chica de la ventana la abrazo y después ambas salieron por la puerta. La chica de la ventana solo volteo con Manuel y le sonrió, no era una sonrisa como las otras, era una sonrisa un tanto nerviosa. Era señal de despedida.

Manuel hizo sus tareas y ordeno un poco su habitación. Cada que podía miraba a la ventana para ver si la chica ya había regresado. Pero la chica no parecía estar por ningún lado. Después de un largo tiempo de espera el sueño lo venció. Durmió varias horas, después despertó hasta que su madre llegó y lo llamo para cenar. Aun se veían los golpes que Matías había dejado en su rostro. Sabía que no podría esconderlos de su mamá, ni siquiera de su pequeña hermana.

Adela: ¿Qué te paso? –Dijo preocupada-

Manuel: Nada. Fue una pelea. Algo sin importancia mamá. No te preocupes

Adela: Haber ven. Dime qué fue lo que paso. ¿Por qué te peleaste?

Manuel: Estaban...estaban golpeando a una chica y yo...yo solo la defendí.

Pau: ¿Te duele?

Manuel: No chaparra

Pau: ¿Era ella, la chica que te gusta?

Manuel: No...no era ella. Pero estoy bien, no se preocupen –Dijo tomando las manos de su madre para que se calmara- Vamos a cenar...tengo hambre

Pau: Sí...yo también tengo hambre mami

La pequeña corrió hasta la mesa y tomo su lugar. Manuel ayudo a servir la cena. Por unos minutos comieron en total silencio. Pero después fue la pequeña quien logro que el silencio se rompiera.

Pau: ¿Cuándo la conoceremos?

Manuel: ¿A quién? –Dijo un poco confundido-

Pau: A la chica que dijiste. La que te gusta ¿La has vuelto a ver?

Manuel: Ah sí...bueno, la vi hoy

Adela: Aun nos debes su nombre. ¿Cuándo lo sabremos?

Manuel: No lo sé...pronto, espero

Pau: ¿Es linda? ¿Cómo es?

Manuel: Sí es muy linda. Ella es –Se quedo pensando un par de segundos y se le dibujo una sonrisa enorme- ella es linda. Tiene el cabello largo y castaño...parecido al tuyo chaparra...A demás tiene la sonrisa más linda que jamás había visto.

Pau: ¡Quiero conocerla! –Dijo emocionada-

Manuel: Te la presentare pronto...lo prometo

Manuel sonrió y su pequeña hermana también lo hizo. Noto que su madre también sonreía pero no decía nada. Los tres terminaron de cenar y se sentaron en la sala a ver unas películas, tal y como se lo había prometido a su hermana la noche anterior.

Después de un par de películas la pequeña se había quedado dormida. Manuel la subió a su habitación y entro a la suya. Ya era demasiado tarde, pero igual pensó que podría encontrar a la chica aun despierta.

Así es que miro por la ventana, la vio dormida en su cama y sonrió, no por la imagen de la chica, sino por lo que estaba escrito en su ventana. "Buenas noches chico de la ventana. Soñare contigo. Hablaremos mañana"

Manuel se dio un baño rápido y se durmió de inmediato, con una enorme sonrisa en su rostro. No recordó nada de lo que paso en la mañana, no recordó los golpes ni los insultos de Luis y Matías. Solo recordó la sonrisa de esa chica, esa sonrisa que parecía arreglar todo lo que alguna vez alguien rompió. Recordó esa mirada, que aun que no podía verla por más de unos segundos, lograba hacerlo sonreír. 

La Chica De La VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora