Capítulo 86

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Todos vivimos con rutinas y la familia de Manuel y Gabriela no podía ser la excepción. Sin contar que Gabriela estaba acostumbrada a vivir con ellas. Manuel se levantaba temprano para hacer el desayuno y despertar a la pequeña Amy, para que después Gabriela se encargara de vestirla y peinarla para llevarla al kínder.

Manuel: Buenos días preciosa. Debes de levantarte ahora. –Dijo besando la frente de Gabriela, quien aun dormía-

Gaby: Tengo sueño. No quiero hacerlo

Manuel: Lo sé, pero Amy debe llegar a tiempo a tomar sus clases, además tú y yo tenemos que irnos al trabajo

Gaby: Extraño que Arely trabaje conmigo –Dijo haciendo un puchero- Y tener a Santi o a Maggie corriendo por ahí

Arely había dejado de trabajar en la panadería, ya que Brandon había logrado tener su propia empresa, y Arely era quien llevaba la administración de esta. Aun que no había estudiado una carrera como tal, ella y los números se llevaban bien. Habían tenido un nuevo bebé, Maggie, que nació 4 años después de Santiago, y las cosas habían cambiado, ahora los gastos eran más, y por ende, necesitaban más dinero.

Manuel: Aun así tienes que trabajar amor, la gente no puede quedarse sin tus deliciosos pasteles...porque son deliciosos, y tanto Santi, Maggie y Amy te lo dejan claro cuando se terminan todo lo que hay ahí. A demás Amy llegará tarde

Gaby: ¿Y si la llevas tú?

Manuel: Amor...

Gaby: Sí, ya...ya me desperté –Dijo sentándose en la cama- Buenos días guapo –Besó sus labios-

Manuel: ¿Cómo es posible que después de 10 años de casados tus besos sigan haciéndome sentir lo mismo que cuando lo hicimos por primera vez? –Gaby solo elevo los hombros y salió de las cobijas para ir a la habitación de la pequeña-

Gaby: Buenos días mi niña –Dijo abriendo las ventanas, mientras Amy se cubría el rostro con las cobijas- Es hora de levantarse, hay que ir a la escuela

Amy: No quiero ir –Dijo escondiendo su rostro en el cuello de Gaby-

Gaby: Sabes, tampoco quería ir al trabajo, pero todos tenemos responsabilidades y hay que...

Amy: Cumplirlas –Dijo rápidamente, completando la frase de su mamá- Ya lo sé mami, siempre lo dices

Gaby: Así es...así es que vamos, tienes que darte un baño rápido, para desayunar, tu papá ya está preparando el desayuno

Amy: ¿Puedo colorear antes? –Miraba al suelo-

Gaby: Lo harás después de bañarte, vamos

Amy: ¿Me llevas? –Dijo estirando sus brazos para que Gaby la cargara-

Gaby baño rápidamente a Amy con ella, después ambas se alistaron y bajaron a tomar el desayuno, que Manuel ya estaba por terminar.

Manuel: Buenos días. Pero que hermosas princesas tengo

Amy: Papi, no soy princesa y mami tampoco lo es, no vivimos en un castillo y las princesas lo hacen

Gaby: Creo que papá no habla enserio Amy

Amy: Oh...ya entendí, es una expresión, ¿Cierto?

Si bien Amy era una copia exacta de Manuel, había nacido con Asperger, como Gaby. Y las cosas que se decían ahora se cuidaban más por ella, no tanto por Gaby sino por Amy ya que para ella aun era nuevo tener que vivir con esto, a Gaby le tomo bastante tiempo.

Manuel: Así es...princesa

Amy: Igual no me gusta –Elevo los hombros y se sentó en la mesa. Sí, la honestidad caracterizaba a las Ramírez y Manuel no podía hacer nada al respecto. Besó la cabeza de la pequeña y regreso a la cocina para servir el desayuno- ¿Ahora puedo colorear?

Podría ser complicado de explicar, pero por el Asperger, no solo había cosas "negativas" Amy había aprendido cosas que un niño de 4 años no sabía, ni siquiera Santiago, que para Amy era tan inteligente, lo había hecho tan rápido. Ella ya estaba aprendiendo a leer y podía escribir su nombre completo y el de sus papás sin ningún problema, podía formular oración rápido y estaba por aprenderse el abecedario completo y lo más importante para ella...coloreaba sin salirse y eso la tranquilizaba mucho...también tenía ataques de ansiedad, en mucho menor escala que los de Gaby, pero ella en lugar de frotar sus manos, llevaba su dedo pulgar a la boca y no había forma de hacer que lo sacara de ahí...bueno Manuel era la excepción, él tenía esa habilidad de tranquilizarlas a ambas.

Gaby: Aquí tienes –Dijo entregándole un libro de colorear y una caja de colores-

Manuel: Bueno, es hora de desayunar –Colocó tres platos en la mesa mientras Gabriela servía jugo-

Amy: ¿Iremos con Maggie y Santi hoy? –Dijo sin dejar de colorear-

Gaby: Supongo que sí, si quieres hacerlo podemos ir

Amy: Bien. Sí quiero. Maggie es linda

Manuel: Sí, lo es. Pero ahora creo que debes de desayunar pequeña. No llegaremos a tiempo a tus clases

Amy: Bueno –Tomo un trozo de fruta y se lo llevó a la boca sin dejar de colorear-

Gaby: Cariño, debes de hacer una cosa a la vez

Amy: Quiero colorear

Manuel: Podrás hacerlo. Cuando hayas terminado de desayunar

La pequeña solo asintió un poco desanimada, dejo de colorear y se dedico solo a desayunar, claro, de vez en cuando miraba el dibujo mientras elegía que colores usaría para cada parte de él.

Gaby llevó a Amy a la escuela, y después se fue a la panadería, aun que Arely ya no estaba, había más trabajadoras, que abrían la panadería antes de que llegara ella. Manuel se fue a su estudio por algunas cosas, tenía varias sesiones fotográficas y apenas y le alcanzaba el día para terminarlas.

...

Arely: Ramírez. Hasta que escucho tu voz. ¿Cómo estás?

Gaby: Que exagerada, hablamos la semana pasada

Arely: Una semana es una semana. ¿Cómo estás? ¿Cómo están todos?

Gaby: Bien...te extraño aquí

Arely: También extraño trabajar contigo

Gaby: Bueno...no hablaba para eso. Es que...Amy quiere ir con Maggie y con Santi. ¿Crees que podamos ir hoy?

Arely: Claro que sí. ¿A qué hora llegan? Tendré comida lista

Gaby: Amy sale de la escuela a las 2. Podremos ir a esa hora

Arely: Me parece perfecto, Santiago va a estar feliz de verla

Gaby: Sé que ella también. Nos vemos entonces

Arely: De acuerdo, a las dos los esperamos

...

Gaby siguió haciendo su trabajo como de costumbre, era de las panaderías más exitosas de la ciudad y una de las más grandes. Era muy conocida y siempre estaba llena de personas, la mayoría hacía encargos, así es que no había un día en que no tuvieran trabajo. Aun que para Gabriela aun era complicado el relacionarse con las personas, ahora lo estaba llevando mejor y sus empleadas lo sabían, así es que ayudaban con lo que fuera necesario.

El estudio fotográfico de Manuel había crecido lo suficiente como para tener no solo sesiones de estudio, sino que también fotografiaba distintos eventos o simplemente sesiones al aire libre. Mientras Amy se divertía en su escuela, cantando y coloreando todo lo que pudiera, Arely comenzaba a cocinar algo para más tarde. Sus hijos estaban en la escuela y ser esposa del dueño de la empresa, le permitía no tener que pasar todo el día sentada en una oficina esperando que se ofreciera algo que pudiera hacer.

La Chica De La VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora