Capítulo 22

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Luis: ¿Cómo te has sentido? ¿Estás lista?

Gaby: Eso creo –Dijo sin mirar a su padre-

Anabel: Todo saldrá bien

Gaby: Dejaran que esté Arely ¿verdad?

Anabel: Gabriela...hemos hablado esto antes

Gaby: Lo sé mamá...pero quiero que esta vez si este...es mí mejor amiga, de hecho la única...deja que me acompañe por favor

Jorge: No creo que esté mal mamá...y si eso hace feliz a Gaby ¿Por qué no?

Luis: A parte ella siempre se ha portado muy bien mamá, cada que la llamas ella está aquí, cuando le piden que cambien las clases lo hace, aun que ni siquiera tenga que hacerlo

Jorge: A demás te ayuda con Gaby...incluso ella puede calmarla mejor que nosotros...no veo el porqué no podría estar con ella

Anabel: Lo pensaré

Gaby: Igual la invitaré...

Anabel: No Gabriela, hasta que tu padre y yo decidamos si ira o no

Gaby: Ya le dije que podría ir

Luis: Gabriela...tu mamá tiene razón. Debes esperar

Gaby: Pues...ya lo hice papá...ni modo

Anabel: Cada vez estas peor Gabriela

Gaby solo se encogió de hombros y siguió comiendo. Una chica de 17 años con tantos problemas ¿Cómo quieren que su actitud sea distinta? Su cabeza estaba llena de cosas que incluso para alguien mayor sería demasiado...si no pensaba en el trasplante, pensaba en las diálisis, si no eran las diálisis eran las terapias. Por un momento también pensaba en aquel chico, realmente extrañaría hablar con él todos los días aunque sea solo para desearse una buena noche o un lindo día. Incluso a veces seguían escribiéndose como la primera vez, había veces que Manuel dejaba mensajes en la ventana y otras veces lo hacia ella.

Era una bonita amistad, Gaby no dejaba de hablar de él cada que estaba con Arely, ya ni siquiera se preocupaba por terminar un capítulo de su libro e incluso la rutina había días que no las seguía, se levantaba y tomaba su medicamente, pero en lugar de leer prefería hablar con él, y cuando él estudiaba ella prefería escribirle algo lindo, ver las hojas que ya había escrito o esconderlas lo suficientemente bien para que sus padres no lograran encontrarlas.

La comida fue normal, a pesar de que Gabriela no se abría mucho con su familia, esa tarde lo hico. Comenzaron platicando del trasplante y Gaby opinaba cada que se le daba la oportunidad, algunas veces la escuchaban, otras parecían ignorarla, pero el hecho de que pudiera decirlo era bueno para ella.

Gaby estaba muy atenta a la conversación que estaban teniendo acerca de sus hermanos, los escuchaba con atención y aun que no opinaba en lo absoluto entendía todo a la perfección.

Jorge: Quiero salir de viaje con mi novia

Luis: ¿Cuando?

Jorge: Aun no tenemos la fecha pero en eso estamos, queremos que sea pronto

Anabel: Bueno, solo nos avisas antes de irte

Gaby: ¿Podría hacer algo así yo?

Jorge: ¿Tienes novio? –Dijo sorprendido-

Gaby: ¡No! Pero los viajes no solo son con novios...puedo ir con Arely...ella quería viajar hace un tiempo

Anabel: No lo creo...ya veremos

Gaby: ¿Entonces puedo ir con Jorge? Es mi hermano

Luis: Hija, el va con su novia. Podemos ir después nosotros

Gaby: Pero quiero hacerlo sola...puedo hacerlo sola

Luis: Ya veremos ¿Sí? Sigue comiendo

Todos terminaron de comer y subieron a su habitación cada uno, a pesar de que Gaby se ofrecía a ayudarle a su madre, jamás aceptaba. Subió a su habitación y se acerco a la ventana, en donde estaba una nota pegada "Abre tu ventana, quizá encuentres algo que te guste" Gaby lo hizo y ahí estaba un pequeño ramo de rosas con una nota.

Gaby tomo el ramo y la nota y los dejo sobre su cama, cerró su puerta con llave y se sentó con la nota en sus manos.

"Gracias por estos días chica de la ventana. Perdón si te ofendí hace rato. Me gusta mucho platicar contigo. Sonríe siempre"

La sonrisa más grande que puedan imaginarse se le dibujo en ese momento a Gabriela, sus mejillas inmediatamente cambiaron de color y en sus ojos se torno un brillo especial, sintió las llamadas "mariposas en el estomago" esas de que tanto se hace mención y que todos queremos llegar a sentir en algún momento de nuestra vida, esas mariposas se apoderaron del estomago de Gabriela por un par de segundos.

Dejó la nota a un lado tomo el pequeño ramo de rosas, podría no ser el más grande pero era especial. Aquel chico se había tomado el tiempo de comprar un ramo para ella, el detalle era lo importante.

Gaby se sentía muy sola e incluso muy poca cosa, los detalles de aquel chico siempre la sorprendían, el ramo, la nota, lo que decía...le gustaba platicar con ella y eso era importante, después de todo no era tan aburrida como creía, después de todo significaba algo en la vida de alguien más que sabía todo de ella y aun así ahí seguía y no la dejaba a pesar de nada.

La Chica De La VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora