Capítulo 48

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Arely: Asegúrate de contestarle a tus papás si te marcan, para no meternos en problemas. Cualquier cosa los dos saben mi número y les agradecería que me avisaran pasara lo que pasara, ¿De acuerdo?

Gaby: Te lo dije, desde que estoy con ella, parece mi mamá –Bromeo con Manuel-

Arely: Gabriela –Dijo regañándola-

Gaby: Tranquila, es una broma –La abrazo- Gracias por dejarme hacer esto

Arely: Prométeme que estarás bien

Gaby: Te prometo que voy a regresar viva –Rió- Te quiero

Arely: Te quiero también tonta –Dijo abrazándola-

Gerardo: ¿Podrías decirle que acepte una de mis salidas?

Gaby: Arely Téllez. Sal con él. O con cualquier otro chico, pero regresando quiero saber que saliste con alguien

Arely: Que graciosa. Súbete al coche antes de que me arrepienta

Gaby se despidió de ella y de Brandon y Gerardo, Manuel hizo lo mismo y subieron al coche. Durante todo el camino iban riendo y cada que podían juntaban sus labios. La mano de Manuel siempre iba sobre la de Gabriela y los ojos de ella sobre él, lo miraba todo el tiempo, amaba hacerlo. Él por el contrario, acariciaba su mano sin quitar la mirada del frente.

Manuel: Llegamos –Susurró al oído de Gaby, quien se había dormida parte del viaje-

Gaby: ¿Ya? –Preguntó bajando del coche- ¿En dónde estamos? –Miraba alrededor de ella-

Manuel: Cuando recién nos mudamos a Monterrey mi mamá nos traía aquí a mi hermana y a mí para ver a mi papá, quedaba más cerca que ir a Guadalajara, además le quedaba de pasada a mi papá para su trabajo. Mi papá compró esta cabaña para quedarnos con él cuando viniéramos, solo pudimos quedarnos un fin de semana con él, porque después falleció, pero me dejo las llaves y venia de vez en cuando. Ahora quise traerte a ti. Ven, entremos. Te aseguro que te gustará

Gaby: Está muy linda –Dijo entrando- Gracias por traerme

Manuel: Tenía tiempo que no venía, pero quería que tú la conocieras. A demás este bosque es lindo, siempre me hay gustado estar rodeado de la naturaleza

Gaby: Es un bonito lugar, además me alegra estar contigo aquí

Manuel: ¿Quieres ir a caminar? Solo bajamos las cosas y cuando regresemos acomodamos todo

Gaby: Claro...vamos

Manuel bajo las maletas que llevaban, no eran muchas solo un par de ropa que ambos necesitarían, solo lo necesario. Las dejo en la casa y salieron por un rato a caminar al bosque, aun había un poco de luz, además de que Manuel conocía muy bien el lugar. Caminaron durante un par de horas, jugaban como niños pequeños, a alcanzarse y Manuel la levantaba y le daba un par de vueltas para después besarla. Cuando empezó a oscurecer decidieron regresar a la cabaña, a Gaby no le agradaba mucho el lugar de noche.

Comenzaron a guardar la ropa en los pocos mueves que había en el lugar, la cocina era grande, pero no la recamara, solo había una cama y un pequeño mueble para la ropa. Mientras Manuel seguía ordenando todo en la recamara, Gaby bajo a cocinar algo para cenar.

Gaby: Manuel, ¿Por qué no puedo hacer nada con mi celular? –Dijo con el ceño fruncido, mientras acomodaba unos sartenes en la estufa-

Manuel: Cierto, lo olvide –Dijo acercándose con un celular en la mano- Tendremos que usar este, no hay muy buena recepción y mi papá compro algún tipo de paquete para que este celular se pudiera utilizar aquí. Solo desviamos las llamadas de tu celular a este, así cuando hable Arely o tus papás, marcaran tu número pero recibiremos las llamadas en este –Dijo tomando el celular de Gaby y haciendo lo que había dicho-

Gaby: ¿Todo lo que tienes en el refrigerador es nuevo? ¿Cuánto tiempo lleva aquí?

Manuel: Tranquila, lo compre todo en cuanto se me ocurrió traerte

Gaby cortó un par de frutas que había dentro del refrigerador, comenzó a cocinar pasta y pechugas de pollo mientras que Manuel seguía ordenando todo en la pequeña cabaña.

Manuel: No sabía que cocinabas –Dijo acercándose detrás de Gaby-

Gaby: Me gusta hacerlo, lo descubrí desde que estoy con Arely, mi mamá nunc a me dejaba ayudarla en nada, siempre decía que no podía hacerlo

Manuel: Pues eso se ve delicioso

Gaby: Sinceramente espero que sepa tan bien como se ve –Dijo sonriendo-

Manuel: Estoy seguro de que sí

Manuel la tomo de la cintura y comenzó a besarle el cuello, bajando lentamente por uno de sus hombros, subiendo nuevamente hasta llegar a sus labios, paso su lengua por el labio inferior de Gaby, pidiéndole así permiso para entrar, cosa que de inmediato le fue concebido, sus lenguas comenzaron a jugar mientras las manos de Manuel subían lentamente a su abdomen. Pasó sus manos por debajo de la blusa de Gaby, acariciaba lentamente su abdomen mientras seguía besándola. Gaby correspondía absolutamente todo, lo besaba y juntaba su lengua con la de él, sus manos estaban sobre su espalda, sin embargo, llego un momento en el que se separo de Manuel, se dio vuelta y regreso a cocinar, tal y como lo estaba haciendo en un principio.

Manuel: ¿Qué pasa? ¿Hice algo que no te gusto? –Preguntó confundido-

Gaby: No es eso –No lo miraba-

Manuel: ¿Entonces? ¿Qué pasa? –Dijo acercándola a él para que lo mirara de frente-

Gaby: Es que...tocaste mi...mis cicatrices y eso...no sé, me da pena –Dijo levando los hombros-

Manuel: ¿Qué? Oye a mi me gustas con todo y las miles cicatrices que puedas tener. A demás no eres la única con cicatrices, todos las tenemos. Mira ven –La tomo de la mano, apago la estufa y la llevo a un pequeño sillón que había en la sala- ¿Ves esto? –Le mostro una cicatriz que tenía en la pierna-

Gaby: ¿Que te paso? –Preguntó preocupada-

Manuel: Estaba jugando futbol en Guadalajara, no era un lugar para jugarlo, el piso estaba lleno de piedras y pise mal el balón, me caí y con una piedra me hice esto. –Volteo a verla a los ojos- Lo vez, todos tenemos cicatrices, la diferencia es que las historias que cuentan son distintas y algunas más interesantes que otras


La Chica De La VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora