Capítulo 3

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Manuel la espero un par de horas mientras terminaba sus trabajos de la escuela, pero la chica no aparecía, después de tanta espera, escucho la puerta de su cuarto abrirse y entonces una pequeña de 6 años corrió hasta él. Le dio un abrazo y ambos bajaron a cenar.

Adela: ¿Y qué tal la escuela hoy hijo?

Manuel: Bien. Como siempre-Dijo sin levantar la mirada del plato-

Adela: ¿Hiciste algo nuevo hoy?

Manuel sonrió inconscientemente, recordó aquella hermosa chica que había conocido esa tarde

Manuel: Sí...bueno...supongo que sí-Dijo aun con la sonrisa en su rostro-

Pau: ¡Manu está enamorado! –Dijo la pequeña emocionada-

Manuel: Claro que no chaparra

Adela: Conozco esa sonrisa... ¿Conociste a una chica hoy verdad?

Manuel sonrió y solo asintió levantando los hombros

Pau: ¿Y cómo se llama? ¿Puedo conocerla?

Manuel: Bueno...es que aun no hablo con ella chaparra, solo...solo la vi

Pau: Eso es raro...no puedes enamorarte de alguien sin saber su nombre –Dijo confundida-

Manuel: Exactamente...no estoy enamorado...solo...es linda

Adela: ¿Pronto sabremos de ella?

Manuel: Sí mamá, espero que pronto

.....

Las diálisis normalmente tardaban solo dos o tres horas, pero esta vez se extendieron más, cuando Gaby llego a casa su padre la ayudo a llegar a su recamara, se recostó en la cama y durmió unos minutos, estaba realmente cansada, después de un tiempo de dormir bajo a cenar.

Anabel: ¿Gaby que está pasando en la escuela?

Gaby: ¿Qué está pasando sobre qué?

Anabel: Ayer te vi un par de moretones en los brazos e incluso tu ropa ha llegado a tener manchas de sangre. Creo lo mejor será que te quedes aquí. Volveremos a hablar con el Señor López para que venga a darte clases aquí de nuevo

Gaby: Pero yo quiero seguir yendo a la prepa. Me gusta estar allá. Bueno, mínimo no me siento tan sola

Anabel: Ya lo hable con tu papá y ambos estamos de acuerdo

Gaby volteo con su papá, quien solo asintió y regreso su mirada al plato

Gaby: Pero mamá, por favor. Quiero seguir...

Anabel: No Gabriela –Dijo sin siquiera permitir que su hija terminara de hablar- Ya dije que te quedaras aquí

Luis: ¿Podrían permitirle hablar? Mamá, ella puede hacerlo

Jorge: ¿Por qué no dejan que ella decida qué es lo que quiere hacer? Vamos, solo di lo que quieres hacer –Dijo dirigiéndose a su hermana-

Gaby: Yo...bueno...yo solo...

Anabel: Vez, ella no puede hacerlo. Así es que se quedara aquí

Luis: Ella quiere ir ya lo había dicho

Jorge: Papá, dejen que siga yendo, le hace bien lo he notado. Ya habla más, solo...solo déjenla que haga lo que quiera hacer

Luis: No hijo...esta vez tu mamá tiene razón y lo mejor será que se quede aquí. Aquí recibirá la educación que necesita y estará mucho mejor

Jorge: Estaría mucho mejor si la dejaran hacer las cosas que quiere hacer

Anabel: No, no puede hacerlo Jorge y ustedes lo saben

Gaby estaba demasiado nerviosa, sentía esa discusión era por culpa de ella, comenzó a frotar sus manos, que era una muestra de desesperación en ella, pero nadie lo notó, todos parecían estar demasiado ocupados intentando decidir por ella. Parecía que nadie se daba cuenta de su presencia, hizo su plato hacía un lado y se dirigió a las escaleras

Luis: ¿A dónde vas, hija?

Gaby: Vaya...hasta que notan que estoy aquí –Dijo si verlo a los ojos-

Anabel: Gabriela por favor, deja de comportarte así y siéntate, no hemos terminado

Gaby: Yo ya termine...y seguiré yendo

Anabel: No, no lo harás

Gaby: No soy una maldita enferma mamá...puedo...yo puedo hacer muchas cosas...no...no soy una inútil

Corrió lo más rápido que pudo entrando a su habitación. Cerro su puerta y se dejo caer sobre su cama llorando y sin poder dejar de frotar sus manos "Gaby, abre la puerta. Necesito...necesitamos hablar contigo" escucho a su madre decir por el otro lado de la puerta

Gaby: ¡No! No quiero hablar con ustedes

Luis: Hija...no hagas nada, por favor. Solo abre la puerta

Gaby: ¿Por qué no me dejan morir y ya? ¿Por qué siguen haciendo esto? No quiero vivir así, no quiero vivir encerrada en mi cuarto todo el día porque no puedo hacer algo distinto. ¡Déjenme morir!

Luis: Gabriela, no digas eso...necesitamos hablar contigo

Gaby logro escuchar a su madre llorando y se acerco a la puerta sin abrirla.

Gaby: Mamá, no llores. Lo siento

Anabel: Hablaremos mañana Gabriela...solo...solo no hagas nada por favor. Prométeme que no harás nada –Dijo ya con lágrimas cayendo por su rostro y el brazo de su esposo rodeando su cintura dándole el apoyo que necesitaba-

Gaby: Yo...bueno...yo lo prometo

Gaby siguió llorando, deseaba ser diferente, realmente lo deseaba. No estar enferma. Poder hacer las cosas que cualquier chica podría hacer a su edad. Ver a Arely fuera de la sala de un hospital. Salir con amigos. Ir a fiestas. O simplemente poder hablar sin necesidad de tomar un descanso para respirar y que sus pulmones pudieran guardar el aire necesario. Estaba completamente perdida en sus pensamientos hasta que escucho aquel sonido de golpes en la ventana, se limpio los ojos y se acerco. Logro ver a aquel chico de nuevo. Parado frente a su ventana con una entre sus manos. "No llores chica de la ventana ¿Qué pasa?"

Gaby sonrió, la misma sonrisa que hacía que Manuel sonriera inconscientemente. Inmediatamente saco su libreta y comenzó a escribir en ella

"¿Qué se siente ser normal?"

"No entiendo"

"Sí, ¿Qué se siente ser una persona normal?"

"Eres normal"

"No, no lo soy"

"Bueno, yo te veo normal"

"Tú no me conoces"

"Sí, creo que en eso tienes razón. No te conozco chica de la ventana"

Gaby sonrió y luego vio a una pequeña entrar al cuarto del chico. Este se hincó a la altura de la pequeña diciéndole algo, a lo que la niña solo asintió y salió de la habitación corriendo.

"No puedo quedarme hoy. ¿Hablamos mañana?"

Gaby solo asintió y vio al chico desaparecer cerrando la puerta a sus espaldas, decidió que esperaría un par de minutos para ver si el chico regresaba, pero no lo hizo. Tomo su medicamento y se quedo profundamente dormida.


La Chica De La VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora