Capítulo 19

669 25 0
                                    


Gaby: Mamá....yo...es que... -Ambas chicas estaban asustadas-Estamos...estamos viendo una película

Anabel: ¡Te he dicho que no cierres la puerta Gabriela! ¿En dónde está Arely?

Gaby volteo a ver a su amiga, quien estaba nerviosa y tenía los ojos abiertos como platos, sabía que no estaba correcto cerrar la puerta, o bien, no para Anabel. Ambas les sonrieron a los chicos demostrándoles que tenían que irse, Arely cerró las cortinas y Gaby se acerco a la puerta.

Gaby: Mamá estamos viendo una película, a demás no estoy sola, aquí esta Arely

Anabel: Ábreme la puerta

Gaby encendió la televisión, la película que Arely estaba viendo aun estaba puesta, Arely se sentó en la cama y Gaby abrió la puerta.

Anabel: ¿¡Cuantas veces tengo que decirte que no me gusta que te encierres!?

Gaby: ¿Y cuántas veces tengo que decirte que no me va a pasar nada estando en mi habitación? Mamá necesito mi espacio, si por lo menos tocaras antes de entrar...no tendría que cerrar

Anabel: Arely, tú mejor que nadie sabe que no me gusta este encerrada, ¿Por qué cerraron la puerta?

Arely: Señora...yo...

Gaby: Ella no tiene nada que ver, yo lo hice, ella...ella ni siquiera lo sabía

Anabel: No eres buena mintiendo Gabriela. Si te permito quedarte aquí, lo menos que deberías de hacer es ayudarme un poco ¿no crees? –Dijo refiriéndose a Arely, que sinceramente estaba muy incómoda en esa situación-

Gaby: ¡Basta mamá! Ella solo hizo lo que le pedí

Anabel: Quiero que bajen, tu papá llegó y quiere platicar contigo

Gaby y Arely bajaron detrás de Anabel, por más que la chica de cabello oscuro le susurraba que era mejor que se fuera y regresaría después, Gabriela se negó. Era su amiga y quería que estuviera con ella, pero también no quería darle el gusto a su mamá, quería demostrar que si podía decidir sobre lo que quería y lo que no.

Luis: Arely, buenas tardes

Arely: Buenas tardes señor

Luis: ¿Cómo estás hija?

Gaby: Bien...solo...solo necesito mi espacio

Luis: ¿A qué te refieres?

Gaby: A que mi mamá no me deja estar en mi cuarto

Luis: Sabes que es por tu bien, hija

Gaby: Sí, como sea. Mamá dijo que querías hablar conmigo

Luis: Sí, siéntate por favor

Anabel: Arely, ¿puedes esperar arriba? Es una conversación familiar

Arely: Sí claro, con permiso

Luis: Adelante

Arely subió a la habitación de Gabriela, mientras ella se sentó en el sillón que estaba justo frente a sus papás.

Luis: Tu mamá me conto del trasplante

Gaby: Si, lo sé

Luis: ¿Cómo estás respecto a eso?

Gaby: ¿Les importa?

Anabel: ¡Gabriela! No seas grosera

Luis: ¿Qué es lo que pasa? –Puso una mano sobre la pierna de Anabel para que se calmara- Sé que es difícil hija, pero es por tu bien, necesitamos que pongas más de tu parte, si no lo haces, no podremos llegar a ninguna parte y...

Gaby: ¿Qué ponga más de mi parte? Ni siquiera me dejan estar en mi maldita habitación sola, todo el tiempo están sobre mí, no saben...no saben lo que quiero y lo que no. No me preguntan nada, toman decisiones por mí. Mi mamá no deja de vigilarme todo el tiempo, y tú...tú nunca haces nada para que ella deje de hacerlo...necesito mi...mi espacio, pero no lo entienden

Anabel: Todo lo hacemos por ti, por tu bienestar, pero aun no pareces entender que lo que buscamos no es molestarte Gabriela –Sus ojos ya estaban llenos de lagrimas- nosotros queremos que estés bien, queremos verte bien, contenta, sana. Que más daríamos tu papá y yo porque tu estuvieras bien, porque no tuvieras que someterte a tantas cirugías, daríamos todo Gabriela...todo para, para que no tuvieras que pasar horas...en una sala del hospital...o que no tuvieras que...que tomar tantos medicamentos cada mañana

Gaby: Mamá...yo...no llores...lo siento –Dijo agachando la cabeza-

Luis: Todo está bien Gabriela, solo necesitamos que entiendas ¿De acuerdo?

Gaby: Yo también...también necesito eso...que...que me entiendan

Anabel: Gabriela, ve a tu habitación

Gaby: No...por... ¿por qué?

Anabel: Estas tartamudeando mucho, no quiero que te de un ataque...sube, ve con Arely

Gabriela sabía que era cierto, una señal de que algún ataque se acercaba era el tartamudeo y frotar sus manos...estaba haciendo ambas. A pesar de que estaba molesta con su mamá e incluso con su padre, no le gustaba ver llorar a la gente, se sentía inútil al no poder consolarlas con un abrazo, al no poder soportar acercarse a la gente...ni siquiera a sus padres.

Arely: ¿Todo bien? –Dijo acercándose a su amiga, quien de inmediato se alejo- ¿Qué pasa?

Gaby: Yo...no...no me toques...lo siento...es que...mi mamá...está...ella...

Arely: Haber Gaby siéntate...no te voy a tocar si no quieres que lo haga pero dime que paso

Gaby: La hice llorar...ella...ella está llorando...por...por mi culpa. No quiero...no quiero tener otro...otro maldito...no quiero...no quiero sentirme así –Las lágrimas ya caían por sus mejillas-

Arely: Yo tampoco quiero que te sientas así, por eso necesito que respires ¿sí? No digas nada, solo respira e intenta tranquilizarte, yo no me acercare hasta que me lo pidas

La habitación estuvo en silencio por lo que parecieron 15 minutos, solo se escuchaba la respiración agitada de la chica más pequeña. Cuando por fin estaba más tranquila, levanto la mirada hacia su amiga, quien estaba de pie justo frente a ella, observándola y ofreciéndole la sonrisa más grande que podía. Gaby hizo un espacio en su cama para que Arely se sentara a su lado, cuando lo hizo sintió la mano de la más pequeña acariciando la suya, aun que su mirada seguía en el suelo, ya estaba más tranquila.

Arely: ¿Estás mejor?

Gaby: Sí, mucho mejor. Gracias –Dijo aun con la cabeza agachada-

Arely: No hay nada que agradecer. Aquí estaré siempre que lo necesites

Gaby: ¿Puedes ir a ver como esta mamá? –Su mirada ya estaba clavada en los ojos de su amiga- Por favor

Arely: Claro que si...ya regreso

La Chica De La VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora