Perversa Oscuridad: Caras [#4]

Introducción

Fragmentos del libro de la Serpiente.

"Es un honor ser elegido por S, no importa que tarea sea, la aceptarás. Si él lo quiere, se tiene que cumplir".

"Lo que importa es solo la opinión de S, bajarás la cabeza y lo escucharás, la Serpiente siempre tendrá la razón".

"Quien se oponga a S recibirá su sentencia, la Serpiente no debe ser dominada, la serpiente es quien domina".

"Tu devoción a la serpiente debe ser impecable, siempre".

"Obedecerás a S, no importa cuál sea su veredicto, su palabra es ley y su orden es inquebrantable, absoluta. Solo debes obedecer".

"La Serpiente es lo único que importa".

"Debes saber de memoria todas las reglas, no puedes olvidarte ni una sola palabra, eso demostraría que no eres apto para servir".

"Matarás a los traidores y asesinarás la evidencia".

"Cuidarás el anillo con tu vida, demostrarás tu lealtad teniendo el inigualable tatuaje de la Serpiente".

"Tomarás decisiones importantes, de vida o muerte, solo para proteger a S".

"La persona que sea clasificada como Mano Derecha de la Serpiente, debe ser escuchada, solo S puede elegirlo y no debes cuestionar su decisión, nunca".

"Toda Serpiente estará capacitada en el campo de la ley, por su seguridad, debes culparte a ti mismo, si hay algún error o sospecha hacia él".

"Mantener el silencio es prioridad, proteger a S de cualquier amenaza es lo más importante".

"Mantener el incógnito, ser ocultos, secretos, son unas de las tantas bases para nuestra prosperidad".

"Estar alerta siempre, nunca fallar".

"Caras habrá, tendrás oscuridad, pero la Serpiente, siempre importará".

Hanna

La sangre cae por mi muñeca, estoy sentada en la sala de libros, en el centro y el líquido rojo mancha uno en específico, el mío. Lo he estudiado tantas veces, que cada palabra se ha impregnado hasta en el fondo de mi ser.

―No deberías hacer eso. ―La pequeña niña que está a mi lado me habla.

Yo la miro y desaparece.

―¿Por qué no te metes en tus propios asuntos? ―Hago una pausa y me levanto―. ¿Hanna? ―Miro a ambos lados.

Ya no está, otra vez estoy hablando sola.

Camino hasta un mueble y agarro una venda, cubro mi mano herida. Vuelvo y agarro el libro que está en el suelo manchado de sangre.

Con mi propia sangre.

¿Por qué lo hago? Porque se borra la de mentira.

Salgo del lugar y camino por los pasillos de la Logia, miro las paredes, visualizándola otra vez. Observo mi mano y la venda se ha manchado, vuelvo a la pared y aquel rojo ya no está allí. Sonrío, pero vuelvo a verla a ella, en frente de mí.

―No es correcto.

La línea entre la cordura y la locura es tan delgada que hasta impresiona. Por eso me llaman diferente.

Porque aún puedo percibirla, puedo notar la línea de lo real.

Dos caras de una misma moneda. La oscuridad que se aleja y vuelve a aparecer. El sentido de que algo no está bien y por supuesto...

De que todo no es lo que parece.