8: Amenazante

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Hanna

Respiro profundo, mi cama está muy cómoda, ya me estoy despertando. Un poquito más no hará daño. Quiero soñar mucho, demasiado. Hasta que explote. Tampoco para tanto. Abro los ojos de repente y me encuentro con una flor en frente de mí. Me siento, tiene una nota, así que la levanto.

"¿No habrás pensado que me olvidé de ti? ¿Verdad? ―Un fantasma".

Quedo confundida hasta que reacciono. Luego giro la nota para ver qué hay detrás y encuentro otro escrito.

"Las rosas rojas son las más hermosas, pero besar una es lo que más me cautiva, no puedo olvidar tus labios, bella flor".

Mis mejillas arden y mi corazón se acelera, pero, ¿cómo es que el muchacho misterioso entró aquí? ¿Será una broma de Julia? La miro, está completamente dormida.

Alguien entró a mi cuarto.

Ahora sé que no era un simple sujeto y no le perdí la pista, pero es obvio que es un Seguidor si está aquí. Dije que no me involucraría con ningún loco de la Logia, sin embargo, no es como si lo hubiera visto.

Me levanto de la cama y comienzo a vestirme. Salgo del cuarto, parece que es temprano aún. Camino por los pasillos, llegando hasta una de las tantas salas y visualizo a S, mirando por la enorme ventana de esta, que da al jardín. Me acerco, ya que no hay nadie más.

―Buenos días. ―Al verme me sonríe.

―Hola ―digo en seco―. Te gusta mirar el patio, veo ―opino.

―Hay flores ahí. ―Me observa―. Especialmente, jazmines.

Ruedo los ojos.

―Ya empezaste.

Se ríe.

―¿El qué?

―Con los jazmines, no necesitas recordar el pasado.

―En ese momento éramos amigos.

Bufo.

―Sí, pero ya no.

―Yo no te he hecho nada. ―Mira de nuevo a la ventana, poniéndose bastante serio―. No entiendo tu enojo hacia mí.

―Trata mejor a mi hermana y después hablamos. ―Me giro para irme, pero me agarra del brazo―. ¿Qué haces?

Abre su boca para decir algo, pero se detiene. Sin embargo, no me suelta. Forcejeo y sigo sin poderme ir. Hasta que al fin habla.

―Julia no es una santa ―expresa seriamente.

―Tú tampoco lo eres.

―Te lo preguntaré sin rodeos, ¿por qué me odias?

―No te odio, solo eres S, nada más. ―Tironeo del brazo, pero no me suelta―. ¿Qué más quieres que diga?

―Te preguntaré algo más, ¿qué crees que pienso de ti?

―No sé, ni me interesa. ―Levanto una ceja―. ¿A qué viene esa pregunta tan abstracta?

Se hace un silencio.

―Yo... ―Avanza hasta mí, está a centímetros nada más―. Yo te... ―Duda de lo que va a decir y de repente me suelta.

―¿Se divierten? ―Me giro, visualizando a mi hermana.

Will frunce el ceño.

―Esto es una conversación privada.

―¡Y yo acabo de abrirla al público! ―Se ríe.

El rubio sonríe y se acerca hasta ella.

―Quiero darte las buenas noticias, pronto Matthew volverá a casa. ―Luego se pone serio―. Donde debería haber estado hace mucho tiempo.

―Ese niño defectuoso no debería estar aquí. Piénsalo, amor, la Logia no es lugar para nenitos de papá, que mejor se quede dónde está. ―Comienza a caminar alrededor de él―. Además, no creo en lo que dices, seguro hasta estás mintiendo. ―Hace una carcajada―. ¿De dónde sacas que lo encontraras?

S se gira para verla, cuando ella se detiene.

―Rosa Negra, Los Ender y unas cuantas cosas más que estuvimos averiguando con Aye ―expresa con confianza.

Julia frunce el ceño.

―Esa tipa otra vez.

―No hables así de mi nueva seguidora o te irá mal ―aclara, tranquilamente, y bastante alegre, le gusta la idea.

―¡Ja! ―Rueda los ojos―. Qué estupidez.

William se pone serio y advierte.

―Escúchame claro, si mi hijo aparece con un solo rasguño, no te vas a tener que preocupar por con quién ando o quién no. ―Se le acerca amenazante y me pongo alerta―. Tú vas a terminar en aceite hirviendo y vas a rogar que te degolle rápido, para no sufrir una muerte lenta y desagradable. ―Se ríe―. ¿Lo peor sabes que va a ser? Que no te voy a escuchar y voy a dejar que tu piel se queme, poro por poro. Oyendo tus gritos de dolor, cómo lo voy a disfrutar.

Veo la cara de horror de mi hermana y me pongo delante.

―Tú no vas a torturar a nadie, antes sobre mi cadáver ―digo nerviosa, viendo su rostro lleno de odio―. ¿Entendiste, Will? ―expreso más determinada.

Mucha oscuridad plasmada en una sola cara.

Él sonríe con malicia.

―Oh, mi querida Hanna, el que te está hablando no es Will.

Perversa Oscuridad: Caras [#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora