38: Dos Caras

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William

Acomodo la chaqueta de mi traje y guardo los lentes de sol al bajar de mi vehículo. Observo el edificio, luego a Hanna que sale del auto también, la cual ha insistido en venir conmigo. Los otros seguidores vienen en sus coches y comenzamos a desplazarnos rodeando el lugar dónde podría estar mi hijo. Estoy seguro que sí, esta vez lo encontrare. La última vez que Aye me mando un dato sobre mi pequeño, fue certero, así que no hay que dudar. Cumplió con su palabra, a pesar de que yo no lo hice con la mía. Esa mujer vale oro. Y si se convierte en tu enemiga, es para peor. Después arreglare cuentas con ella. Si lo consigo, le deberé mucho, la vida entera si es necesario.

―Aquí ―expresa Hanna cuando encuentra el camino.

Sonrío.

―Mi pelirroja, la mejor en su campo.

―Gracias, solo hago mi trabajo ―Hace una risita encantadora, que me enloquece y me pone duro.

¡Mierda! –se queja S. –Concéntrate.

¿Me lo dices a mí? –pregunta Will –Tú eres el calentón.

Lo sé, nunca se pondrán de acuerdo, ni cuando estoy enamorado y soy correspondido. Ignoro todo pensamiento y cruzo la ventana rota, preparando el arma. Todo va en silencio hasta que los empleados de Rosa Negra se percatan de nuestra presencia y comienza el tironeo.

―¡Cúbreme! ―le digo a un Seguidor y paso corriendo por el pasillo, después de matar a dos hombres más.

Los tiros se escuchan en toda la sala y pateo una puerta. Cuando la logro abrir, el mundo se paraliza para mí. Ahí está, lo encontré.

―Matthew ―lo nombro, entonces deja de cerrar los ojos asustado por el ruido de los tiros y baja las manos de sus orejas para oír.

Se levanta del suelo, enseguida corre hasta mí, entonces me acerco y lo abrazo con fuerza, le doy un beso en la cabeza cuando llora.

―Ya estoy aquí ―le aclaro y me aparto para verlo bien ―¿Te duele algo? ¿Te han lastimado? ―Muevo las manos en su lenguaje de señas, al haber nacido con una deficiencia lengüita, ambos tuvimos que aprender. Termina de responderme y le explico ―Ahora agárrate de mí y cierra los ojos ¿de acuerdo?

Mi niño asiente y lo levanto, salgo de la habitación cuando hace lo que le pedí, luego saco mi arma para dispararle a los que se interponen en mi camino. Una vez fuera y mis seguidores se deshacen de los enemigos restantes, Hanna corre hasta mí.

―Al fin, Matthew ―Ella sonríe, entonces cuando mi pequeño decide soltarme, corre a abrazar a su tía.

Mientras veo la escena emotiva, un mensaje llega a mi celular.

"Querías una prueba, te daré una, pero no olvides quién eres".

No sé qué quiere decir mi madre con esta aclaración, incluso ha remarcado la última oración en negrita en el WhatsApp, aun así, le restó importancia. Prefiero mirar la hermosa escena entre el abrazo de mi único y verdadero amor, con la persona más importante de mi vida, mi hijo.

―Vámonos ―digo directo.

―¿Qué? ―expresa ella confundida, agarrando la mano de Matthew.

―Vámonos ahora, huyamos ―Sonrío.

―¿Así sin más? ―Se sonroja ―¿Ahora?

Perversa Oscuridad: Caras [#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora