Perversa Oscuridad: Caras [#4]

23: Amor eterno

William

Nunca he dormido tan plácidamente como esta noche, y debería arrepentirme, pero no es así. Será que no recuerdo que pasó hace once años y ahora no importa, será que no debí ordenar que repitiéramos, será que no tenía que pedir desear que fuera solo mía.

Serán cosas de las que quizás te retractes, aunque en este mismo instante realmente no interesa. Abrazo la majestuosidad de su cuerpo desnudo, la suavidad de esa bella piel y acaricio el deleitante rojo de su cabello, una diosa de la pasión, dormida entre mis brazos.

―Mi pelirroja... ―susurro cerca de sus deliciosos labios y esos bellos ojos se abren para mí, a observarme.

Un pequeño rubor crece en sus mejillas y yo tan solo me deleito observando cómo se expande.

―Will...

La puerta se abre de repente con fuerza y somos interrumpidos. Me inclino, sentándome en aquel colchón para ver quién es, entonces visualizo a mi madre, efectivamente como imaginaba, por eso acto seguido frunzo el ceño empezando a enojarme por esa actitud, que no tiene mi consentimiento.

Déjenme que la mato - expresa S. irritado.

Te doy permiso - responde la voz pasiva.

En algo estamos de acuerdo. Me levanto de la cama, completamente desnudo, sin importarme nada y me acerco hasta ella que esta con otros dos Seguidores.

―¿Qué autoridad tienes tu para abrir la puerta de mi habitación? ―sonrío, por esa razón ella ahora frunce el ceño.

―Te dije que vendría... ―traga saliva. Me mira de arriba abajo ―. Y vístete...

―Tú no me ordenas, madre ―miro a mis Seguidores ―. Ustedes, regresen después ―ambos asienten y veo como se retiran, luego vuelvo a observar a mi mami ―. Vete ―exclamo en tono autoritario.

Sonrío cuando no le queda otra que irse, entonces se cierra la puerta con fuerza y yo termino riéndome.

Es por eso que soy el Rey ¡Estúpidos! - grita la voz agresiva.

―Will... ―oigo un susurro.

Ya se me acelero el corazón - expresa la voz pasiva.

Me giro y sonrío, ella se sonroja, manteniéndose cubierta con las sabanas. Hace una pausa y presiona fuerte las mantas cuando va a preguntar.

―¿Por qué los echaste...? ―traga saliva ―me tienen que revisar...

―Porque estamos muy cómodos ―camino hasta ella y subo sobre el colchón, levantando el cubrecama para entrar nuevamente.

Hanna retrocede, pero yo la agarro de la cintura para acercarla a mi cuerpo otra vez, como estábamos antes de que nos interrumpieran.

―No hagas nada o te mataré ―amenaza sonrojada y me río.

―¿Por qué iba a hacerlo si prometiste que vendrías esta noche?

Frunce el ceño.

―¿Y no puedo retratarme?

―Mm... no, lo dijo S.

¡Ese soy yo! - grita la voz agresiva muy animada.

Calla y se considerado - se enfada la pasiva.

Mi pelirroja se da la vuelta y se pone de espaldas, se ha enfadado de nuevo. Sin embargo, termino por abrazarla otra vez y se sobresalta.

―Hanna... ―susurro con los labios en su piel y esta se eriza ―no te enojes, por favor...