16: Padres

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William

Actualidad – Aeropuerto

Bajo del avión de la Logia y me saco los lentes oscuros con una sonrisa. Miro a todas partes mientras avanzo y mis seguidores caminan detrás, mientras Aye va a mi costado.

―¿No se ve sospechoso que demasiadas personas vayan como agentes secretos atrás de nosotros? ―acota la morocha, divirtiéndose con la situación.

―Esta zona está protegida, en cuanto salgamos fuera del lugar seguro, ellos solitos se esparcirán y vigilarán de lejos ―le explico y ella se ríe―. No es un chiste, pero qué bueno que te gustó ―exclamo amigable―. Estos chicos siempre se comportan así. ―Me río también.

Como dije, los seguidores cambian sus posiciones y la detective hace una cara divertida al ver que tenía razón. Una vez que estamos fuera del aeropuerto, Nathaniel nos abre la puerta del vehículo que nos está esperando y se convierte en nuestro chófer, ya que es el único que sabe hacia dónde vamos.

Una vez pasamos la ciudad con aquel coche negro, llegamos a la carretera y el auto se detiene en frente de "ese lugar". La Sociedad de las Letras lo utilizaba para entrenar personas, gracias a los consejos de la Logia de la Serpiente, que obviamente tenemos más experiencia en este tipo de cosas.

Bajo del vehículo y avanzo adentro, mis seguidores también bajan de sus coches, poniéndose alrededor de mí. El sitio está destruido y sin uso, paredes viejas, antiguas manchas de sangre, cadenas rotas y varios cuartos con puertas oxidadas. Este sector necesita una restauración inminente.

―Abran la puerta ―ordeno al llegar al fondo de uno de los pasillos.

Se acerca un experto y desarma la cerradura. Acomodo mi chaqueta y avanzo entre los escombros. Miro hacia el suelo, viendo la tumba.

―Muéstrenme lo que quiero ver ―exijo mientras Aye se pone a mi lado y me observa―. ¿Qué sucede? ―le pregunto.

―¿Por qué quieres abrir la tumba de tu padre? ―expresa pensativa y luego sonríe―. Suena intrigante.

―Los muertos se llevan los secretos a la tumba ―exclamo alegre y me acerco al ataúd, poniendo el código que me robé del pendrive―. Y mi padre sabía mucho de Rosa Negra, tanto que se guardó unos documentos justo aquí. ―Comienzo a abrir la compuerta―. En caso de emergencia tenemos... ―Me detengo, frunciendo el ceño y miro a mi mano derecha―. Nathaniel, ven a revisar esto. ¿Cuál es tu conclusión?

―Pues... ―Observa la tumba vacía, sorprendiéndose―. No la tengo.

―Una de dos ―expresa la detective y entra a examinar el ataúd por dentro, entonces levanta una flor que hay dentro―. O tu padre está vivo, o se llevaron el cuerpo que estaba aquí dentro con la información que querías ―exclama sus teorías y todos quedan desconcertados.

Me pongo serio y pensativo.

―Entonces hay que averiguar de una vez por todas quién es el líder de los Ender.

Hanna

Paso a la siguiente página. Estoy en la biblioteca de la Logia, aburrida, estudiando. Tiene que haber una maldita cláusula que me impida meterme en el cuarto de S, y que encima no me tenga que morir por haberlo desafiado a un duelo. ¿No hay otro castigo? O sea, no puede ser que solo haya dos opciones.

Morir o sexo. ¡Eso es estúpido!

No debería desconfiar de Will, él no me delataría. Aunque se haya comportado extraño este último tiempo, me niego a creer que podría aprovecharse de la situación. Por otro lado, está Bastián y Julia que también lo saben, pero ninguno de los dos quiere termine en la habitación de S, así que ni idea por qué me estoy preocupando, pero si hay alguien más involucrado, como ese hombre de confianza que tiene mi hermana, el que me vio, ¿cómo me puedo fiar de él? Si es un seguidor, tarde o temprano va a abrir la boca.

Continúo leyendo, pero no hay nada contundente que me pueda ayudar, estoy perdida por mis estúpidas acciones. La puerta de la biblioteca se abre y giro mi vista al visualizar una seguidora. La ignoro y sigo con mi lectura, pero de repente me cierra el libro, entonces me sobresalto.

―¿Qué te pasa? ―Frunzo el ceño.

―La Madre Serpiente te llama ―me informa y me quedo tildada.

¿Desde cuándo la señora Rosaura quiere hablar conmigo? Seguro es para hacerme otra trampa, sí, me detesta, pero no me queda otra. Sigo debajo de la escala de jerarquías, incluso aunque sea una Pretendiente, no me puedo negar. Acompaño a la chica y llego al despacho de la mujer, la seguidora nos deja a solas.

―Dígame, ¿qué necesita? ―expreso sin mirarla.

La mamá de Will levanta la vista, sonriente.

―Me llegó una información interesante.

―No sé de qué está hablando. ―Me hago la tonta, pero parece que es obvio a lo que se refiere.

―Admito que siempre he estado del lado de Julia, es perfecta para ser Víbora, pero viendo que sus esfuerzos han estado fallando, debo cambiar de estrategia.

Frunzo el ceño y la miro directo a los ojos.

―¿Qué dice? Julia ya es Víbora ―exclamo su rango al ser la madre del hijo de S y prometida designada por haber dado a luz al primogénito.

―Lo sé, pero eso puede cambiar. ―Sonríe, levantándose del escritorio, y agarra una bebida alcohólica del estante, sirviéndosela en una copa―. Todos saben que Matthew jamás podría ser el próximo S, y los intentos de Julia por tener otro hijo han fracasado. ¿Quieres? ―Levanta la botella y niego, vuelve a su escritorio―. Y viendo la actual situación del futuro de la Logia, creo que tengo que tomar cartas en el asunto, ¿no te parece?

―¿Qué situación? ―Muevo los ojos―. No hay ninguna situación. ―Río nerviosa―. Está todo perfecto.

―Yo vigilo todo, tengo siervos por todas partes... ―Toma un sorbo―. Y sé perfectamente lo que hiciste. Has sido muy irresponsable, pero obviamente sabes cómo solucionarlo. ―Mueve su copa en círculos, mirando el vino, detenidamente.

―Yo... ―Me sonrojo y bajo la vista―. No puedo.

―Claro que sí. ―Se ríe de nuevo―. Solo tienes que decirme cuál es tu momento de ovulación, ni más ni menos, de la preparación me encargo yo. ―Vuelve a beber del vino.

Regreso a mirarla.

―Señora Rosaura, ¿por qué no confía en su nieto? No necesitamos otro heredero.

―Querida... ―Apoya la copa en mesa y se acerca hasta mí―. Matthew no está capacitado para ese puesto. ―Frunce el ceño―. Y lo sabes.

Bajo la cabeza, no obstante, la miro.

―Sí, pero no creo que su dificultad para hablar sea algo por lo cual juzgarlo. Meter a otro heredero le traería problemas al momento de la prueba, ¿no piensa lo mismo? No le está dando ni una oportunidad.

―Intentas evitar mi pedido. ―Se molesta más―. Arriesgarse a algo sin una seguridad es lo mismo que me estás ofreciendo ahora. Tú haciendo un duelo contra el mismísimo Señor S, sin estar segura de que ganarías la contienda, y no traer un heredero sin saber que tu sobrino estará preparado es otro riesgo sin sensatez. Es muy importante tener certeza de lo que uno vaya a hacer, y por lo tanto... ―Me señala―. Tú, como Pretendiente, debes cumplir tu rol por el futuro de la Logia, atreverte a cuestionar nuestras reglas, la destruiría. Más te vale que comprendas, te estoy dando una oportunidad única, acéptala ―exige y trago saliva.

―Pero Will...

―William sabe lo que le conviene y deja de llamarlo así, es Señor S. para ti, ¿entendido? Como detesto lo poco Seguidora que eres. ―Rueda los ojos.

Respiro en profundidad, presiono mi puño, quiero golpearla, miro a un costado y retengo mi furia.

―Ya me retiro. ―Me giro hacia la puerta.

―Espero tu respuesta, S regresa en unos días y tenemos que preparar todo cuanto antes, más te vale que me contestes pronto.

Le levantaría el dedo medio para hacerla rabiar, pero necesito ganar tiempo para descubrir cómo salir de esto. ¿Y quién se cree que es para decirme qué hacer o cómo hablar? Siempre lo he llamado Will, no me vengas con bobadas. Vieja amargada, cómo la detesto.

Me retiro de allí, dándole fuerte a la puerta de un solo portazo. 

Perversa Oscuridad: Caras [#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora