Maratón 2: 3/3
***
El demonio se la pasa un buen rato examinando las alas tras mi espalda atentamente, tan atentamente que parece no percatarse de en dónde están puestos mis ojos. No debería hacerlo, pero la curiosidad me gana y no puedo dejar de mirar de soslayo su negra extremidad rota. Aquella ala de murciélago caída y dañada me causa una pesada sensación en el estómago. Me lo revuelve y me eriza los vellos de los brazos, dejando un incómodo estado de desagrado en mí. No entiendo por qué me siento así al ver su ala lastimada. No es pena, tristeza, compasión, ni tampoco impresión. No sé lo que es, pero me inquieta.
-Tus alas están en perfecto estado.- habla Johnny de repente en voz baja, haciéndome desviar la mirada hacia su rostro. Él sigue con los ojos clavados en mi espalda, pero ya ha dejado de revisar las plumas con sus manos.- Están decaídas a simple vista pero eso es porque aún no han aleteado ni emprendido vuelo.
-¿Es... difícil?- me atrevo a preguntar.
-¿A qué te refieres?- Me observa.
-Volar.- aclaro.- ¿Es difícil... volar?- No lo había pensado antes, pero el sólo hecho de razonar que en un futuro tendré que elevarme y planear como lo hacen Miguel y Raspberry se me hace demasiado irreal. Me emociona y aterra a la vez, pero aún no puedo asimilarlo. No me lo creeré hasta que lo realice.
-Con unas alas fuertes y jóvenes como las tuyas...- suspira el demonio, volviendo su mirada y su mano delgada hasta las plumas grises.- ...debería ser algo natural en ti.
Le observo atentamente.
Johnny parece haberse perdido en sus pensamientos de un momento a otro. Una mueca extraña le ha transformado el rostro y sus ojos celestes miran fijamente las plumas grisáceas. No sé interpretar lo que dice su mirada filosa, por lo que me quedo callado esperando a que él mismo salga de su ensimismamiento.
El minuto más entero de mi vida pasa y el demonio aún no dice nada. Carraspeo desesperado por que deje ya de mirar mi espalda, pero él sigue divagando en su atascamiento mental. Suspiro sin poder creérmelo, comenzando a preocuparme en serio.
-Em... ¿Johnny?- murmuro, pero él no dice nada. Está tan quieto que parece que se ha muerto de pie y con los ojos abiertos.- Joh... Johnny...- le llamo una vez más. Aproximo cauteloso mi mano hacia su hombro y lo remuevo un poco, entonces al fin él deja caer los párpados por completo y luego de un momento los abre lentamente. Puedo ver con mi visión aguda cómo sus pupilas antes delgadas se relajan mínimamente, volviendo a su estado original.
Ninguno de los dos dice nada, hasta que él vuelve despacio su mirada a la mía y me examina con cansancio.
-Me he quedado quieto, ¿verdad?- pregunta pareciendo resignado.
-Eh... sólo un momento.- intento tranquilizarle, ya que en verdad su rostro ahora muestra agobio y también algo de molestia.
-Lo siento.- se disculpa aclarándose la garganta.- Suele pasar. Hubo un año en el que me la pasé constantemente convertido en gato y pues, desde que volví a mi forma original de demonio este extraño y molesto "tic" no se ha ido.
-E-Está bien, no tienes que contarm...- comienzo a decir, pero él me interrumpe.
-Todos los demonios pueden convertirse en gatos, pero a algunos les gusta demasiado la forma de vida que llevan algunos de estos mininos y terminan olvidándose de su verdadera entidad. No lo entiendo, la verdad.- continúa hablando seriamente sin mirarme.- Convertirse en gato no es tan agradable, no para mí al menos, ¿sabes por qué?
-Yo no...
-Porque cuando se es una bola de pelos que no sirve para nada más que comer y defecar hay mucho tiempo libre y en ese tiempo libre uno se pone a pensar en cosas que no se deberían pensar con tanto detenimiento. ¿Ahora entiendes por qué me quedo como idiota viendo la nada a veces?
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El Brillo de la Oscuridad (Rubelangel)
Fanfic¿Le tienes miedo a la oscuridad? ¿Amas a la oscuridad? ¿Le tienes miedo al brillo oscuro? ¿Amas el brillo oscuro? Deja que sus alas te envuelvan... Déjate llevar... No tiene sentido ocultarse... de la inminente oscuridad... ....... (La pareja prin...