La versión desconocida de la Travesía del Viajero del Alba (Edmund y tú)

Capítulo 19: Cuando las cosas parecían ir bien

Aún no sé cómo pude dormir la noche anterior. En mi mente aún estaba ella, sonriéndome, entrelazando sus dedos con los míos. ¿Había sido todo realidad o un simple sueño?

Debí de haber despertado temprano, ya que Caspian seguía durmiendo, al igual que los demás. Froté mis ojos y me estiré. Luego miré a mi alrededor, lentamente. Caspian dormía muy tranquilo, Eustace roncaba, Reepicheep se daba la vuelta, pero...faltaba Kilian. Miré hacia el techo extrañado, poniendo mi mano en la empuñadura de mi espada. Y de pronto apareció en mi mente: ¿por qué estoy pensando en Kilian si solo hace unas horas nada más besé los dulces labios de la Princesa Perdida? La chica que simplemente lo cambió todo. Pero algo hizo que me olvidara de eso, de repente. En ese silencio, solo interrumpido por el suave sonido de las olas chocando contra el barco, se escuchaban ruidos de pisadas. Primero fueron lentas, luego apresuradas y luego lentas nuevamente, junto con una carcajada corta. ¿Qué estaba pasando?

Me levanté, tomé mi ropa, me vestí, tomé de nuevo mi espada y salí a cubierta. El sol recién estaba saliendo y habían muy pocos tripulantes levantados.

-Buenos días, Majestad-escuché desde el puente de mando.

Me dí la vuelta.

-Buen día Drinian. Escuché pisadas y risas...¿Kilian está aquí?-pregunté.

-Como todas las mañanas-respondió, haciendo una mueca.

¿Como todas las mañanas?, pensé. Comencé a caminar hacia los barriles donde siempre nos sentábamos, buscándolo, pero no había señal de él. Me dirigí hacia la proa, muy lento, atento a todo. Sentí un leve crujido de la madera y luego un gran estirón hacia abajo, que hizo que cayera de rodillas. Me volteé a ver, a punto de decir algo si se trataba de Kilian pero no..agitada, riendo entre dientes y agachada junto a mí, era _____.

-Buenos días dormilón-susurró, sonriendo.

-Creí que eras Kilian-pude decir.

-Seguro está buscándome dentro del barco-rió-. Hacemos esto todas las mañanas antes de que todos despierten.

¿Hacemos? Uf...ella y Kilian nuevamente, los dos telmarinos jugando.

     -¿Ed?-escuché, saliendo de esos pensamientos. La miré, algo serio. Ella sonrió, mirando el suelo-. Desde que desperté no dejo de pensar si lo que sucedió anoche fue real o solo un sueño.

     Y otra vez el beso, borrando cualquier rastro de celos. Solté una sonrisa, fue inevitable. Tomé una de sus manos con delicadeza, acariciándola y acercándola a mis labios.

     -Ni una, ni otra...fue un sueño hecho realidad-besé su mano y la miré. Ella sonrió, algo sonrojada.

     Y nuevamente se escuchó el crujir de una madera, haciendo que ambos volteáramos. Era Kilian, caminando y buscando atento.

     -Es Kilian...-susurró ella, queriendo reír. Luego me miró. A estas alturas ya conocía todas sus miradas y me apresuré a responder.

     -Yo lo distraigo.

     Sonrió y se acercó a mi oído.

     -Ya sabes que te debo una-susurró y con una última de sus hermosas sonrisas, de cuclillas, fue a esconderse con el mayor sigilo posible.

     Me puse de pie. Kilian me notó y se acercó a mí.

     -Hey Ed, buenos días-hizo una leve reverencia. Kilian aún tenía la costumbre de hacerlo aunque le había dicho que no hacía falta-. ¿Cómo despertaste?-preguntó mirandome y luego a su alrededor.