Capítulo 20: Pero qué hice...

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Al tocar superficie, instantáneamente di aviso a los demás, verificando con la mirada que no se presentara peligro alguno. El segundo en bajar fue Caspian, seguido por Lucy y por último _____, quien al verme envió una de sus sonrisas brillantes, esas que me hacían perderme completamente. Yo le devolví la sonrisa. Por Aslan, es que ¿tan hermosa puede ser?. Son cosas que no digo o expreso, tal vez debería decirlas, debería...pero algo no me deja hacerlo.

Comenzamos a recorrer la caverna, cada uno por su lado, atento a todo. No había señal de vida y estaba muy silencioso, a excepción de nuestras lentas pisadas. _____ venía detrás mío, examinando algunas formaciones rocosas. Pude distinguir agua a unos pocos metros y me dirigí hacia allí, dando aviso a los demás. No era muy estrecho y no tenía tanta profundidad, al menos desde donde yo estaba parado, asi que tenía una buena visibilidad si se observaba detalladamente. Y, efectivamente, pude ver algo.

-¿Qué es eso?-preguntó Caspian, mirando hacia el agua. Veíamos lo mismo, claramente.

Me acerqué aún más a la orilla.

-No lo sé, pero desde aquí parece una estatua-opiné.

Se destacaba en la oscuridad una silueta dorada de un hombre, rígido y con sus manos extendidas, como si quisiera tomar algo. Lo único que lo mantenían en su lugar eran algunas rocas.

-¿Se podrá limpiar el agua? Ya comienza a escasear..-sugirió _____, acercándose a la orilla y extendiendo una mano para tocar el agua.

-Espera-la detuve, apartando su brazo.

-¿Qué?-preguntó extrañada, enderezándose.

Miré a mi alrededor. Luego me encaminé hacia una de las rocosas paredes de la cueva, arrancando un pedazo de corteza seca. Volví a la orilla, con las miradas confusas de los tres sobre mí, y me puse de cuclillas introduciendo la corteza en el agua. Todo iba bien, hasta que noté que al mínimo contacto que hizo con ésta comenzó a volverse dorado. De inmediato la saqué para verificarla pero el color dorado seguía extendiéndose a lo largo y se me fue haciendo más pesada. El color se extendía, más pesaba, pero una idea en mi mente evitaba que la soltara.

-¡Ed!-gritó _____, cuando la corteza ya estuvo cubierta casi hasta el final.

Tomó mis manos y despegó mis dedos con brusquedad de la corteza, dejándola caer al agua. Ahogué un grito, con los ojos abiertos como platos. La corteza comenzaba a hundirse con pesadez.

Miré a _____, quien me miraba algo asustada, acariciando su mano derecha con impaciencia.

-Debió caer al agua-habló Caspian, rompiendo el silencio, mirando al hombre nuevamente.

Volví mi mirada a ella. Se había echo unos pasos detrás de su hermano y Lucy. Rayos...quería pedirle disculpas pero no salían las palabras, algo obstruía mi mente. Volví a mirar hacia el agua, soltando un suspiro.

-Pobre hombre-soltó Lucy.

-Más bien pobre lord-repuse.

-El escudo de lord Restimar-dijo Caspian, señalándolo en el agua.

-Y su espada-noté de inmediato, señalando también.

-La necesitamos-murmuró Caspian.

Ni siquiera esperé a que lo dijera, ya estaba desenvainando mi espada. No estaba seguro de por qué lo hacía, pero algo tenía en mente.

-Mucho cuidado-dijo Lucy, cuando me acerqué otra vez a la orilla.

Fue algo amargo no oírlo de _____, pero supuse que mi reacción anteriormente la había dejado mal. Sin embargo escuché unos pequeños murmullos de su parte a Caspian, quien luego de eso ya estaba mucho más cerca mío. Me agaché y, con la punta de mi espada, enganché la empuñadura de la otra, que estaba sumergida no muy lejos. Nada sucedió. Las espadas estaban intactas.

La versión desconocida de la Travesía del Viajero del Alba  (Edmund y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora