Capítulo 30: La última aventura y el primer amor

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-Ed, Ed...

Abrí los ojos de pronto, sobresaltándome. Era Lucy.

-Lu-dije, aflojando los músculos-, ¿qué pasa?

-Lo siento-se disculpó-, pero tienes que ver esto.

Luego vi cómo se acercó a Caspian y también le avisaba, en susurros.

Me levanté y pude notar que Kilian ya estaba despierto, junto a la puerta. Seguro había estado con Lucy desde la mañana. Para mí, ya no tenía mucho sentido levantarme tan temprano, mi mente y mi cuerpo solo querían descansar.

Cuando estuvimos listos, seguimos a ambos hasta la cubierta, donde nos señalaron algo que había más allá.

Mi mente primero se fijó en las flores blancas que aún estaban sobre el agua calma, pero luego pude contemplar algo maravilloso. A unos pocos metros del Viajero del Alba, emergía una especie de playa y en su borde, unas olas de tamaño majestuoso se elevaban, como si fueran a estallar en cualquier momento en la playa, pero allí se quedaban, estáticas.

-¿Qué es eso?-pregunté.

-El fin-respondió Drinian-. Llegamos al borde del mundo.

Lucy y yo cruzamos miradas, seguro sintiendo lo mismo. Nuestro viaje llegaba a su fin.

-Iremos a explorarla-anunció Caspian-. Drinian, dile a Tavros que prepare un bote para nosotros. Deja a los demás descansar un rato más...no creo que haya peligro alguno.

-Sí, mi señor.

-¿Piensas que encontrarás algo allá?-le pregunté a Caspian, que miraba hacia las olas.

-Eso creo-contestó-. Eso siento al menos...

Me quedé quieto, mirando hacia aquellas olas, mientras todos se ponían en movimiento para preparar el bote. ¿Era hora de volver a casa? ¿O simplemente venía alguna otra aventura inesperada? La verdad, interiormente sentía que era más lo primero y no sabía cómo reaccionar al respecto.

Cuando ya estuvo todo listo, Lucy, Caspian, Eustace, Reepicheep y yo subimos a la embarcación. Kilian se quedaría con su padre, ya que estaba débil por todo lo que había pasado.

Caspian y yo nos encargamos de remar, mientras en el camino Eustace contaba su experiencia viendo a Aslan y sintiendo su poder. Al escucharlo, sentí una especie de resentimiento, un nudo en el estómago y recordé a _____. Desde el día en que encontramos su cuerpo, no podía evitar sentir un resentimiento hacia él por no haberla salvado, por no tenerla ahora junto a mí, iluminando el día con su sonrisa. Por otro lado, irme de Narnia iba a ser doloroso, sí, pero imaginaba que me hubiera dolido aún más si me hubiese tenido que despedir de ella y dejarla, como pasó con Caspian y Susan. Por lo tanto, estaba en un limbo, sin saber que sentir realmente ante todo, estaba aquí y allá.

-Siento haber sido tan detestable-murmuró Eustace.

Sonreí. Había cambiado bastante.

-Está bien Eustace-contesté-. Fuiste un buen dragón.

-Amigos míos-soltó Reepichep, que se encontraba detrás de Caspian y yo-. Hemos llegado...a la Nación de Aslan.

Todos volteamos a ver, maravillados por lo que se hallaba ante nosotros.

Al llegar al lugar, mis ojos de inmediato contemplaron la inmensidad de las olas ante mí. Era impresionante tenerlas frente mío, elevándose con majestuosidad. Todos estábamos hipnotizados, mirándolas. Caminamos un par de metros hacia el lugar, para examinar de cerca las cristalinas olas.

La versión desconocida de la Travesía del Viajero del Alba  (Edmund y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora