Marinnette:
—¡Nino! ¡Regrésame mi teléfono! — Alya gritó cerca de mi oído, a lo que me dolió bastante.
—Ay, Alya, shh. —me quejé, cerrando fuerte mis ojos. Esa mañana me encontraba muy irritable.
—Uy, perdón. ¡Nino, Regrésame mi teléfono! —ésta vez, lo susurró.
—Dios, qué sueño —me recosté en la mesa, tapando mi cabeza para evitar escuchar ruidos molestos, como la voz chillona de Chloe. Pero no era cómoda, así que volví a sentarme recta.
—¡Oh, gracias! ¡Al fin! –chilló ya con su móvil a la mano, escuché que lo besó–. Te amo, mi bebé hermoso, no sé qué haría sin ti —y como si fuera poco el beso, también lo abrazó.
—¡Hey! ¿Y yo qué? —se quejó el moreno, haciendo un puchero.
—Ash, ven para acá, mi Bruno Mars Junior — se demostraron afecto públicamente, a lo que desvié la atención haciendo una mueca.
—¡Puaj! —bufé.
—Cálmate, cupido negro, que luego estarás así —masculló Alya, guiñándome el ojo.
—¿Y esas horribles ojeras? —preguntó Nino, señalándolas.
—¡Nino! —lo reprendió mi mejor amiga, dándole un codazo en las costillas.
—¡Auch! ¡Sólo era una pregunta! —dijo el muchacho, no entendiendo qué había hecho mal.
—Eso jamás se le menciona a una chica, memorízalo —y le dio un zape.
—No, déjalo –le dije, para evitar que lo siguiera atormentando–, no dormí en toda la noche. ¿Se nota bastante, verdad? —les sonreí con pena.
—Ahh... — los dos no dijeron nada, aparte de ello. Negué con la cabeza, un poco divertida.
—¿Y por qué no dormiste, eh, eh?
—... tareas atrasadas que me puse a hacer... — mentí.
O sea, si les digo que la nada me tiró por el balcón, quedé colgada, y un chico con forma y actitud de gato me salvó de la muerte, dirán que estoy loca, y lo único que me dirían sería algo así como: "Deja de drogarte". Y bueno, no quiero un sermón de por qué estaba fuera de mi habitación después de las diez de la noche por parte de aquella loca.
—Yo te pregunté qu si te las prestaba para que no fuera tan tediosa la tarde pero tú no quisiste —me regañó Alya.
—Sé lo que dije, pero entonces ¿cuál es el chiste que mis padres paguen por darme educación si yo sólo voy a copiar lo que otros hacen sin esforzarme en resolverlo yo? —cuestioné.
Todos me miraba de una forma rara.
—¿Qué mosca te picó? — Kim, que pasaba por ahí, preguntó.
—La de los nerds —Chloe respondió, riéndose a carcajadas junto a una Sabrina no muy convencida del chiste, por que pues, ya saben, es una cerebrito.
Decidí ignorar su comentario y seguir mi relato.
—Una mosca muy sabia —aclaró Nathaniel, sentado atrás de nosotras.
—Exacto –le di la razón al pelirrojo–, así que si pudieran no gritar tan alto se los agradecería bastante.
Fue ahí cuando la chicharra sonó, taladrando mis oídos.
—¡Fin de la clase! Vámonos Marinnette — la castaña-pelirroja me sujetó de la muñeca y me arrastró por medio salón, hasta llegar a la parte posterior de la escuela.
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Promise | Marichat | TERMINADA
FanfictionEn la sala de parto, un error de novato mata al ser más preciado de Sabine Cheng y Tomas Dupain: Su pequeña hija, Marinnette. En el llanto, en la depresión, un ser diabólico fuera de esta dimensión, le propone hacer un trato con la madre, en el que...