Marinnette:
—¿Me veo bien? —le pregunté a Alya, luego de haber salido del baño.
—Perfecta. Oye, gracias por llevarme a la pasarela, y por este cool vestido —movió sus caderas de un lado a otro, ya que la falda tenía mucho vuelo.
—No hay de qué, no quería desperdiciar el boleto. Estas cosas solo pasan una vez en la vida, hay que aprovecharlas —sonreí un poco forzada.
Realmente no pensaba ir, pero mamá me dijo que no debía ser grosera con el diseñador Agreste, y que para demostrar que apreciamos su regalo debíamos utilizarlo.
Y bueno, tampoco tenía nada qué hacer en mi aburrida casa, así que invité a Alya para que fuéramos las dos juntas.
Otra razón por la cual decidí ir fue porque si no iba levantaría el desastre de mi cuarto, y eso no era una opción para mí.
¿Qué esperaban, que dijera que iba a ir por querer ver a Adrien? ¡JAJAJAJAJA!
Pues no.
—¿Te llevarás algo? Ya para meterlo en la bolsa, ya que llevar algo en la mano es muy peligroso —mi mejor amiga me sacó de mis pensamientos.
—Eh, sí. Mi libreta de diseños —respondí atolondrada.
—¿Nada más?
—Creo que no.
Me dirigí al buró donde estaba mi ropa, y abrí el último cajón de éste. Luego de remover algunas prendas, visualicé el cuadernillo rosa decorado con puntos negros envuelto en una bolsita de plástico y lo tomé.
—Eres muy exagerada.
—Es a prueba de torpezas de Marinnette —comenté, bromeando.
Ella se carcajeó.
Se lo entregué y lo empacó cuidadosamente.
—Pongámonos en marcha, que pronto empezará la función —y me guiñó el ojo.
Bajamos los escalones y nos despedimos de mi mamá, saliendo de la pastelería, caminando directo a la mansión Agreste.
—¿Y la casa es grande? —preguntó Alya, intentando hacer conversación.
—Uf, como no te lo imaginas, exageradamente grande. Lástima que sólo viven dos personas, o quizás unas cinco. Igualmente es un desperdicio total —respondí, sintiendo mis orejas arder.
Demonios, no quería ir. Pero tampoco podía echarme hacia atrás, invité a Alya en esto, y no podía dejarla ir sola, ¿qué dirá el diseñador? O peor aún, ¿qué dirá mi mamá cuando se entere de que no fui exactamente a la pasarela?
—No sé, pero la cruda realidad no es lo tuyo. ¿Qué sucede? —giró a verme, alzando una ceja escéptica.
Me callé durante unos segundos, buscando entre mi cabeza qué contestar.
Bah, le voy a decir la verdad.
—Es que... El día que fuimos a entregar los pedidos a la mansión, me encontré con un chico que decía gustar de mí. Pero al final todo fue... Falso, y no sé cómo sentirme al respecto —suspiré, algo cansada.
Bueno, no exactamente la verdad. Le conté lo básico del problema pero con eso era suficiente para sentir que contaba con mi amiga.
Posicionó su antebrazo en mi hombro, y con una pequeña risa respondió: —Los chicos son complicados. Seguro se sentía intimidado, dicen que para los chicos es más difícil declarar su amor a la chica que creen es la indicada para ellos, no sé por qué pero eso sucede con todos. Y no te sientas mal si no pudo decir 'pío' cuando estaba frente a ti. Verás que al final sí se animará a contarte cuando sea el momento indicado para él porque tampoco puedes presionarlo, así no suceden las cosas —dijo, siendo muy cuidadosa con sus palabras.
Tenía razón, lo presioné para hablar cuando no debía ser así.
—Pero mientras tanto, tienes que pasarla bien, no solamente pensar en ello, sino te pondrá más nerviosa de lo que deberías estar en estos casos. Y... ¡Ya llegamos! —chilló en la entrada—. Iré a apartarnos los mejores asientos.
Reaccioné rápido y la detuve.
—No podemos entrar sin éstas bellezas —y le enseñé los boletos.
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Promise | Marichat | TERMINADA
FanfictionEn la sala de parto, un error de novato mata al ser más preciado de Sabine Cheng y Tomas Dupain: Su pequeña hija, Marinnette. En el llanto, en la depresión, un ser diabólico fuera de esta dimensión, le propone hacer un trato con la madre, en el que...