12. A los 18 años

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Marinnette:

—¡Muy bien Sabine! ¡Al fin se los has dicho! Aunque un poco bastante tarde... — el hombre de negro volvió a reír.

—¿Por qué no lo dijiste antes? —papá habló, con la voz quebrada.

—Porque tenía miedo... —ella respondió, cubriendo su cara con vergüenza.

Jamás me había sentido así, sí sabía que los padres lo sacrificaban todo por cuidar a un hijo, por protegerlo y amarlo. ¡Pero ella hizo un pacto con un demonio, sólo para mantenerme con vida, o al menos revivirme!

Ahí me di cuenta de qué tanto me amaban mis padres, mi madre, ocultando este secreto por tantos años.

—¿Entonces por qué me devolviste la vida, si después me arrebatarías de ellos? —una furia indescifrable se desató en mi interior. Quería golpearlo, quería hacerlo sufrir, no podía quedarse así, tenía que defender a mi pequeña familia.

—Oh, cariño, los demonios envejecen, y también necesitan herederos al trono que ahora estoy ocupando. Hace 18 años decidí tenerle compasión a tu madre, por pura casualidad me aparecí frente a ella, pero después lo pensé muy bien y me di cuenta que me estaba beneficiando con tu renacimiento... — se encogió de hombros, como si fuera algo normal.

¿Pero qué creen? ¡No lo era!

—Tic tac, el tiempo avanza, entre más temprano mejor —desapareció de nuestra vista.

Un estirón de cabello me hizo levantarme del suelo, mientras dejaba escapar un gemido de dolor al sentir la afilada cuchilla cerca de mi garganta. No cortaba profundamente, pero el miedo era más fuerte que mis instintos.

—¡No! ¡Marinnette! —mi padre trató de acercarse. Pero Sombra alzó la mano, e hizo que él saliera disparado, directo a la pared, impulsado en lo que parece fue un monto de arena negra.

—¡Papá! —exclamé asustada. Temí por su vida.

—¡Oye! –todos volteamos a ver de dónde provenía esa voz–, así no se tratan a las damas. Menos a una dama francesa, libérala.. Ahora — el chico gato apareció, apuntando al intruso con su barra de metal, amenazador.

—¿Y tú qué eres? —Pitch, o así le dijo mi mamá, sonrió de lado. Como si no le importara al final lo que contestaba.

—Debería preguntarte lo mismo, vaya, ¿toda esa arena se acumuló por no bañarte? Wakala, qué asco —bromeó el rubio.

La sonrisa que unos momentos antes el demonio tenía se esfumó.

Y la reemplazó una cara molesta.

—¿Es en serio? ¿No sabes distinguir entre "mugre" y sueños de niños convertidos en pesadillas impregnado en el vestuario? ¿Qué le está pasando a la raza humana? Al parecer se está volviendo más estúpida —y rodeó los ojos fastidiado.

—¿Podrías dejar el bardo de lado y rescatarnos ya? —les grité eufórica.

—¡Tú cállate! —Pitch me exclamó, azotándome contra el suelo.

Mi frente impactó de una manera tan brutal, que empecé a ver puntitos de colores. 

Lo que eran gritos, se escuchaban como si fueran susurros.

Alcancé a probar el horrible sabor metálico de la sangre, salía de mi labio roto.

"Marinnette, despierta. Por favor, despierta"

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Promise | Marichat | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora