22. Mi portador es...

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Marinnette:

—Como te decía, esto que voy a decir probablemente te suene loco. Pero sabiendo que te enfrentaste a un loco del infierno creo que esto será más fácil de digerir.

—¿Cómo es que sabes que peleé contra un demonio? —me paré sorprendida.

Esto no era normal. Se suponía que sólo yo, mis padres y Chat Noir sabían acerca de esto.

¿Será que algún vecino fue testigo de todo lo que nos pasó?

—Tranquila, la respuesta es simple: Soy Chat Noir —y se señaló completo.

Fruncí el ceño. Con una mueca de escéptica.

—Tú no eres Chat Noir –me crucé de brazos—, a nadie engañas.

—¡Soy Chat Noir! Dentro de lo que cabe en la palabra —se rascó la... Nuca, incómodo.

—¿Qué tratas de decir? —alcé las cejas.

—Mira. Tengo prohibido contar esta clase de información, pero confiaré en ti, espero que no me decepciones.

—Creéme, no lo haré.

—Yo... Soy un Miraculous. Una clase de, podríamos llamarlo, "objeto" que le da poderes a un individuo elegido por un hombre que nos protege. Yo soy el encargado de convertir al elegido en Chat Noir. Hay más como yo pero esa es otr...—exaltada, lo interrumpí.

—¿E-el elegido? ¿Sabes quién es Chat Noir?

—Eh, éste, podría decirse que sí.

Literalmente, empecé a saltar como canguro de la alegría.

—¡Ahhh! ¡Qué bien! ¡Qué bien! ¡Qué bien! ¡Al fin podré saberlo! —chillé.

—Hey, hey, hey. Recuerda lo que te dije: nadie más puede saberlo, guarda silencio por favor.

—¿Y por qué yo soy la excepción? —susurré.

—Acércate —susurró.

Hice lo que me pidió.

—Un poquito más.

Volví a acercarme, hasta el punto de tenerlo en mi nariz.

—Tú eres la excepción porque...

—¿Porque...?

—Porque le gustas.

¡¿Qué?!

—Bueno, al menos podría decirse así. Ya que yo no comprendo sus emociones, no del todo, es muy rara su forma de mostrarlo —parecía fastidiado, quizás ya había sido atormentado tanto tiempo por ese sentimiento.

—¿Entonces me vas a decir quién es o qué?

—Uy, tranquila. Pista: vive en esta casa.

Me quedé pensando, y cuando hallé una posible respuesta hice una mueca de credulidad.

—¿La recepcionista que nos atendió a mi mamá y a mí hace unos momentos?

—Chat Noir es un chico. ¿Qué piensas al compararlos? —el pequeño "Miraculous" me miró indignado.

—Bueno pues, ya pondré más atención —levanté las palmas de mis manos, en forma de rendición.

—Pista 2, por que al parecer no sabes diferenciar géneros —y volteó los ojos—. Es un hombre.

—¡¿El señor Agreste? Es muy... —busqué las palabras adecuadas para describirlo sin que me corriera en el camino—... Adulto como para ser Chat Noir!

—¿Qué? ¡No! —se golpeó la cara con sus manos—. Tú, niña, me desesperas —se quejó Plagg apuntándome con su casi diminuto dedo.

—¡Ay, pues si me dijeras...! —me interrumpió.

—Adrien Agreste.

Se me vino a la mente el joven de cabellera rubia que nos gritó cuando Alya y yo nos alejábamos de esta mansión aquel día.

—Con razón se me hacía tan familiar —susurré, pero creo que el... Ratoncito alcanzó a escucharme.

—¿Ya lo conocías?

—Sólo hablamos una vez sin su traje.

—¡¿Y qué estás esperando? Ve con él!

—¡¿Qué?! —mi mueca se transformó a una de terror, abriendo la boca y los ojos por completo.

Soy un desastre con los chicos.

—¡Está en su habitación! Deprimiéndose porque no te puede contar su secreto y blablabla, ya sabes, típico rey del drama. ¡Pero ahora que sabes, ve y habla con él! —exclamó.

—¡Pero, pero, ¿qué voy a decirle? –empecé a paniquearme–. ¡Hola. Soy Marinnette, tu bicho Plagg me dijo que tú eras Chat Noir y estoy sorprendida al igual que tú! ¿No te quieres casar conmigo? —hablé sin sentido alguno.

—Eh, ¿sí? Podrías decirle algo así.

—¡¿Qué? ¿Acaso estás demente?!

Respira mujer, que te dará un paro aquí mismo.

—Okay, no soy bueno haciendo discursos, pero sí sé una cosa: se te está acabando el tiempo. Y presiento que de aquí a que vayas arrastrando los pies hasta la habitación de Adrien ya habrán abierto la puerta y perderás tu oportunidad de hacerlo feliz.

Respiré profundamente.

—Está bien, llévame con él.

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Promise | Marichat | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora