Capítulo IX

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Caía un gran aguacero por todo el pueblo y justo hoy Gisèle se había llevado su Camaro y no se fue con Aldric, como todas las mañanas hacía. Chloe se fue en su recién llegado Porsche y yo me quedé con mi moto...En momentos como este no me agradaba tener moto.

Lo peor es que mi chaqueta negra no la encontraba por ningún lado de la casa.

Me puse una camisa azul rey manga larga y unos vaqueros oscuros rasgados. Me iba a tocar mojarme, menos mal que el frío no me afectaba.

—Psyche, estas...—me dijo Ryan, como si yo no lo supiera, apenas me vio bajándome de la moto.

—Empapada— complete quitando de mi cara los mechones que se pegaban a ella—Lo sé.

—Debes estar muerta de frío. —me dijo Sunny buscando en su bolso otro suéter.

—No, en realidad estoy bien— pero acepté su suéter, no iba a ser nada normal que pudiera resistir el frio sin que me diera hipotermia.

Entré en el baño y me quite la camisa, me puse el suéter tejido cuello alto de un tono azul. Cuando salí todos estaban esperando por mí, que lindo andar todos en grupito.

—Estas muy linda. —me dijo Sunny— A mi no me queda el suéter así de bien.

—Que puedo decir es un don— le dije encogiéndome de hombros. Le sonreí y caminamos juntas hacia nuestra primera clase del día.

—P, quisiera darte un consejo para el día de hoy—me dijo antes de acercarse a mi oído—Te paciencia, y no seas muy dura.

No entendí a que se refería, esperé a que me explicara más, pero se alejó y se sentó en su puesto tres lugares más atrás de mí, siempre se sentaba cerca de mi.

—Psyche—pronunciaron mi nombre en el puesto de atrás. Al voltear me encontré con un chico con muchos lunares en su rostro con su cabello rizado cayéndole sobre su frente. Se notaba nervioso y algo asustado, me acordaba de su nombre, era Max.

— ¿Si?

Dudó en hablar pero como me encantaba mortificar a las personas, sobre todo a los muchachos, le di una sonrisa.

—Yo quería hablar contigo— trago saliva y comenzó a decir lo que quería de forma apresurada— Me preguntaba si te gustaría ser mi pareja en el baile.

No estaba preparada para esa pregunta y era verdad que nunca me habían invitado a un baile en todos mis años de vida, si es que podía decir que estaba viva.

Normalmente no me unía mucho con los humanos pero esta vez estaba más sociable y me di cuenta que me había comportado de una manera tan amable, que un muchacho que no conocía y no hablaba conmigo me estaba invitando al baile, del cual se me había olvidado su existencia, aunque existían muchas pancartas por todos los pasillos.

No quería lastimar al chico pues se veía que le había costado pedirme ir con él al baile. Pero ya saben estas situaciones era mejor tratarlo como si quitaras una curita, rápido y así el dolor es momentáneo y todos podrán seguir con sus vidas como si nada.

—No quieres ir al baile conmigo, de eso estoy segura— hable con una voz suave.

Está bien había usado mi poder, solo un poquito además estaba fuera de peligro hace menos de un día me había alimentado. El pobre chico aceptó mis palabras y siguió con lo suyo, nadie se había dado cuenta de nuestra pequeña charla.

Las clases terminaron y un chico moreno se acercó a mí, cuando aún seguía guardando mis cosas.

Sunny se fue, con una sonrisa en los labios, a la puerta donde estaban esperando Ryan y Alan.

Colmillos En Su SonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora