Capítulo XVI

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Me quedé parada viéndola impactada, pensé por un momento que sus palabras eran imaginación de mi cabeza.

—Sabes que no me gusta tomar sangre de personas que...— le comencé a decir, recuperando mi voz.

—Vamos, Psyche, tenemos que regresar a la casa y si haces eso terminaremos rápido. —me dijo se notaba que ella también estaba perdiendo el control.

Era la primera vez que alguien descubría nuestra verdadera forma.

Es verdad que hicimos desastres, bueno yo los hacía y luego Chloe como buena hermana me ayudaba a limpiar todo el mal entendido, pero nunca nada tan grande y serio como esto.

Acepté pues no teníamos opciones, y me puse de rodillas al lado de Federick, él se intentó alejar de mí, pero luego quedó pasmado por un segundo. Completamente hipnotizado en mis ojos.

Fue extraño pues no estaba empleando mi poder...

Él susurró algo así como un no me mates...

—Lo siento...— susurré antes de sacar mis colmillos y enterrarlos en su fina piel.

Su sabor era divino, nunca en todos mis años había probado algo tan delicioso como su sangre.

Sus gemidos de gusto sonaban en mi oído, me sentía demasiado bien esa mezcla de estar tomando su sangre y sus sonidos en mi oído.

Era celestial...

Pero el tósigo que hacía que las mordidas de los vampiros se sentirán placenteras me sabia diferente, la sustancia era más espesa y dulce...pero no le preste mucha atención y seguí bebiendo de Federick como si la vida se me fuera en ello.

No estaba segura de por cuánto tiempo me quedé bebiendo de él, pero comencé a escuchar a alguien llamándome por mi nombre, pero decidí ignorarlo.

Hasta que una mano tomó mi hombro y me separó con fuerza de su dulce néctar.

Enfoque mi vista en el cuerpo de Federick que se hallaba acostado por completo en el pavimento.

—No puede ser. —Dije sin moverme de mi puesto— Lo maté— sentencie con tristeza.

—No lo mataste, Nena— corrigió Chloe mirando al chico— Puedo oír su corazón...

Luego me lanzó una mirada y alzó su ceja.

—Seguro que tu también lo puedes escuchar, además estas más cerca.

Era verdad escuchaba su corazón, en un pulso débil por la gran cantidad de sangre perdida.

— ¿Qué hiciste?—me preguntó con la nariz fruncida.

— ¿A qué te refieres?— pregunté de regreso, pues no entendía lo que me decía.

—No lo sé...— dijo mirando al cuerpo de Federick—Usa tu poder y no sé, será que...— ordenó y pensaba en las cosas que podíamos hacer al mismo tiempo.

—No puedo— ahora era en verdad que no podía usar mi poder— Mi poder funciona solo si la otra persona me ve a los ojos.

Le expliqué, sabía que podía usar solo mi voz y trabajar con el subconsciente pero aun no lo dominaba del todo y no podía tratar algo tan delicado a la ligera.

Nos quedamos pensando en las opciones que teníamos, pero no se me ocurría nada.

Ahora todo se complicaba cada vez más, él sabía de los vampiros, y estaba inconsistente así que no podía hacer nada.

—Ya sé — aportó Chloe— Podemos llevarlo a la casa y allá le daremos sangre o sencillamente Gisèle lo puede revisar, porque...

— ¿Qué va mal?— no sabía lo que ella pensaba y mi hermana no me lo terminaba de decir.

Colmillos En Su SonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora