Capitulo XXVI

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 —Luces hermosa vestida de azul. —Chloe me ayudó a arreglarme, porque según ella no iba a hacer un buen trabajo por mi propia cuenta.

Había tardado como unas dos horas en mi cabello pero lo dejo recogido, me sentía que regresaba en el tiempo en esos peinados de las divas de los años 60.

—No quiero este peinado— me miraba desde todos los ángulos el peinado y no me agradaba en ninguno, era una tontería pero no quería tener todo agarrado, muchos malos momentos en esas épocas que debía ser una señorita de clase, menos mal todo eso se eliminó.

— Niña salvaje, déjate tu cabello así— pidió mi hermana.

—No — intente quitármelo, pero Chloe lo evito tomando mis manos.

Dejé de pelear con ella, y me miré en el espejo cuerpo completo que estaba en mi habitación y a decir verdad no me hallaba, allí no estaba aquella vampira, si no esa chica griega con sus ojos grises brillando de expectativa y emoción, que engañaron hace unos 300 años.

— Estas hermosa, Psyche— me abrazó Cloe domándome por los hombros— Luces como toda una princesa.

—Dudo que esto sea ser una princesa— Chloe no me dijo nada solo me puso una diadema de plata brillante en la cabeza, no pude evitar el chiste oculto por ese simple accesorio.

— Por primera vez quieres aceptar que eres hermosa, acuérdate que los efectos del veneno no nos afecta, es lo mismo que un humano vea otro humano— entró Gisèle al cuarto quedando maravillada con todo, sus palabras me dejaron pensando porque es verdad que esa magia del veneno no nos afectaba como a los humanos, pero igual había un cambio físico en nosotros.

—Está bien, no tan así— apoyó Chloe por mi mirada, descifró mis pensamientos.

—Pero, Psyche debes aceptar que eres hermosa y lo eras cuando fuiste humana, el veneno solo lo resaltó— concluyó Aldric, él seguía siendo la cabeza de la familia.

Solo pude verlo, él me conoció en mi peor momento cuando estaba casi perdida en mi lado salvaje, en el año de 1735, supo como calmarme y me convirtió en lo que soy ahora.

Claro me ha tratado de ayudar, se extrañaba de mi comportamiento en ese entonces, a pesar de tener más años que yo en este mundo nunca se ha topado con nada semejante, buscamos muchas explicaciones, ni él puede explicar cómo regresé a la normalidad bajo su protección pero eso sucedió al cabo de unos días, o meses aun no recuerdo el tiempo.

—Aldric, esto es estúpido, no debí aceptar ir a este tonto baile. — salí del cuarto avergonzada de todo, y me puse en el balcón de la sala, ya era de noche, estaba oscuro pero la noche tenía luna llena y todo se alumbraba por su luz.

Escuche los pasos y olí el olor de Aldric antes de que su voz llegara a mis oídos.

—Sabes, por primera vez, siento que estás viviendo tu edad— lo miré dándole entender que los 17 no nos mi edad real— Esta bien, la edad que yo te coloco al llegar a un lugar.

Era la que aparentaba tener menos edad de los cuatro, con mis 18 años, que fácilmente pueden ser 17 años incluso 16 años, pero mañana cumplía años, mis 318 años, exactamente en mi cumpleaños 18 fui convertida en esto...

—Se la fecha que es mañana y por eso andas tan terca con todo— me tomo las manos como si fuera un padre dándole consejos a su hija— Pero eso es mañana tu disfruta el ahora, el presente, vive como una adolescente esta noche, Psyche.

Un carro se acercaba, pero nadie sabía la existencia de esta casa, bueno las chicas, Sunny y Deila pero ellas no eran, no reconocía el carro.

Solo descubrí a la persona cuando se bajó, mi humano favorito, mi pareja del baile ¿Cómo sabia donde vivía?

Colmillos En Su SonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora