Camila una chica que ha sufrido mucho en su corta vida forzándola a convertirse en la reina del hielo como la llaman algunos; Lauren una buena chica con el solo propósito de ayudar a sus padres.
Camila necesita a una asistente y Lauren necesita el t...
Por qué se nos olvidó cerrar la cortina? La luz del sol me llegaba justo a los ojos y además de eso quemaba, hacía mucho calor en la habitación, Lauren seguía dormida a mi lado, pensé que íbamos a pelear quien se quedaba en la cama y quien en el sofá pero no pasó,y espero que siga así porque no pienso dormir incómoda.
Me levanté, eran las 11 ya así que decidí ducharme para luego pedir el desayuno, cuando salí del baño Lauren estaba sentada en la cama fregándose los ojos, se veía tierna.
- Buenos días Lauren - la saludé y seguí hasta el armario
- Buenos días Camila - y se volvió a tirar hacia atrás en la cama.
- deberías ducharte, pediré el desayuno - Dije mientras volvía al baño.
- entendido jefa - y así pasó el tiempo, ella se duchó, nos servimos un rico desayuno y salimos del hotel.
Donde viéramos, había playa, arena, mucho sol y bastante gente; las dos habíamos salido con solo un short y una polera, así que solo nos acercamos a mirar en primera instancia, pero al quitarnos las sandalias (chanclas xd) y al ver el agua tan cristalina, decidimos ir a meternos, además de que como el agua estaba a una buena temperatura, ni caliente ni fría; nos saciaba del calor.
Estuvimos alrededor de media hora en el agua y otra sentadas en la arena esperando para secarnos.
Era muy temprano aún así que decidimos volver, consultar en recepción si podíamos utilizar nuestros tickets, que nos habían regalado al llegar; para recibir un masaje y volvimos a la habitación, casi una hora después, nos avisaron que estaba todo listo para recibirnos, así que emprendimos el camino hacia el 6 piso del hotel.
Al llegar, nos dieron unas batas a nuestra medida y nos pidieron quitarnos la ropa, estábamos listas así que nos subimos a la camilla donde nos taparon el trasero con una toalla, saludamos a nuestros masajistas, por mala no podían ser chicas porque estaban ocupadas, y comenzó todo.
Al segundo en que mi masajista me tocó la espalda, me vinieron unas cosquillas incontrolables, él me tocaba y yo reía.
- por favor no, por favor no jajajaja - y seguía riendo - te juro.. que no puedo... evitarlo jajaja - miré a Lauren y ella se reía de mí al igual que su masajista, el chico algo asombrado y risueño lo intentó una vez más pero al ver que no se podía, pidió cambiar a su compañero, quizás él lo lograría.
- ok, yo intentaré comenzar desde sus piernas - asentí y él comenzó, pero que creen, ahí estaba yo roja de la vergüenza por reírme tanto, Lauren pidió si podían traer a una chica, quizás eso serviría.
Nos dejaron solas, yo quedé mirando hacia abajo,
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hasta que sentí un movimiento detrás de mí, seguido de unas suaves y pequeñas manos masajeando mi espalda, yo jamás había sentido eso, era una sensación de placer y dolor al mismo tiempo.
- creo que a quien hayan mandado si sabe hacer un masaje y no cosquillas - dije, algo somnolienta, debido a tan exquisitas manos que me hacían sentir en el paraíso.
- aprendí a darle masajes a chicas problemáticas como tú - su voz, era conocida, algo rasposa, sexy, bonita, yo conocía esa voz.
- Lauren te estás perdiendo de este masaje.... Espera - levanté y voltee mi cabeza para mirar a mi lado, era ella, Lauren, quien me daba el mejor masaje de toda mi maldita vida.
- que?... Tu no dejabas a los chicos hacer su trabajo, así que los estoy ayudando... Volteate y dejame terminar - como la gobernada que me había vuelto, así lo hice sin siquiera decir pío y nuevamente comencé a sentir sus diosas manos acariciando mi espalda.
Fue el mejor momento de mi vida, en el cual terminé quedándome dormida después de haber pasado solo diez minutos de comenzar; debido a tan suaves manos; cuando Lauren me despertó ya le habían hecho su masaje.
Así que nos despedimos de los chicos, me disculpe por mi actitud en cierta forma tan inmadura y tomé la mano de Lauren puesto que seguía media dormida y sentía que me caería, nos metimos al ascensor y al llegar a nuestro piso, dejé que nos encaminara a la habitación para descansar ya que ella también se había relajado mucho.
Llegamos a la habitación y solo con tocar las suaves sábanas de la cama mis ojos se cerraron. ...
Desperté debido a unos toques a la puerta, me levanté como zombie y la abrí, era un chico con una mesita pequeña de esas que tienen rueditas.
- buenas tardes señora Cabello-Jauregui, les he traído su almuerzo - dijo el chico sonriente.
- lo siento amigo pero yo no he pedido almuerzo, quizás se equivocaron, seguro que es para nosotras? - habíamos dormido toda la tarde.
- yo lo pedí - giré mi vista a esa celestial voz que provenía de esa mujer tan sexy con quien me casé quien solo vestía un bikini, Lauren, asentí y volvió a mirar al chico, estaba con su boca abierta, su baba ya se caía y no dejaba de mirar a mi esposa, pero que le pasa a este chico? Cómo es tan... No diré la palabra, pero como puede mirarla en frente de mí que soy su esposa?.
- hey, hey, hey - le chasquee los dedos - gracias, puedes irte - entró la mesita sin dejar de mirar a Lauren que estaba sentada en la cama revisando su celular sin saber que pasaba - y a la próxima que mires así a mi esposa, iré a quejarme con tu supervisor... Por favor vete de aquí - el chico me miró con horror y algo de enfado y por fin se fue.
- Camila Cabello.... Que haz hecho? - escuché detrás de mí, así que voltee con cara de niña buena y comencé a servir nuestro almuerzo en la mesa.
- eeehhh.... Yo... Solo... Escuchame Lauren, ese chico estaba babeando y mirándote con cara de que tu fueras carne y el te quería comer... 1 yo no iba a permitir te mirara así, ni a ti ni a ninguna otra mujer, porque las mujeres no somos carne y 2 estaba babeando la alfombra, es bonita, además no le iba a dar más trabajo a la señora del aseo, imagínate pobre señora, son muchos pisos en donde hay muchas habitaciones que limpiar, y si tiene hijos? Imagínate, quizás no los ve, porque no tiene tiempo por su trabajo... - seguía hablando sin darme cuenta de que Lauren estaba por reírse, porque yo seguía hablando muy rápido y ni siquiera respiraba.
- ya para... Entiendo, entiendo... No me debías tan grande explicación... Ya vamos a comer - así que avergonzada, me senté junto a ella y almorzamos tranquilamente, al terminar nos decidimos ir a jugar al casino del hotel, así que nos vestimos un poco más formales y nos fuimos.
