04.

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Jungkook se ubicó en una de las mesas más alejadas de la biblioteca del colegio, sacó de su mochila sus carpetas y libros, dejándolos en la mesa. Suspiró al ver la cantidad de tareas que tenía y se recostó en el respaldo del asiento, pasando sus manos por su rostro. Si quería entregar todo a tiempo debía comenzar cuando antes.

Esa misma tarde se mudaría al departamento de Jin, por lo cual no podría hacer las tareas en casa ya que no tendría tiempo. En la noche, sus amigos habían acordado reunirse en el mismo departamento para comer algunas pizzas y celebrar que Jungkook se mudaba, así que tampoco podría acabar con sus deberes en la noche. Debía terminar todo en ese momento.

Cuando acabó con la tarea de Ciencias sólo le faltaba lo de Matemáticas, así que decidió tomarse algunos minutos para descansar un poco. Bebió un poco de la botella con agua que siempre llevaba consigo a la biblioteca, luego la dejó en su lugar y colocó sus codos sobre la mesa, cubriendo su rostro con sus manos. En lo único en lo que podía pensar en aquel momento era en las ganas que tenía de mandar al demonio a todos sus profesores.

–Disculpa... –Aquella voz interrumpió sus pensamientos, y al apartar las manos de su rostro pudo ver a aquel chico que era amigo de Hoseok. El chico de aroma a romero –. ¿Puedo sentarme aquí contigo? No entiendo los ejercicios de Matemáticas.

–Claro –Jungkook le indicó con su mano que tomara asiento frente a él, y así lo hizo–. Tu nombre era... ¿Taehyung?

–Sí –respondió el chico, abriendo sus libros–. Espero no molestarte.

–Tranquilo, yo también estaba por empezar a hacer la tarea de Matemáticas, puedo ayudarte si quieres.

–Oh, pero... No traje dinero hoy.

–No te preocupes –Jungkook le sonrió–. Hoy no te cobraré nada, solo quiero ayudarte.

Taehyung no pudo evitar sonreír como agradecimiento.

–Hablando de eso... –Taehyung lo miró, mientras que Jungkook resolvía algunos ejercicios con facilidad– No me dijiste qué días puedes ayudarme.

–Cierto, lo había olvidado –el castaño elevó su mirada, parecía estar pensando en la situación –. Creo que... Sólo estoy libre los lunes en la tarde, porque los demás días de la semana estoy ocupado con otras personas.

–Lo lunes están bien para mí –estuvo de acuerdo Taehyung–. ¿En dónde nos reuniremos?

–Pues... Generalmente voy a las casas de las personas a las que ayudo, pero cada lunes voy a beber café –Jungkook volvió a resolver sus ejercicios–. Espero que no te moleste tener que ir a la cafetería donde me viste el otro día con Hoseok, ya que no pienso romper mi rutina por nadie. Si no te parece bien, busca a otra persona.

Sí, quizás había sonado demasiado frío o desinteresado, pero nadie lograría de dejara de ir a la cafetería cada lunes en la tarde. Y aunque eso significara que perdería dinero, no le importaba en lo más mínimo.

–Sí, sí, me parece bien –Taehyung asintió repetidas veces con la cabeza–. ¿A las cinco de la tarde?

Jungkook solo asintió con la cabeza, y en tan solo unos cuantos minutos ya había acabado con la tarea de Matemáticas. Cuando Taehyung comenzó a tener dificultades, él decidió intervenir, ayudándolo y explicándole con paciencia en qué se equivocaba.

Jungkook agradeció que cuando él hablaba, Taehyung lo escuchara tan atentamente. Él parecía realmente muy interesado en querer comprender, y cuando había algo que aún no entendía, se lo preguntaba a Jungkook y éste se lo explicaba cuantas veces fueran necesarias.

–Ahora inténtalo tú solo, sin ayuda.

Taehyung volvió a asentir ante la orden de Jungkook, y comenzó a resolver el ejercicio con suma concentración. Cuando acabó, su ceño estaba levemente fruncido mientras que observaba el papel, dudando.

Le extendió la hoja a Jungkook, y cuando él la tuvo entre sus manos no pudo evitar acercarla a su nariz, ya que se había percatado de aquel olor tan peculiar. Romero.

Antes ni siquiera podía diferenciar el olor del romero al de cualquier otra plata o especia, pero desde que el aroma de Taehyung había llegado a sus fosas nasales, podía detectarlo al instante. Y por alguna extraña razón, aquel olor le gustaba un poco más.

Cuando acabó de observar con atención el ejercicio matemático, le devolvió la hoja a Taehyung, quien no se había percatado de que Jungkook la había olfateado.

–¿Está bien? –Preguntó Taehyung, expectante, esperando una respuesta afirmativa.

–Está muy bien –Jungkook asintió con la cabeza, provocando que el chico sonriera con alegría.

Jungkook quiso preguntarle si utilizaba algún perfume o algo por el estilo, ya que siempre olía igual (aunque algunas veces, el olor a romero era más leve que otras). Pero no pudo, se sentiría como un acosador si lo hacía.

Cuando Taehyung acabo con la tarea, le dio las gracias a Jungkook y ambos salieron de la biblioteca y se marcharon a sus casas, ya que habían ido luego de que las clases acabaran.

Ambos se despidieron, Taehyung sonriendo nuevamente como agradecimiento, y Jungkook devolviéndole el gesto levemente.


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N/A: Si, si, este capitulo es bastante corto, pero quiero que sepan que algunos van a ser así cuando no tenga tanto tiempo para escribir, jajaja.

Romero | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora