Romero | KookTae

10.

–En serio, no tienes que hacer esto, Jungkook –dijo Taehyung mientras que abría la puerta de su casa.

–No quiero dejarte solo, no te encuentras bien.

Jungkook había decidido acompañar a Taehyung a su casa, de hecho, no se había apartado de él en ningún momento desde que lo encontró llorando en la biblioteca. Tampoco es como si a Taehyung no le agradara su compañía, de hecho, aunque se esforzara en demostrar que se encontraba bien, era bastante visible que no lo estaba, y necesitaba a alguien a su lado por más que no lo dijera.

–Está bien, pasa –Taehyung se movió hacia un costado y dejó que el menor ingresara para luego hacerlo él y cerrar la puerta detrás de ambos.

–Parece que no hay nadie –observó Jungkook.

–Es que no hay nadie –el mayor encendió las luces, se acercó a uno de los sofás y dejó allí su mochila–. Mi padre casi nunca está aquí, y mi madre viajó para visitar a mi tía por unos días.

–Entiendo –Jungkook lo miró mientras que el otro le quitaba la mochila y la ponía en el mismo lugar que la otra–. ¿Quieres comer algo?

–¿No tendría que preguntarte eso yo a ti? –Taehyung rió un poco–. Y no, no tengo hambre.

–Debes comer de todos modos, si quieres puedo intentar cocinarte algo.

–¿Intentar? ¿Acaso no sabes cocinar?

–Sólo lo básico. En casa Jin hyung siempre prepara la comida –Jungkook elevó sus hombros–. Pero puedo intentarlo.

–¿Quién es Jin hyung? –Taehyung se sentó en el sofá más grande.

–Un amigo, vivo con él –respondió Jungkook, sentándose a su lado.

–¿Vives con tu amigo? Suena genial.

–De hecho, vivo con dos de ellos –explicó–. El otro se llama Namjoon.

–¿Él también es tu hyung? –Taehyung recostó su cabeza en el hombro de Jungkook.

–Eh... Sí –el aroma del mayor lo había desconcentrado, y de pronto sentirlo tan cerca lo puso un poco inquieto. Pero no era una sensación para nada desagradable–. De hecho, en mi reducido grupo de amigos soy el menor.

–¿En serio? Siempre creí que eras mayor que Jimin... Eres bastante alto para ser el menor.

–Crecí mucho estos últimos años –dijo Jungkook, provocando una sonrisa en el chico a su lado–. Pero dejemos de hablar de mí, ¿sí?

–Jungkook... –el de cabello castaño claro suspiró– No quiero hablar de lo que sucedió hoy.

–Yo no te pedí que lo hicieras, entiendo si no te sientes cómodo con eso –comprendió el menor–. A mí tampoco me gusta que insistan sobre cosas de las cuales no quiero hablar.

Ambos se quedaron en silencio. Segundos o quizás minutos, ninguno de los dos lo sabía, tampoco era lo que les importaba en aquel momento. Jungkook sólo quería permanecer junto a Taehyung, por alguna razón sentía que debía cuidar de él, y Taehyung sólo quería la compañía de Jungkook, ya que eso lo reconfortaba.

Jungkook usualmente no era así con las personas que acababa de conocer o que no eran muy cercanas a él, pero quizás Taehyung podía ser una excepción. Aquel chico le inspiraba una sensación que ningún otro chico le había dado antes; una sensación de confort y comodidad. Siempre que pasaba tiempo junto a Taehyung se sentía bien, incuso cuando ninguno de los dos decía ni una palabra. Quizás era por aquella bonita sonrisa tan peculiar que poseía, y que le regalaba a menudo, provocando que él inevitablemente también sonriera, contagiado por su alegría o lo que sea que sintiese en ese momento.

Pero sin más ni menos, Taehyung tenía el arte de transmitir sus sentimientos a Jungkook con sólo una mirada, sonrisa o gesto.

Y por eso, en ese mismo momento, se sentía extraño, y era porque Taehyung no le estaba demostrando nada. No había signos de felicidad, tampoco de tristeza como en la biblioteca. Simplemente estaba allí, inmóvil mientras recostaba su cabeza sobre el hombro de Jungkook, sin decir ni una palabra.

–Tae... ¿Seguro que estás bien? –Rompió con el silencio, sin poder aguantar más tiempo así.

–Sí... –Murmuró el mayor, moviéndose para recostar su cabeza en el regazo del castaño–. ¿Acaso me llamaste "Tae"?

Jungkook tuvo que tragar saliva, no sólo por la pregunta del chico, sino también por la posición en la que se encontraban. Nunca antes había estado así con un chico... Y para qué mentir, tampoco con alguna chica.

–¿Estás intentando desviar el tema de conversación? –Decidió preguntar, evitando responder.

–No hay exactamente un tema de conversación –se defendió Taehyung, sonriendo un poco–. En todo caso, tú estás haciendo eso ahora mismo.

Había dado justo en el clavo.

–Pues... Sí –admitió Jungkook, sintiéndose avergonzado–. Te llame "Tae".

Taehyung miró al techo, sonriendo –Me gusta, así me llaman mis amigos pero... Me gusta cómo suena cuando lo dices.

Y si hacía falta algo más para que Jungkook pareciera un tomate, era eso.