12.

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–Espero que te guste la pizza –dijo Taehyung mientras que abría la puerta de su casa–. Tiene mucho queso.

–Seguro que me gustará –Jungkook ingresó luego, cerrando la puerta detrás de él.

Ambos habían ido a la casa de Taehyung luego del colegio, pero habían bajado antes del bus para comprar en una pizzería que se encontraba cerca, también habían comprado jugo de naranja ya que el mayor dijo que no bebía cosas con gas.

–Puedes dejar tus cosas aquí –Taehyung señaló a uno de los sofás individuales, donde él acababa de dejar su morral–. Yo iré a buscar unos vasos.

Taehyung dejó la pizza sobre la mesita que se encontraba frente a los sofás para luego dirigirse a la cocina. Jungkook dejó el jugo de naranja a un lado de la pizza y luego dejó su mochila y abrigo donde Taehyung le había indicado.

Jungkook se sentó en el sofá más grande, observando a su alrededor. La casa era iluminada debido a las grandes ventanas, las cuales tenían finas cortinas blancas, dejando ingresar luz natural al lugar. Las paredes tenían algunos cuadros, pero no eran con fotografías familiares, sino de pinturas con muchos colores diferentes. A Jungkook le parecía que la casa tenía cierto aire cálido que la hacía bastante agradable, incluso para él, quien solía sentirse incómodo en hogares ajenos.

–¡Aquí estoy! –Taehyung llegó junto a él con una sonrisa en el rostro, dejó dos vasos sobre la mesita y abrió la caja de la pizza–. ¿Quieres ver una película?

–Quizás luego –respondió Jungkook mientras que tomaba una porción de pizza en sus manos, mientras que el otro chico se sentaba a su lado–. Ahora podríamos charlar.

–Es una gran idea –Taehyung colocó algunas hojitas verdes sobre dos porciones de pizza, Jungkook no había visto que tenía eso en sus manos desde que había regresado de la cocina.

–¿Qué es eso?

–Un poquito de romero –el mayor acercó una porción de pizza a su boca–. Me gusta el sabor que le da a todo.

Jungkook asintió con la cabeza –Entonces... ¿Tus padres tampoco están en casa hoy?

–Mamá regresa a eso de las seis de la tarde del trabajo –explicó Taehyung–. Pero mi padre casi nunca está aquí ya que por su trabajo viaja mucho.

Eso hizo que Jungkook comprendiera por qué Taehyung había dicho la primera vez que había visitado su casa que su padre casi nunca estaba allí.

–¿Y ya sabes qué harás cuando acabemos el colegio? –Preguntó de repente el mayor.

–De hecho, intento no pensar mucho en eso –Jungkook miró la porción de pizza en sus manos–. Me estresa demasiado, ¿sabes?

–Vaya, me sorprendes, Jungkook –Taehyung subió sus piernas al sofá, acercando sus rodillas a su pecho–. Creí que serías profesor de Matemáticas o algo así, siempre te imaginé como un profesor.

–Sólo se me dan bien las Matemáticas, no es que quiera dedicarme a eso toda mi vida –Jungkook bebió un poco de jugo de naranja, estaba delicioso, al parecer era jugo natural–. Además, enseñar es un poco fastidioso para mí, la gente no entiende por más que le explique mil veces lo mismo, pero tengo que respirar profundo y tener paciencia aunque sólo quiera golpearles con un libro en la cabeza.

–Oh... –Taehyung bajó la mirada– ¿Eso es lo que sientes cada vez que no entiendo algo? Lamento si es así, yo...

–No, no, no –Jungkook lo interrumpió–. No me molestas en lo absoluto, no quiero que pienses eso, Tae.

–Pero eso es lo que tú has dicho, y entiendo si te molesta, me cuesta bastante entender esa materia y puedo ser un poco fastidioso. Lo lamento.

–Taehyung, mírame –Jungkook lo miró directamente a los ojos–. Nunca me molestó explicarte algo, nunca, y no eres para nada fastidioso, me encanta pasar tiempo contigo y ayudarte, quiero que eso lo sepas muy bien y no lo olvides. No eres como los demás a los que ayudo, contigo es diferente porque junto a ti me siento muy cómodo.

Jungkook sintió que se sonrojaría en cualquier momento ante la bonita mirada que Taehyung le dedicó al oír sus palabras. Había sido demasiado sincero, y no se arrepentía en lo más mínimo, no quería que el mayor pensara que era una molestia para él, porque no era así.

–¿En serio? –Taehyung continuaba sorprendido por lo que acababa de escuchar, pero estaba realmente muy feliz, y una gran sonrisa se formó en sus labios–. Me alegra mucho saber eso, Jungkook, en verdad me alegra mucho.

Taehyung recostó su cabeza en el hombro del menor, sintiéndose increíblemente bien. Las palabras del chico habían sonado tan sinceras... Desde hacía mucho tiempo que alguien no lograba que se sintiera tan feliz.

–Sólo quiero que sepas que no eres ninguna molestia para mí –Jungkook rodeó los hombros del muchacho con su brazo–. ¿Y tú? ¿Qué quieres hacer cuando terminemos el colegio?

–Quiero abrir mi propia florería –respondió muy seguro–. Pero no de esas donde venden ramos de flores cortadas, sino una de esas donde se venden en macetas, con vida.

Jungkook sonrió ante la bonita respuesta de Taehyung, eso no se lo esperaba, pero le resultaba demasiado adorable.

–Eso es lindo.

–¿En serio crees eso? –Taehyung se apartó un poco de Jungkook, mirándolo sorprendido–. Todas las personas a las que se los dije creen que es un poco tonto.

–No es para nada tonto, es una idea muy bonita –¿Por qué razón Jungkook no podía dejar de sonreír como un idiota?

Entonces Taehyung hizo algo que lo tomó por sorpresa. Dejó un cálido beso en su mejilla para luego volver a recostarse en su hombro.

Jungkook mentiría si dijese que aquella acción no le había gustado. Taehyung le parecía a cada momento más adorable, y le asustaba lo increíblemente bien que se sentía estando junto a él.

–Eres genial, Kookie. 



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N/A: Parece que el café me inspira mucho, en serio disfruté de escribir éste capitulo.

Quedo lindo, creo, ¿ustedes qué opinan?

Romero | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora