17.

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Namjoon y Jungkook estaban mirando una película, ambos sentados en el sofá más grandes mientras comían palomitas de maíz. Mientras que Seokjin jugaba en su portátil, sentado en otro de los sofás.

La película era de terror, y los dos chicos estaban observándola tan concentrados, que cuando alguien tocó la puerta no pudieron evitar exaltarse, soltando un pequeño grito del susto y arrojando las palomitas al suelo, provocando que Seokjin también gritara.

–Demonios... –Namjoon miró la hora en su celular, ya eran más de las dos de la madrugada. ¿Quién los visitaría a esa hora?– ¡¿Quién es?! –Gritó para que la persona en el pasillo pudiese oírlo.

–¡Soy Jimin!

Jungkook se puso de pie y se dirigió hacia la puerta, cuando la abrió, se encontró con su amigo. El chico de cabello rosa tenía los ojos un poco rojos, y traía consigo una manta celeste y un almohadón en la otra mano.

–¿Qué sucedió? –Preguntó preocupado.

Jimin suspiró –Discutí con Yoongi.

Jungkook hizo que su amigo pasara, cerrando la puerta luego. Seokjin y Namjoon se extrañaron al ver el estado en el que se encontraba el muchacho.

–Jimin, ¿pasó algo? –Preguntó Namjoon cuando el recién llegado se sentó en donde antes estaba Jungkook.

–Yoongi y yo peleamos –respondió el pelirosado, cubriéndose con la manta que había llevado.

–¿Qué? –Seokjin se acercó al chico, sentándose en el suelo frente a él–. ¿Por qué?

–Yo... Estaba estudiando, ya saben que éstos son los últimos exámenes ya que en dos meses acaban las clases.

–Sí, hoy fui a estudiar con Taehyung –dijo Jungkook–. Estamos bastante atareados.

–Por eso mismo es que necesitaba concentrarme, tenemos muchas tareas –estuvo de acuerdo Jimin–. Pero Yoongi no me dejaba en paz, él quería... Ya saben –miró a sus amigos, los cuales asintieron comprendiendo a lo que se refería–. Acabé accediendo, creyendo que luego de que lo hiciéramos podría continuar estudiando, pero estuvimos bastante tiempo en el cuarto. Cuando terminamos estaba agotado, así que quise descansar un poco –suspiró, bajando su mirada a sus manos, comenzando a jugar con sus dedos–. Yoongi creyó que estaba dormido, así que salió al balcón y comenzó a fumar... Eso me molestó tanto, porque siempre que acabamos de hacer el amor él fuma. Ya habíamos hablado antes acerca de eso, él me prometió que lo dejaría, pero me mintió.

–Entiendo –Seokjin colocó sus manos en las rodillas del de pelo rosa–. ¿Qué te dijo él?

–Me dijo que era su maldito problema –Jimin sujetó su almohada, la cual había dejado a un lado, para luego abrazarla–. No tenía por qué tratarme así, yo sólo quiero cuidarlo...

–Apuesto a que tú también te excediste un poco –le reprochó Namjoon.

–Creo que sí... Es sólo que me enojó mucho. Es un idiota.

–Pero Yoongi sólo fuma luego de que hacen el amor, ¿verdad? –Interrogó Seokjin, provocando que el muchacho se sonrojara, pero aún así respondió con un asentimiento de cabeza–. Eso significa que no es un fumador, sólo es ocasional. No debes preocuparte, ChimChim.

El resto de la noche, estuvieron bebiendo café, dejando la película a un lado e intentando aconsejar a Jimin en sus conflictos amorosos. A las cuatro de la madrugada, Jungkook se dirigió a su habitación para poder dormir, sus amigos aún continuaban hablando, pero él ya estaba cansado.

Se quitó la remera, y cuando se acercó al armario para buscar su pijama, su celular comenzó a sonar. Se dirigió a su escritorio para poder atender la llamada, ya que allí había dejado el aparato, vio el nombre del contacto y no dudó en contestar.

–¿Tae?

–Kookie... Lamento molestarte a ésta hora. ¿Te desperté?

–Sabes que no eres ninguna molestia, además, estaba despierto –Jungkook se acercó a la cama, sentándose–. ¿Sucedió algo? ¿Por qué estás despierto a ésta hora?

–Sólo no podía dormir, no te preocupes –Taehyung rió un poco–. Eres lindo cuando te preocupas.

–Yo... Sólo... –el rubor se había instalado en las mejillas de Jungkook– Demonios, ¿por qué estoy tan nervioso?

Taehyung volvió a reír.

–Eres tan lindo.

–¿Podemos cambiar de tema? –Jungkook se avergonzó.

–Ya, lo siento –Taehyung hizo una pausa–. ¿Sabes? Volviste a olvidar tu cuaderno en mi casa.

–¿En serio?

–Sí, el lunes te lo devuelvo.

–Te lo agradecería mucho.

–Estuve leyéndolo, y... Hay frases cada vez más bonitas.

–Últimamente estuve inspirado –Jungkook no se atrevería a decirle que muchas de esas frases se le ocurrían cuando pensaba en él, no sabía por qué, pero era inevitable.

Ambos se quedaron silencio por lo que parecieron minutos, sin decirse nada para tampoco atreviéndose a acabar con la llamada.

–¿Sigues ahí?

–Sí, lo siento, no supe qué más decirte.

–Pues... No me dijiste que yo era lindo.

–¿Qué? –Jungkook sonrió, casi podía imaginarlo haciendo un puchero.

–Yo te dije que eres lindo, eres realmente lindo. Pero tú no me dijiste nada.

Jungkook sintió que su rostro ardía, ¿cómo era posible que Taehyung le causara eso sin siquiera tenerlo en frente?

–Es que... Yo creo que eres hermoso.

–¿Eso es más que lindo?

–Mucho más.

–Entonces creo que tú también eres hermoso.

Jungkook sonrió sin poder evitarlo. Nunca antes se había comportado así con otra persona, ni siquiera con sus únicas dos ex novias, y eso quizás se debía a que el cariño que les tenía a ellas no era tan grande como el que le tenía a Taehyung.

Jamás había pensado que una persona era completamente hermosa, pero con Taehyung eso había cambiado, y quizás, sus sentimientos hacia él también habían cambiado. Eran mucho más fuertes que antes, y eso ambos podían notarlo.

Cuando acabaron con la llamada, Jungkook se sintió un poco tonto por no poder dejar de sonreír, sin saber que el chico al otro lado de la línea estaba en sus mismas condiciones.





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N/A: Quería publicar algo y salió esto, no estoy muy conforme por cómo quedó, pero espero que el próximo capítulo esté mejor.

¡La historia ya tiene más de mil votos! Estoy tan contenta, en serio les agradezco mucho.

Les prometo que el próximo capítulo va a ser mejor.

Romero | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora