Romero | KookTae

23.

Jungkook ingresó al departamento que compartían Yoongi y Jimin sin ni siquiera tocar la puerta, sin preocuparse por encontrarse con alguna escena que no quisiera ver, ya que siempre que no querían interrupciones o visitas, solo cerraban con llave. Una canción se oía en el lugar, en el televisor se reproducía un vídeo de baile, así que de ahí provenía la música. El aroma a vainilla era lo primero que se sentía al ingresar y, un gato blanco con manchas marrones–anaranjadas y negras lo recibió, paseando entre sus pies.

–Hola, Chap –saludó al animal, cargándolo entre sus brazos para luego cerrar la puerta.

Chap había sido un regalo de Yoongi para Jimin, y se había convertido en un animal muy consentido, tanto por parte del pelirosa como por parte de Seokjin, que cada vez que podía le llevaba comida para gatos de muy alta calidad.

– ¿Jungkook? –Jimin salió de la cocina al oír la voz de su amigo–. ¿Qué haces aquí? Creí que tenían visitas.

–Estaban Hoseok y Taehyung, pero Tae se fue hace un momento y... Hoseok luego vendrá aquí.

– ¿Para qué?

–Tiene novia –antes de que Jimin pudiera preguntar cualquier cosa, Jungkook se le adelantó–. No nos dijo de quién se trata, pero quiere presentárnosla en un bar mañana en la noche, estoy seguro de que luego los llamará a ustedes para invitarlos.

–Oh, vaya –Jimin se sentó en uno de los sofás de la sala, aún sorprendido–. No creí que superaría alguna vez a la loca a la que no le gustaba la pizza.

–Espero que su elección haya sido buena esta vez, ojalá que la chica con la que está ahora no lo engañe.

–Tiene mala suerte con las mujeres –Jungkook asintió, estando de acuerdo con su amigo. Jimin lo miró durante unos segundos, de pronto una duda apareciendo en su mente–. ¿Y tú?

– ¿Yo qué?

–Con Taehyung –Jimin vio a su amigo bajar la mirada, avergonzado–. No creas que no me di cuenta, somos amigos.

–Yoongi te lo dijo, ¿verdad?

–Sí –confesó el pelirosa–. Y admito que me siento ofendido porque no me lo dijiste a mí.

–Es complicado...

Jimin le dedicó una mirada cargada de comprensión, al fin y al cabo, sabía que nunca antes se había interesado en algún chico y todo eso era nuevo para él.

–Entiendo... Pero desde que Yoongi me lo dijo no pude evitar observarlos más, y déjame decirte que se nota la química que hay entre ambos –el menor sonrió aún más avergonzado–. Tengo una duda... ¿Él lo sabe?

– ¿Que estoy enamorado de él?

–Vaya, nunca te oí hablar de enamoramiento con ninguna de tus dos ex novias –Jimin se sorprendió–. Eso es nuevo.

–Sí, es la primera vez que me siento de esta forma... Y respondiendo a tu pregunta, él ya lo sabe.

– ¿Y qué opina? ¿Te rechazó cuando se lo dijiste? Y si no fue así, ¿qué sucedió? –El alma chismosa de Jimin salió a flote.

–Él siente lo mismo que yo –respondió con emoción reflejada en su rostro, provocando que ese mismo sentimiento se le contagiara a su amigo–. Y no sucedió nada, no queremos arruinar nuestra amistad... Aunque nos besamos.

–Claro, no quieren apresurar las cosas –Jimin pareció reaccionar tarde a lo que acababa de oír–. Espera, ¿qué? ¡¿Se besaron?!

–No fue sólo una vez...