22.

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Jungkook estaba recostado en su cama mientras observaba el techo, y Taehyung se encontraba sentado frente al escritorio, leyendo algunos papeles acerca del lugar que había podido conseguir para poner su florería. La mayoría de los días estaban juntos, se había vuelto casi una rutina para ambos. En algunas ocasiones -como en ese mismo momento- ni siquiera charlaban, solo se hacían compañía.

Decir que lo que sea que tenían había avanzado sería una mentira, pero aún así, tampoco se habían distanciado. Todo parecía fluir a un ritmo tranquilo el cual ninguno de los dos quería acelerar, iban con calma. Sin embargo, esa calma comenzaba a inquietar a Jungkook.

¿Qué tal si Taehyung no quería avanzar a algo más porque sólo era una situación momentánea? ¿Y si para él era una confusión? Porque definitivamente para Jungkook no lo era. ¿Y si Taehyung no estaba enamorado? Porque él sí lo estaba.

Aunque en la mente de Jungkook hubiesen miles de dudas respecto a lo que podría llegar a estar sintiendo Taehyung en ese momento, tampoco se atrevía a dar el siguiente paso. No quería que su amigo sintiera que estaba demasiado desesperado como para apresurar la situación.

-Tae -Jungkook rompió el silencio-. ¿Tú crees que debería buscar algún trabajo?

- ¿Acaso no te gusta ayudar a Yoongi y Namjoon? -El mayor continuó leyendo los papeles en sus manos-. Creí que estabas bien con eso.

-Sí, estoy bien así -suspiró-. Pero creo que no podré sostener mucho tiempo eso, yo no quiero ser un cantante famoso aunque me guste mucho la música, no estoy preparado para algo así, no es lo mío.

Taehyung dejó los papeles a un lado, mirando al muchacho en la cama. Jungkook ya le había manifestado en otras ocasiones que estaba preocupado por su futuro y, él siempre intentaba aconsejarlo y hacer que se sintiera acompañado, sin embargo eso era algo que el menor debía resolver por su cuenta.

-Quizás deberías consultarles a Namjoon y Yoongi cómo podrías continuar trabajando en el ambiente de la música sin la necesidad de ser el rostro visible de los proyectos. Ya sabes, quizás podrías continuar colaborando pero un poco más apartado de eso, ya que no te gusta exponerte demasiado.

-Sí... Hablaré con ellos al respecto.

Taehyung pudo notar la inseguridad reflejarse en el rostro del menor, así que de forma casi automática se puso de pie y se acercó a él, con la necesidad de estar a su lado, acompañándolo, haciéndole sentir que no estaba solo, y que lo entendía. Se sentó en la cama a un lado de Jungkook, dedicándole una reconfortante sonrisa cuando éste lo miró.

-Tranquilo Kookie -acarició la suave mejilla ajena-. Tienes que hacer lo que tú quieras, no tengas miedo.

-Gracias, Tae -Jungkook sujetó la mano que el mayor tenía en su mejilla, entrelazando sus dedos-. Te quiero mucho.

-Yo también te quiero -el mayor se inclinó, depositando un corto beso sobre los labios del chico recostado en la cama.

Jungkook se sentó, quedando a la altura de su amigo. Ambos se miraron a los ojos, Taehyung no dejaba de sonreírle y Jungkook sentía que cada vez se enamoraba más y más del chico frente a él.

El menor llevó su mano a la nuca de Taehyung, acercando sus rostros para luego poder besar aquellos suaves labios. Los besos se habían vuelto algo muy común entre ellos, ninguno se oponía a ello, a pesar de que ambos estuviesen más que confundidos por la relación que estaban llevando a cabo, no querían dejar de sentir el contacto del otro. Quizás aquellos besos eran un consuelo para ambos, un consuelo por no atreverse a avanzar más sólo por miedo, por no querer arruinar aquella amistad que habían formado, sin embargo, el reprimir de aquella forma sus sentimientos les afectaba a ambos.

Romero | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora