Romero | KookTae

36.

-Jungkook -Seokjin le habló, llamando su atención y provocando que dejara de mirarse en el espejo que había en la habitación del mayor-. ¿Porqué luces tan arreglado?

- ¿De qué hablas? -Jungkook volvió su mirada a su reflejo en el espejo, peinando su cabello de una forma que le gustara-. Así estoy siempre.

-A mí no me engañas -el mayor cruzó ambos brazos sobre su pecho-. Estás usando jeans nuevos, y nunca usas camisas con colores... ¡Nunca usas camisas!

-Hey, el rojo es un buen color -Jungkook subió las mangas de la prenda por sobre sus codos-. Y eres tú el que siempre me dice que comience a utilizar ropa diferente.

- ¿En serio no me dirás a dónde vas? -Seokjin siguió al menor mientras caminaban por el pasillo, dirigiéndose a la sala-. Antes no eras así, la mayoría de edad te volvió todo un rebelde.

Jungkook rió y guardó su celular dentro de los bolsillos delanteros de sus pantalones. Su amigo podía llegar a ser muy insistente, incluso había ocasiones donde se preocupaba más por dónde se encontraba que sus propios padres, quienes siempre le habían dado bastante libertad.

-Iré a una cafetería con Tae -dijo al fin.

Seokjin lo miró por unos segundos en silencio, luego sonrió - ¿Una cita?

-Uh... Eso creo -Jungkook rascó su nuca en señal de nerviosismo, ya que no lo había pensado.

-Jungkookie tendrá una cita con su novio -caturreó el mayor, haciendo que el otro desviara la mirada, avergonzado-. Toma fotos y enviámelas.

-Hyung, sabes que no me gustan mucho las fotos...

-Pero...

-Nada de fotos, hyung -Jungkook se acercó a la puerta, pero antes de poder marcharse, Seokjin volvió a hablar.

-Oye, Kook -hizo una pausa, sonriendo de forma traviesa-. Cuando Taehyung y tú se quedaron solos la otra noche... ¿Sucedió algo?

El menor sintió su rostro arder, incluso sus orejas. Le había parecido extraño que ninguno de sus amigos le hubiese preguntado acerca de aquello durante los últimos días, y claro que él no iba a sacar el tema.

-N-no creo que te interese y... No sucedió nada, ¿bien? -Definitivamente mentir no era lo que mejor se le daba.

Seokjin sonrió, agradeciendo que el chico fuese pésimo ocultando cosas.

-Vamos Kook, sabes que puedes confiar en mí, además, creo que es necesario hablar con alguien cuando comienzas a...

-Bien, sí sucedió algo, pero... ¿Por qué crees que es necesario charlarlo?

-Para quitarte cualquier clase de duda, por supuesto -Seokjin se sentó en una de las sillas que rodeaban la mesa, sin apartar su mirada del menor y su actitud nerviosa. Era tan tierno-. ¿Ustedes tuvieron sexo o...?

-No, no, no -Jungkook lo interrumpió, hablando de forma apresurada-. Sólo... Demonios, es vergonzoso hablar de ésto hyung, hicimos algo, pero no fue sexo.

El mayor asintió con la cabeza, entendiendo a lo que su amigo se refería. Seokjin pensó en decirle que el sexo no se reducía solo en la penetración, pero prefirió omitirlo y quizás charlarlo otro día, ya que notó al menor incómodo y sabía que era una persona muy tímida.

-Está bien, ¿quieres comprar condones? -Jungkook quiso que la tierra lo tragara en ese mismo instante-. Ya sabes, por precausión, es mejor estar preparado.

-No es necesario -el menor abrió la puerta, apresurándose para marcharse lo más rápido posible-. Ya tengo.

El chico cerró la puerta detrás de él y Seokjin quedó con una expresión perpleja en el rostro, más que confundido y asombrado. En un rápido movimiento, Seokjin marcó en su móvil el primer contacto que se le ocurrió.