My Bad Guys: oneshots

21- Niklaus Mikaelson

Niklaus/Klaus Mikaelson
The Originals/The vampire Diaries
Advertencia: un poco cursi
A pedido de cattlii, espero que te guste!

•El baile te parecía algo aburrido, la casa de los Mikaelson era enorme y ahora estaba repleta de Vampiros (y algún que otro lobo seguramente amigo de Hayley Marshall)
Caminaste entre el gentío acumulado en el salón principal, tenias puesto un vestido gris degradado con pedrería en el escote corazón, era straple y combinaba con un juego de zapatos del mismo color. Ese conjunto no era para nada lo que te pondrías para venir. Había aparecido sobre tú cama en tú departamento y sabías perfectamente a quien pertenecía.
No querías darle el gusto de usarlo...Pero era tan hermoso...
-______ _______ te vez encantadora-dijo una voz aterciopelada detrás de ti.-sabia que solo tú podrías lucirlo aunque dudaba de que te lo pusieras...Puesto que has rechazado la mayoría de mis regalos-
Te giraste lentamente, con una mueca en tú rostro. Klaus Mikaelson estaba parado frente a ti con su odiosa sonrisa de "vampiro original que tengo todo lo que quiero" y un bello traje color azul oscuro.
-Me parecio un desperdicio tirarlo a la basura-respondiste encogiéndote de hombros-¿porque es la reunión ahora?-Preguntaste curiosa. Siempre había alguien atacando a los Mikaelson, pero ellos eran invensibles.
-No hablemos de eso ahora, preferiría que tomarás una copa conmigo, si no te molesta-te ofreció su mano como todo un caballero, y enarco una ceja esperando una respuesta de tú parte.
Si algo te encantaba de Klaus es que era todo un romántico y un caballero, como los de otras épocas, no como los patéticos jóvenes de ese siglo.
-Lo siento pero tú hermano me pidió que bailará una pieza con el, y estaba buscándolo en este momento-respondiste mirando entre el gentío esperando que Elijah apareciera salvandote nuevamente.
Te diste media vuelta tomando las puntas de tú vestido y caminaste lejos del gentío, saliendo del salón y dirigiéndose hacia las salida. Había sido un error venir, nadie iba a extrañar tú presencia, después le preguntarías a Marcel que era tan importante para esa dichosa reunión.
-No te irás de aquí ______- te dijo Klaus serio apareciendo a velocidad Vampírica delante de ti, cortando el paso.
Si algo odiabas de Klaus era su persistencia. Hacia 10 meses no te dejaba en paz, te llenaba de regalos, te buscaba en el bar donde trabajabas, te perseguía, incluso te salvaba de las estúpidas brujas con las que tenias problemas
-¿porque haces esto?-preguntaste exasperada-¿porque quieres jugar conmigo?-
-¿que te hace creer que eres un juego?-Pregunto el nuevamente cruzándose de brazos con una sonrisa seductora en el rostro.
-Por favor Klaus, ¿tienes cuántos? ¿2.000 años? ¿3.000?-Preguntaste molesta, Klaus bufo divertido, años más años menos...-me convertí hace solo dos años, conozco a algunas de las chicas con las que has salido, y no son nada como yo, ni siquiera me acostumbro a ser vampiro todavia-no querías seguir discutiendo, solo querías salir antes de ponerte a llorar.
Caminaste velozmente chocando su hombro con el tuyo, dejándole bien en claro que no te ibas a dejar manipular como el resto de las personas como el acostumbraba.
-No juego contigo-respondio el siguiendote a paso ligero por el pasillo-y tienes razón, no eres como las demás, eres diferente, ¿porque crees que estuve tratando de que al menos me des una oportunidad todos estos meses atrás?-
-¿que hay de Hope? ¿crees que es correcto seguir poniéndola en peligro asociándote con alguien como yo?-Preguntaste ahora con los ojos aguados-¿crees que las brujas tendrán compacion con ella?-
-La protegere, al igual que a ti-respondio ahora molesto, podía ser muy persistente pero perdía la paciencia con facilidad-¿que tengo que hacer para que me des una oportunidad?-Pregunto, sus ojos ahora estaban amarillos, señal de que su lado lobuno estaba despertando, pero no tenías miedo ¿o si?
Bueno vale, algo de miedo le tenias, ¡por dios! ¡era un híbrido original! Era una de las personas más peligrosas del planeta y tenía un historial no muy bueno de asesinatos, torturas y masacres detrás de él.
-No necesito vestidos bonitos ni joyería cara klaus-respondiste con voz cansina-demuestrame que en verdad no soy solo un juego -
Y es que estabas terriblemente enamorada de el, pero no estabas segura de que lo vuestro en verdad funcionará. Es decir, ¿cuántos novios habías tenido en tú vida? ¿cuatro? ¿cinco? Como competir con las 1000 personas que habrá conocido el a lo largo de su vida?
Lo pensó unos segundos mirándote a los ojos, luego tomo tú mano con fuerza y comenzó a guiarte de vuelta a la fiesta, a pasó rapido.
Cruzaron el gentío, algunos posaban sus miradas en ustedes, haciéndote sonrojar, no era muy común ver a Klaus con alguien que no fuera de su familia, mucho menos una chica si no se estaba alimentando de ella.
Paso junto a Hayley quien estaba con un joven lobo, el supuesto prometido del cual no estaba enamorada, todos sabían que su corazón pertenencia a Elijah. Le susurró algo al oído, después ella dirigió su mirada hacia ti y asintió mirándote con una pequeña sonrisa, como si confiará en ti cuando no te conocía.
-Ven comigo-Te dijo al oído luego, subieron unas escaleras hacia el segundo piso donde estaba prohibido ir, y entraron a una de las habitaciones más alejadas del lugar.
Sentiste una extraña sensacion al entrar, como haber pasado a través de un campo de energía. Era obvio que Klaus tendría algunas brujas de su lado.
-______ te presento a Hope Mikaelson -dijo levantando a una pequeña bebé de una cuna color blanca en el centro de la habitación.
Y ahí te diste cuenta que estabas en la habitación de una infante, las paredes blancas con toques de rosado, los muebles del mismo color, la pequeña cuna con el sonajero y los peluches del lugar.
Tú mirada viajó hacia las infante que Klaus sostenia con tanta protección, Hope era una pequeña bebé de cabello rubio y ojos claros, los mismos que su padre, con una sonrisa perfecta y que reía con gracia mostrando alegria e inocencia, que nadie en aquel lugar tenía ya.
Te quedaste helada por unos segundos, los Mikaelson no dejaban que nadie se acercara a su pequeña protegida, todos tenian terminantemente prohibido hacerlo.
Y ahora Klaus confiaba en ti como para presentártela.
-Ella es mí posesión más valiosa a lo largo de estos años-dijo Klaus al ver que te quedabas callada, ante la impresion-no traería a nadie con ella si no fuera realmente importante para mi-
Te acercaste lentamente, no querías asustar a la niña, pero ella no parecía estar asustada, al contrario, parecía curiosa ante la presencia de una mujer que no era su madre.
-Hola pequeña-saludaste con una pequeña sonrisa , la niña te tomo el dedo con su mano, jugando con el, mientras reía.
-si me das una oportunidad, serás mí segundo tesoro más preciado- te dijo Klaus al oído mientras Hope jugaba con tus dedos queriendo ahora llevárselos a la boca. Ambos se encontraban muy cerca el uno del otro, solo la niña los separaba, incapaz de comprender que era lo que ocurría.
Lo miraste a los ojos aún con duda en ellos, estabas aún shockeada por todo.
-¿como sabes si va a funcionar?-Preguntaste preocupada, era todo muy complicado para ti.
-No lo sabremos si no lo intentas-respondio el con seriedad. Estaba a Punto de lograrlo.
Sonreiste al sentir los pequeños dientes de Hope en tú dedo índice, al parecer a la niña le encantaba morder cosas, supiste que venía del gen vampiro de su padre. Tú mirada viajó hacia ella, y la levantaste en brazos quitándosela a Klaus mientras el dejaba que lo hicieras.
-La pequeña princesa de Nueva Orleans-dijiste mientras la sostenias admirando la belleza de las niña-es hermosa-admitiste mirando a su padre
-la genética de Klaus Mikaelson-bromeo el vampiro de buen humor , al menos habia obtenido un avance contigo.
-Si, claro que si-te burlaste al tempo que te inclinabas hacia él y dejabas en sus labios un corto beso en sus labios.
Y Klaus pensó que ese momento sería uno de los que nunca podría olvidar, perfecto para uno de sus cuadros, contigo sosteniendo a la niña mientras la mecias con cuidado, y el poniendo una mano en tú cintura para acercarlas a ambas hacia el. Era el cuadro perfecto.