70- Zuko

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Zuko
Avatar la leyenda de aang
Advertencia:ninguna
Para skammyclemmings


Zuko te observo mientras dabas órdenes a los soldados del reino. Había podido dormir un poco con la tranquilidad de que tu resguardadas su habitación. Ahora se encontraban haciendo planes para rescatar a los niños. Los soldados irían a calmar las revueltas de la ciudad, mientras Zuko, tu, Mai, su nuevo novio y el avatar iban a ver el templo de la nación del fuego.
-bien, todos a sus posiciones-ordenaste sería. Los soldados asintieron, y se retiraron del lugar dejándote sola con Zuko.
-nuestro turno-dijo Zuko observando el mapa sobre el que discutían los generales y soldados-hora de ver a los verdaderos fantasmas-
Fueron dirigidos hacia los más oscuros y recónditos pasillos del templo, muy por debajo del nivel del suelo. Los cinco caminaban en silencio, Mai creía que podía darle celos a Zuko con el estúpido niño pero el estaba distraído.
_____ miraba al avatar con atención, en su propio mundo, nunca había conocido a alguien como el, tan despreocupado y alegre. Se tomaba las cosas en serio, pero era un niño realmente amable y amigable.
-¿como se conocieron?-pregunto Aang a la chica señalando a su amigo que caminaba delante de ellos.
-somos amigos desde la infancia-respondiste simplemente con seriedad.
-¿en serio?-pregunto sorprendido-¿entonces también conocías a Mai y Azula?-
Reiste sin poder evitarlo, llamando la atención del señor del fuego, quien se giró con molestia al ver que el avatar y tu mantenían una conversación tan amigable.
-fui una de las amigas de azula, íbamos juntas a todos lados-señalo con la cabeza a Mai quien intentaba quitarse al chico que era muy pegajoso.
-¿y cuando te distanciaste de ella?-pregunto confundido. Zuko ahora estaba junto a ellos, escuchando atentamente la conversación.
______ se ruborizó completamente ante la pregunta.
-tuve algunos contratiempos amorosos con una de mis amigas-fue lo único que dijo dirigiendo su mirada a Zuko de manera apenada.
-¡¿ustedes salían juntos?!- pregunto sorprendido Aang mirándolos a ambos con los ojos abiertos. Mai puso mala cara mientras todos se quedaban en silencio, tu mirabas a otra parte roja como un tomate y Zuko no sabía donde meterse.
-eso no es asunto tuyo- le gruño por lo bajo el joven codeando a su amigo.
-lo siento-murmuro el joven avergonzado. Llegaron a una de las puertas y dos estatuas impedían la apertura de una gran puerta.
-tal vez se abran como las del otro templo fuego- dijo Aang. El y tú se pusieron en posición y lanzaron un ataque de fuego hacia las estatuas.
La puerta no se movió, por lo que el novio de Mai tuvo la idea de abrirla con las cuchillas de su novia.
-debemos quedarnos para sostenerlas-dijo el cuando Mai y el se pusieron en posición con las manos dentro de las bocas de las estatuas dragón y las puertas se abrieron-los esperaremos aqui-
Aang, tu y Zuko avanzaron con lentitud, ahora las paredes estaban excavadas con leyendas y tradiciones antiguas de la nación.
-los Kemurikage-susurraste maravillada con las leyendas. Había dibujos en la pared de los  verdaderos fantasmas.
-La leyenda llega hasta aqui- dijo Zuko mostrando otra puerta. Tu te acercaste sacando dos cuchillos de tu cinturón y le entregaste uno a Zuko, ambos abrerian la puerta para Aang quien era el que podía comunicarse con el mundo de los espíritus.
-bien-suspiro Aang profundamente y entro al lugar dejándolos a ti y a Zuko solos.
La tensión se hizo presente. Ambos se encontraban a cada lado de la puerta esperando una señal de Aang para abrir de nuevo la puerta, se miraba cuando pensaba que el otro no lo hacía hasta que Zuko rompió el silencio.
-¿en serio te separaste de tus amigas por mi culpa?-pregunto con nervios. Por alguna razón lo que tenía que ver con el tema siempre lo ponía como un adolescente.
-señor del fuego si no le molesta me gustaría no hablar del tema- esquivo la joven su mirada.
-crei que había quedado claro que no me gusta que me llames asi-dijo el joven ahora molesto-¿porque no puedes dejar esas formalidades de lado?-
No respondiste. No querías abrir esa brecha que separaba lo laboral de lo emocional, no querías caer nuevamente y entregarle tus sentimientos en bandeja de plata.
-¿porque no puedes ver que soy distinto ahora?- pregunto con tristeza el joven mirándote directamente.
-se que lo eres, un gran líder y una gran persona-respondiste sinceramente, ocultando tu mirada con tu flequillo
-yo...-zuko se sonrojo rascando su nuca, su cabello estaba recogido con la corona del trono- me gustas, creo que nunca deje de quererte, y me gustaría saber si te pasa lo mismo-
Tu corazón se aceleró con fuerza. Zuko había confesado sus sentimientos hacia ti, esperando una respuesta. No podía seguir fingiendo que esa tensión entre ustedes no existia, el sabía que algo pasaba entre ambos y que el sentimiento era mutuo, solo debía escucharlo.
-no podemos darnos ese lujo Zuko- dijiste triste mientras resfregabas tus ojos con molestia. No te gustaba llorar, no podías hacerlo frente a nadie, no podían verte debil. Eras una general de alto rango. Eras un soldado. Tenías que dar tu vida por tu nación y tu rey de ser necesario-no somos adolescentes comunes, tu reinas una nación, yo manejo la milicia de la misma, debes buscar alguien a tu nivel, una princesa, una reina tal vez-
-no es lo que quiero-dijo el caminando lentamente a ti, quedando a centímetros de tu rostro. Solo alumbrados por una antorcha, prácticamente a oscuras-y estoy seguro de que no es lo que tú quieres-
Ambos sentian la respiración del otro, _____ no pudo evitar mirar sus labios. Ambos se necesitaban uno al otro. Con sus propios conflictos, ambos solitarios.
Zuko al ver que no oponias resistencia se acercó a ti, tomándote de la mejilla, moría por besarte, lo necesitaba, sentía su piel quemar y humedecian sus labios automáticamente sintiendo sed de ti.
Pusiste tu mano sobre la que él tenía en tu mejilla, sentiste como su otra mano se cernía en tu cintura y automáticamente la tuya fue hacia su cuello.
Un pequeño viento apago la antorcha que los iluminaba rompiendo el ambiente. Zuko te pego a el intentando observar alrededor, intentaste alejarte un poco, tu eras su guardiana, tu debías cuidarlo a el. Encendiste en tu mano una pequeña llama examinando el lugar. Algo sucedía allí.
Intercambiaste una mirada con el, quien miraba preocupado hacia la puerta donde Aang había estado.
Repentinamente una sombra traspaso la puerta pasando rápidamente entre ambos haciéndolos caer en diferentes direcciones.
La sombra desapareció, siguiendo el túnel, en dirección donde se encontraba Mai y su novio.
-¿que fue eso?-pregunto Zuko sorprendido.
-fue un Kemurikage-murmuraste levantándote al igual que el. Unos golpes llegaron del otro lado de la puerta. Compartiste una mirada con Zuko y ambos accionaron el mecanismo para abrirla. Aang estaba del otro lado.
-¿sabes quienes son?-preguntaste rápidamente refiriéndote a quienes robaban a los niños de la aldea.
La mirada de Aang era sombría.
-no son verdaderos espiritus-murmuro el con mirada sombría.
Nuevamente el nombre de azula llegó a tu mente. Ahora sí estabas segura que era ella.

My Bad Guys: oneshots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora