33- zuko

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Zuko, nación del fuego.
Avatar : La leyenda de Aang
Advertencia: ninguna

Estaban encerrados en esa celda hace dias. Zuko y ___ se habían separado del equipo del Avatar en busca de aliados pero habían sido arrestados por La nación del fuego, por suerte no los habían reconocido. Sus cabellos estaban sucios, sus ropas rotas, tenían algunas lastimaduras que no los dejaron sanar. Mantenían a ____ lejos del agua atada de con sus manos alejadas del cuerpo y a Zuko lo mantenían completamente debilitado.
Estaban encerrados con un grupo de gente practicante de tierra control. La celda era de metal con una pequeña abertura dónde entraba la luz de la luna. No había manera de escapar de alli.
-¡prisioneros! ¡hora del agua!-Grito el guardia de entrada, acercándose a las rejas.
Los prisioneros se acercaron desesperados al guardia, mientras el les daba agua a través de un balde de metal.
-Ve...-murmuraste a Zuko, quien se mantenía firmemente sentado a tú lado. El corrió el rostro hacia otro lado, ambos se odiaban, eran completamente opuestos.
-No necesito agua-respondio con voz rasposa. Su pelo ahora largo y descuidado tapaba sus ojos y parte de su cicatriz.
-¡tu! ¡el idiota del fondo!-lo llamo el guardia.
Dirigiste una mirada suplicante a Zuko, si al menos tú morias esperabas que el ayudará a Aang con su batalla.
Zuko cruzó su mirada contigo y se levantó perezosamente y se acercó al guardia, quien lo obligó a beber agua, para mantenerlo con vida.
-No hay manera de salir de aqui-gruño molesto Zuko sentándose a tú lado nuevamente. Al menos podías sentir el calor de su cuerpo junto a ti, y le agradecias mentalmente por ello.
-Si hay una...-Dijo una vieja anciana frente a ellos, mirandola penetrantemente.
Levantaste la mirada del piso, observándola. Y una luz se prendió dentro de ti.
-No voy a hacerlo-respondiste aterrada, ¿como te proponía tal aberración?
-No tienes otra forma-respondio ella tranquilamente, era una anciana de cabello blanco y uñas largas, Zuko miraba todo callado.
-Debe haberla, debe haber otra manera...-
-¿de que hablan?-Pregunto Zuko serio. Debía ser grabé si a ti te aterraba.
-Sangre control-la anciana pareció saborear cada palabra mientras una lagrima caía por tú mejilla. Incluso pensaste en utilizarla "todo lo vivo está compuesto por agua" La voz del relato de Katara resonó en tú mente.
Zuko te observo callado. Sabías que si él estuviera en tú lugar lo haría sin dudarlo. Pero ¿violar una persona de esa manera? ¿quitandole el poder de controlar su cuerpo?
-esta noche es luna llena...-Dijo La anciana, y camino lejos de ti en la celda pero manteniendo la mirada en ambos.
-Tienes que hacerlo ___ es la unica salida-dijo Zuko en un susurro.
Negaste en silencio, incapaz de siquiera pensarlo.
-¡Hora del agua niñata del sur!-Grito el carcelero, ahora era tú turno.
-¡ya dejala en paz!-grito Zuko completamente enojado, esa celda estaba sacando lo peor de ambos.
-Tu apartate niño-escupio con sorna el guardia, empujándolo bruscamente. ____ no podía moverse, sentía que no tenía energía para seguir en pie.
Zuko no lo pensó dos veces, lo empujó con las pocas fuerzas que le quedaban, ganándose un puñetazo en el rostro. Zuko cayó hacia atrás sentado sobre el suelo con el labio sangrando.
-Pagaras por eso traidor-le dijo el carcelero, apareciendo una llama en su mano, dispuesto a lanzarsela al rostro. Zuko cubrió su rostro resignado a lo que se venía, y espero la sensación de calor que nunca llegó.
Levantó su mirada. _____ estaba iluminada por la luna ante el asombro de todos , el carcelero se encontraba congelado en posición de ataque. Sus ojos se movían sorprendidos, mirando hacia todos lados asustados.
Giraste los ojos furiosa hacia tú enemigo. Moviste tú muñeca haciendo que el carcelero se moviera con movimientos torpes. Este se alejó de Zuko y llego rápidamente a su lado. Saco temblorosamente las llaves de su cintura y soltó las ataduras de tus muñecas que no permitían moverte.
-Abre las puertas- ordenaste con odio. El carcelero se movió con otro movimiento de tú mano, ahora más libre. Camino con movimientos extraños hacia la reja y la abrió, dejando salir a los presos.
Zuko se acercó silenciosamente a tú lado. Paso tú brazo por sus hombros, sosteniéndote mientras mantenidas el control aún del carcelero. Un sonrojo corrió por tú rostro, era La primera vez que ambos estaban tan cerca sin pelear entre ustedes. Obligaste al guardia a encadenarse, mientras evitabas que hable.
Una lagrima cayó por tú rostro, sabiendo que te habías convertido en lo que menos querías.
Te relajarse cuando ya salieron con dificultad del campamento. Los maestros tierra se habían revelado, pero ustedes no se quedaron a ayudar, no estaban en condiciones. Ayudaron a ancianos y niños a salir de allí y corrieron al bosque en busca de un lugar apartado para poder recuperarse.
-¿estas bien?-Pregunto Zuko dejándote descansar contra la pared de una cueva, mientras evitaba mirarte buscando a los alrededores maestros fuego.
Asentiste levemente sin fuerza para hablar.
-hiciste lo correcto-Dijo nuevamente , por suerte La oscuridad tapaba tú rostro rojo como un tomate, por el esfuerzo de huida y por La cercanía que ahora ambos tenían-gracias -murmuro finalmente creando un ambiente cómodo entre ambos, finalmente Zuko confiaba en ti ahora.
Asentiste nuevamente mientras se sentaba junto a ti. Apoyaste tú rostro en su hombro, demasiado cansada para pensar lo que hacías, la sangre control te había dejado completamente exausta. Cerraste los ojos mientras Zuko hacia una pequeña fogata con su fuego control manteniéndolos a ambos calientes durante La fría noche. Ese día ambos dejaron sus riñas de lado. Ese día dejaste de ver a Zuko como el príncipe desterrado de su nación, y pasaste a verlo como un amigo, o quizás algo más.

My Bad Guys: oneshots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora