123- Daryl Dixon

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Daryl dixon
The walking dead
Otro viejito pero buenito

-vamos ¿Por qué no me dices de que trabajabas? - pregunta el muchacho nuevamente, mientras golpeó la puerta del supermercado haciendo bastante ruido y atrayendo a los caminantes dentro de este.
Daryl sentado en el ventanal, con ballesta en mano, bufa con una sonrisa por lo bajo. El muchacho era tan molesto a veces, intentando adivinar que profesión teníamos. - sabes mucho de armas, pero también de primeros auxilios, ¿Eras médico?- Daryl comienza a reír con burla.
Le diste un golpe seco en la nuca para que dejara de burlarse.
-ya niño, perdiste tu oportunidad del dia- le dijiste, comenzando a escuchar gruñidos acercándose del otro lado d la puerta-bien, creo que está listo-
Los tres se alejan de la puerta mientras que Glen y Maggie bajan de la camioneta recien llegados. Poniéndose en posicion de ataque al igual que ustedes. Sacaste tu cuchillo sin querer gastar las balas de tu pistola. Con daryl a tu lado dándote seguridad de que cuida tu espalda abriste la puerta con rapidez, dejando salir a los caminantes.
Eran unos 7 que mataron rápidamente. Ya se habian acostumbrado a salir en búsqueda de provisiones para la prisión. Ese era vuestro trabajo y estabas conforme con ello.
Entraron en el supermercado. Viste a Maggie tomar un carrito y la imitaste yendo en dirección contraria.
Recorriste los pasillos llenando tu carrito con las cosas que encontrabas necesarias. Comida enlatada, algunas cosas para la bebé de Rick, algún que otro juguete para los nuevos niños del lugar. Y luego fuiste al área de farmacia.
Tomaste muchos medicamentos que no sabías si servían pero no venía mal tenerlos. Algunas vendas y cinta para heridas, etc. Y condones, muchos condones.
Esperabas que no estén vencidos.
Nunca jamás pensarías tener una cría en este momento de tu vida. Admirabas a Rick pero no pondrías un hijo en un mundo así jamas.
Saliste de allí y fuiste a la sección de ropa. Extrañabas tu guardarropa.
Viste muchas prendas de niños, algunas para Hershel, ese hombre era un sol. Tomaste algúna que otra para Carol, y finalmente sonreiste al ver un par de pantalones de cuero de tu talle.
Sostenias los pantalones frente a ti mirándolos con una sonrisa cuando sentiste unas manos recorrer tu cintura, eran asperas y las reconocidas perfectamente.
-¿Cuando le dirás al niño que nos conocimos mientras trabajabas de striper en un bar?- dijo el divertido besando tu cuello. Soltaste una risa divertida tirando el pantalón hacia el carrito.
-cuando tú le digas que eras narcotraficante- te diste vuelta poniendo las manos en su cuello.
Su arma estaba ahora colgada sobre su espalda. Tenía sus musculosos grasos libres gracias al chaleco con alas en la espalda que  nunca se quitaba. Sus manos pasaron de tu cintura hacia tu espalda baja y finalmente hacia tu trasero, acercándote hacia su anatomía.
Besó con pasión tu cuello mientras cosquillas bajo tu vientre comenzaban a surgir. Así era siempre, en todos lados, todo el tiempo. Nunca se cansaban el uno del otro, les importaba un rabano la diferencia de edad, la cual era de unos casi veinte años, solo se limitaban a disfrutarse.
Era el fin del mundo, ¿Que más podían hacer?
Al menos se tenían el uno al otro.
- Daryl , estamos de misión... - no querías que se distraiga, no fuera de la prision.
Lo escuchaste suspirar fuertemente, se separó de ti  besando lentamente tu frente.
-no te tardes, ya está bajando el sol y tenemos que volver- te dijo para luego irse hacia la entrada del supermercado.
Sonreiste para tus adentros. Tomaste algunas prendas más y luego llevaste el carro a la entrada.
Glen y Daryl subían las cosas a la camioneta mientras Maggie vigilaba con el rifle en mano. Dejaste el carro cerca de ellos para que siguieran con ese, y te giraste en el lugar buscando al chico.
-¿Dónde está Daniel?- preguntaste a Maggie con confusión.
-estaba en la sección de campamento cuando yo venía para aqui- respondió ella mirando hacia dentro del super
-lo buscaré y nos largamos- dijiste decidida.
Tomaste el arma de tu cintura, te sentías más segura con ella en mano. E ingresaste al lugar nuevamente, caminando hacia la sección de campamento.
Escuchaste ruidos allí, por lo que no te iba a ser muy difícil encontrarlo.
-daniel- llamaste al chico , no eran muy cercanos, pero le gustaba salir con ustedes, era un adolescente- Daniel tenemos que irnos ¿Dónde...?-
Repentinamente un gruñido junto a ti muy cerca de tu oído te sorprendió. No tuviste tiempo de reaccionar, cayeron ambos sobre una pequeña carpa armada en el centro de la sección.
Tu respiración se detuvo algunos segundos.
Daniel era quien te atacaba, bueno al menos su cuerpo, el chico se había convertido en caminante, sus ojos eran completamente grises, su piel parecía reseca, pálida y tenía una mordida cerca del cuello.
Se encontraba sobre ti, a centímetros de tu rostro y la fuerza que ejercía era  demasiada. Miraste a tu alrededor en búsqueda de algo que salvará tu vida. El arma estaba a centímetros de ti en el suelo.
Te estiraste como pudiste, creíste que no llegarías y que el te mordería, pero con tus dedos arrastrarse el arma cerca de ti. Y cuando la tomaste en tu mano, disparate a su cabeza, manchando completamente tu rostro y toda tu de sangre del niño.
Y todo termino.
Escuchaste pasos acelerados, daryl, Glen y Maggie aparecieron al instante luego de escuchar el disparo.
Daryl y Glen te quitaron al chico de encima mientras Maggie miraba impresiónada la escena.
-¿Te mordió? ______ ¿Estás bien? ¿Te mor...?-
-estoy bien - respondiste con frialdad mirando el cuerpo del niño- estoy bien Daryl-
Un silencio se creó entre todos mientras tú salias del lugar directo a la camioneta, te sentaste en el lugar del copiloto esperando a los demás. Sabías que estabas cubierta de la sangre de un niño pero aún no entendías que había pasado, tal vez estaba en shock.
Viste a Daryl, Glen y Maggie discutir fuera de la camioneta. Ellos habían llegado en otro auto por lo que pusieron el cuerpo de Daniel en el, par enterrarlo en la prisión.
Daryl subió dejando su ballesta en el asiento trasero. Te miro unos segundos tratando de leer tu rostro y pregunto nuevamente.
-¿Estás bien?- susurro  nuevamente
-solo conduce- le pediste mirando la ventana.
Claramente no te sentías bien, habías matado a uno de los tuyos, un simple muchacho...
Manejaron un largo tiempo. La carretera estaba desierta, solo vuestro auto y el de Glen pasaban por  ella.
No supiste en qué momento paso, pero lágrimas silenciosas comenzaron a caer por tu mejilla. No sollozabas, no dijiste nada, pero daryl pareció notarlo por qué saco la mano de la palanca de cambios y la llevó a tu muslo.
Podría ser una persona algo fría, pero daryl sabía siempre que hacer y en qué momento contigo. Se complementaban perfectamente.
El sabía que era la primera vez que matabas a uno de  los tuyos. Por lo que no hablo en todo el camino. Y al llegar a la prisión te dejo sola desahogandote mientras el hablaba con Rick. Seguramente contando lo sucedido.
Solo a la hora de dormir volvieron a cruzarse.
Tú estabas acostada en la cama litera de frente a la pared, no querías ver a nadie.
Simplemente se acostó junto a ti abrazándose de la cintura haciéndote saber que estaba allí para ti.
Nada de palabras dulces ni frases tiernas.
Por qué el sabía lo que necesitabas. Eso que necesitabas era a el.

My Bad Guys: oneshots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora