Luego de recobrar el conocimiento en la casa de campaña, Stinger se había visto rodeado por la abrumadora presencia de una sucinta comitiva de superhéroes Clase S compuesta por: Tatsumaki, un prototipo de Metal Knight, Tanktop Master, Zombieman y el Chico Emperador.
Resultaba obvio para todos los presentes que el poderoso Bofoy enviara a un androide en su representación. No solía hacerlo únicamente en las reuniones de emergencia, sino en cualquier caso que supusiera una mínima posibilidad de perjuicio personal. Siempre guardaba una distancia prudente. Claro que en palabras de alguien como Drive Knight, por ejemplo, no era más que un maldito cobarde presuntuoso.
En cuanto llegaron, la chica de cabello esmeralda había dado un paso al frente decidida a iniciar un exhaustivo interrogatorio, que por desgracia fue interrumpido por un bramido desgarrador de parte del pelinegro.
Parecía que los ojos de Stinger no observaban su realidad sino que se arraigaban con vehemencia a algo oculto, o mejor dicho, algo lejano y sombrío que le enajenaba y torturaba vorazmente. Su grito había sido tal que cualquiera pensaría que su voz se apagaría enseguida. Nadie le infringía algún daño físico aparente, y a pesar de ello simulaba una muerte horripilante, dadas las convulsiones, la mirada desencajada y la coloración lívida en su tez.
—¿Qué demonios le está pasando? —cuestionó la heroína con deje de indignación, como si de repente fuese la víctima de una pésima broma de mal gusto.
El desconcierto les mantuvo a la expectativa. Y no fue sino al sofocar sus berreos sin razón aparente, que dejó de moverse y sus ojos enfocaron con normalidad. Después de ello no fue tan difícil cuestionarle. Se enteraron del tipo de seres a los que se enfrentaban, y la inaudita habilidad de imitación del alienígena con el que Stinger compartió una estrecha afinidad cognitiva antes de su muerte. Cuanto más, fue atosigado con preguntas hasta develar el modus operandi de los intrusos y los pormenores de la situación que evidentemente requería de acción inmediata.
—¡Estamos perdiendo el tiempo! —atajó Tatsumaki exasperada; y luego ordenó a Zombieman que tomara la delantera, ya que irían al hemisferio sur a capturar a su enemigo—. Servirás de cebo, espero que no te importe.
El héroe no dejó entrever expresión alguna ante la sonrisa altiva de su superior, y tampoco se quejó por el trato, sencillamente aceptó su posición. Al fin y al cabo él también poseía cualidades regenerativas como los alienígenas.
La decepción sobrevino cuando al arribar no encontraron a nadie en absoluto. Al menos nadie humano o antropomórfico. Ninguna huella que seguir o algo en concreto que captara su atención, más que el pesado cuerpo de un tigre dientes de sable transgénico tendido en el áspero suelo de la fortaleza.
—Se los dije —la líder de la misión tensó la quijada con fuerza, pero no agachó la cabeza ni denotó un mínimo pesar o angustia por la criatura—, llegamos tarde. ¡Ahora será imposible seguirle el rastro a ese bastardo!
Stinger les había hecho saber que sólo uno de los tres quedaba con vida, aunque lo preocupante de su ausencia era que se trataba del más peligroso.
—Lógico —Zombieman resopló apático y rodó los ojos—. Dices que conoce este lugar como la palma de su mano, ¿verdad? Debió ingeniárselas para escapar.
—Me temo que sí —convino Stinger, quien ya había mencionado el somnífero que sustrajo de una infusión debidamente calculada, y la manera en que aprovechó el refugio desértico—. Debió escapar tomando algún atajo o algo.
—¿Y no conoces sus atajos?
—No. Él tenía muchos secretos con los otros dos de su especie.
ESTÁS LEYENDO
ENCUENTRO INUSITADO
FanficSaitama planeó una excursión de entrenamiento especial en una zona restringida, y Genos decide acompañarlo. Lo que el rubio no sabe es que su maestro ansiaba un tiempo a solas, lejos de él para despejar su mente de los pensamientos que le atosigan...