La impresión de Genos al ver a Saitama en ese estado fue indescriptiblemente dolorosa. Esperaba algunos cambios, por supuesto. Y de hecho, lo que menos le tomó por sorpresa fue la coloración del iris y el resalte en sus venas. No obstante, esas horribles marcas de dientes en el hombro, la cicatriz en el pecho, y sobre todo los incontables chupetones en su cuello... lo dejaron atónito y destrozado.
Aún si no podía adquirir nuevas cicatrices por haber recobrado su fuerza sobrehumana, parecía que los indeseados y agobiantes estigmas de su encuentro erótico con el alien le acompañarían por mucho más tiempo.
No surgió una sola palabra de labios del rubio, mas acortó la distancia para envolver a su maestro en un abrazo cálido y efusivo.
—No te preocupes, estoy bien —murmuró el mayor, correspondiéndole.
Su discípulo le tomó del rostro, besándolo en el acto. Poco le importaba la opinión de los presentes, y no se habría detenido de todas formas. Necesitaba hacerlo. Ya no sólo porque le extrañaba con creces, sino porque se arrepentía de no haber estado a su lado para evitar ese despreciable encuentro.
Procedió de la manera más suave y cariñosa posible, ejerciendo una presión ocasional con sus labios, en un ferviente aunque banal intento por anular aquella terrible experiencia, reemplazándola con un cosquilleo invasivo que hiciera temblar a Saitama de pies a cabeza, desestabilizando su equilibrio, envolviéndole en el manto invisible de su amor incondicional.
—...No debí dejarlo solo —le acarició el rostro; y su mirada, perdida en esos orbes azules tan intensos como extraños, reflejaba una tristeza palpable.
Sin previo aviso, Genos avizoró su entorno hasta fijar la atención en Rider, quien no supo disimular el sentimiento de culpa astillándole el corazón:
"Yo dejé que pasara. Fui yo quien no pudo hacer nada para evitarlo, aun estando con él", fue el pensamiento que enterró lastimosamente en su conciencia.
A pesar del cruce de miradas, Rider no fue capaz de decir nada en voz alta; y más que una reprimenda severa, estaba seguro de que Genos habría anhelado desaparecerlo del mapa.
"Me merezco algo mucho peor, lo sé".
—Es hora de irnos —intervino Tatsumaki, con la misma frivolidad ecuánime de siempre.
Cierto es, que habían demorado más de la cuenta en la superficie, y todavía necesitaban intercambiar información esencial previa a movilizarse.
Emprendieron el vuelo de inmediato, ascendiendo con el dragón de hielo hasta alcanzar la altura suficiente para estar seguros de no tener que preocuparse por ataques sorpresa. Una vez suspendidos en lo más alto, la heroína entregó unos planos a Saitama y Rider.
—Esto es un maldito caos —masculló, suspirando largo y tendido.
—¿No hay planos para mí? —protestó Sónico, haciéndose el digno.
—Sería un enorme placer arrojarte desde esta altura —remató la chica, con malicia.
—Por primera vez estoy de acuerdo contigo —convino Saitama, abrazando al cyborg discretamente, mientras la mano de éste le recorría la pierna en afectuosas caricias incidentales.
—Como sea, tienen dos minutos para escupir la información más valiosa que tengan, porque de eso depende que todo esto salga bien —enseguida acribilló al ninja con la mirada—. Y eso va para ti también, parásito. Más te vale decirnos algo útil.
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ENCUENTRO INUSITADO
FanficSaitama planeó una excursión de entrenamiento especial en una zona restringida, y Genos decide acompañarlo. Lo que el rubio no sabe es que su maestro ansiaba un tiempo a solas, lejos de él para despejar su mente de los pensamientos que le atosigan...