Capítulo 2

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Nada más decidir que iban a seguir adelante con el embarazo y convertirse en padres, tuvieron claro que el siguiente paso era hacer partícipes a todos de las buenas (y sorprendentes) noticias.

El primero de ellos, por cercanía con el padre de la criatura y porque éste quería que por una vez él fuera el primero en enterarse de las cosas, fue el sheriff Stilinski. Después de años debiendo ocultarle información e incluso mentirle, Stiles estaba ansioso porque su padre se convirtiera en su principal confidente, y no sólo porque iba a ser el abuelo del bebé que ahora se estaba gestando.

Pero por muchas ganas que tuviera de hacer las cosas bien, sin secretos de por medio, cuando llegó el momento de la verdad se encontró con un gran problema:
¿Cómo se le decía a un padre que su hijo (énfasis en la O), estaba embarazado... énfasis en la O?
Decidieron esperar a la noche del día siguiente para acercarse a la comisaría. John Stilinski estaba haciendo guardia, por lo que al menos no tendrían que ir con excesivo cuidado a la hora de decir cosas que no era recomendable que una persona ajena al mundo sobrenatural escuchara.

Nada más verle, Stiles sintió un cúmulo de emociones que no era capaz de explicar. Después de tanto tiempo pensando que ni siquiera iba ser capaz de encontrar a una persona con la que compartir su vida, y así darle la tranquilidad a su padre de que era feliz y que lo iba a seguir siendo durante toda su vida, poder decirle ahora que además iba a formar una familia era simplemente maravilloso.

- Hola papá –saludó nada más entrar en su despacho.

- ¿Qué hacéis aquí? –El sheriff salió de detrás del escritorio y saludó a los dos con una enorme sonrisa, contento por la inesperada visita tras una tarde de lo más tediosa. Rápidamente se centró en su hijo–. ¿Ya estás mejor?

- Sí, sí, todo bien.

- Tienes mejor cara. –Se sentó en la mesa de su escritorio, viendo que ni Derek ni Stiles hacían amago de sentarse–. Entonces, ¿qué era lo que tenías? ¿Un virus?

- No... No exactamente. –El humano se rascó el cuello, nervioso e indeciso a partes iguales–. No sé como decírtelo con suavidad...

- Sólo hay una manera –le animó Derek a su lado. Desde que llegaron a la estación había estado muy pendiente de Stiles, consciente de que lo que le tocaba era complicado... Lo sabía por propia experiencia.

Stiles asintió antes de mirar muy fijamente a su padre.

- Papá, vas a ser abuelo. –Contó entonces hasta tres para oír el grito de sorpresa de su padre. Y cuando éste no llegó contó hasta cinco, tras lo que miró preocupado a su padre. ¿Tal vez no le había oído?–. ¿Papá?

- Dios mío, eso es...

- Lo sé.

- ¡Es estupendo! –gritó el hombre a pleno pulmón, dejando sordo a Stiles y con los oídos de Derek sangrando, tras lo que abrazó con efusividad a los dos–. La verdad es que empezaba a preguntarme si algún día llegaría a tener nietos, pero como nunca sacabais el tema no me atrevía a preguntar.

- Papá. ¿es que no han oído lo que te he dicho? –Apartó con delicadeza al hombre, pues había vuelto a abrazarle-. Voy a ser padre –se señaló a sí mismo–. Yo.

- Claro que te he oído. Y es maravilloso –su sonrisa no podía ser más grande-. Pero decirme ¿ya sabéis qué niño vais a adoptar? ¿O será una niña? Me encantaría que fuera una niña... si se puede elegir, claro.

A su lado Derek, cuando le buscó pidiendo ayuda, alzó simplemente una ceja, animándole a continuar.

- No –suspiró–. No vamos a adoptar.

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