Derek llegó al loft tras un día de lo más anodino en el trabajo. Y sólo de pensar todavía faltaban un par de horas para que Stiles regresara, hizo que su humor pasara de ser malo a directamente de perros.
Pero todo eso cambió tan pronto como abrió la puerta corredera y se encontró con la última persona que esperaba ver en el centro del apartamento.- Hola –saludó jovial Stiles.
- ¿Qué haces tan pronto en casa? -preguntó, acercándose a él-. Pensé que estarías todavía en la comisaría.
- Decidí salir antes. Aprovechar la tarde haciendo cosas aquí.
El hecho de que Stiles ya se hubiera cambiado de ropa, llevando unos cómodos vaqueros y su vieja sudadera roja, indicó que efectivamente ya llevaba un rato allí.
- ¿Estás muy cansado? –preguntó al darse cuenta de que varias gotas de sudor surcaban su frente-. Puedo prepararte un baño si quieres o...
Stiles le interrumpió colocando varios dedos sobre sus labios, y aprovechó para darle el beso de bienvenida.
- No hace falta –Le ayudó a quitarse la cazadora para que estuviera más cómodo, tras lo que extendió una mano para que la tomara-. Ven conmigo.
No teniendo para nada claro qué es lo que se traía entre manos, el hombre lobo decidió seguirle la corriente. Y tan pronto como agarró su mano se dejó llevar hasta el otro extremo del loft. En concreto hasta las escaleras de caracol, que Stiles comenzó a subir todavía sin decir nada.
Al llegar al piso de arriba Derek se encontró con que la habitación que usaban como trastero ahora estaba completamente diáfana, lo que explicaba las gotas de sudor de su novio.- ¿Por qué no has esperado a que llegara a casa para que lo hiciera yo? –preguntó, preocupado-. No deberías...
- Derek... ¿Recuerdas lo que acordamos de pensar las cosas antes de hablar? –esperó a que asintiera-. Sólo he movido unas cuantas cajas. No pesaban nada y lo he hecho con mucha calma. No te preocupes.
- Pero no me habría importado ayudarte –musitó en lo más parecido a una queja de niño pequeño.
- Ya lo sé –le dio un beso en la mejilla, pues era superior a sus fuerzas no hacerlo cuando se ponía en modo tristón, tras lo que se dijo que ya era hora de explicarle lo que tenía en mente-. He estado pensando que podíamos empezar a preparar la habitación del bebé. Sé que todavía queda tiempo hasta que nazca, pero me gustaría que lo hiciéramos los dos. Y para eso habrá que empezar ya, ahora que todavía me puedo mover.
Derek observó la estancia, que parecía bastante más grande ahora que no había nada por medio. Pensar que dentro de poco esa sería la habitación de su hija hizo que sintiera un repentino vértigo a causa de la emoción.
- ¿Y en qué habías pensado?
- De entrada, creo que deberíamos recubrir las paredes y suelo para crear una capa extra que ayude a aislar mejor el calor. He visto que venden un tipo de tarima flotante que podemos montar nosotros mismos... Si quieres podríamos ir mañana a comprarla al almacén de bricolaje que hay a las afueras de Beacon.
El hombre lobo alzó una ceja y miró a su novio con curiosidad.
- Veo que ya lo tienes todo organizado.
- No te creas. Sólo es una idea. Mañana podemos decidir cómo queremos que sea según los modelos que veamos. Si te parece bien, claro.
- Por supuesto. ¿Quieres que también venga tu padre o...?
- No. Sólo nosotros dos. También podíamos aprovechar para comprar la cuna –Tiró de la mano de Derek, que todavía no había soltado, hasta situarle justo bajo la ventana tipo buhardilla-. Creo que sería buena idea ponerla justo aquí. Así podrá ver el cielo desde la cuna. ¿Qué te parece?
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Nueve Meses
FanficLa vida en Beacon Hills es perfecta, siendo largo el camino que todos recorrieron desde que el instituto acabó. Ahora Derek y Stiles viven juntos; los dos tienen sus respectivos trabajos; y el loft de Derek tiene muebles y todo... Pero entonces ocur...