F O U R ; she was the box of Pandora

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  —¡¿Cómo puedes ser que seas sonámbula y no me lo hayas dicho?! —Preguntó Alice molestada, indignada, preocupada, enojada y con un montón de demás adjetivos negativos con terminación en "ada"—¡¿Cómo tu madre no me lo dijo?! —Preguntó de la misma forma que antes—¡¿Cómo no me atiende el teléfono?!

June aún no terminaba de entender como había convencido a su tía de que era sonámbula y de que había llegado a caminar hasta mitad del bosque.

Cuando sus ojos se abrieron aquella mañana rodeado de arboles y demás vegetación, supo que había ocurrido todo lo que ella temía que pasara. Lo último que recordaba era el hecho de haber gritado fuertemente, liberando todo aquella energía contenida de una vez. Con los años había aprendido que aquella era la solución menos dolorosa y, con algo de suerte, si es que la energía tampoco era demasiada, también la que menos daños dejaba.

Aún dieciséis años después de estar en el mundo no podía explicar como podía hacer todo aquello, sólo sucedía. Parecía que ella fuera la mismísima caja de Pandora, portando en su interior una catástrofe que siempre que liberaba, regresaba a ella.

La noche anterior, Alice se había permitido quedarse en casa de Natalie Martin, una aparente intima amiga con la que no había tenido demasiado tiempo de encontrarse últimamente debido a cuestiones de que cuando la castaña no se encontraba trabajando, la pelirroja si lo hacia, u en algunas ocasiones, terminando de arreglar todo lo relacionado con su divorcio.

June se reprochó todo el camino devuelta a casa (además del hecho de haber causado serios daños en el pueblo y seguramente unos cuantos heridos) el como se debería haber asustado su tía cuando llegó a la casa y no la encontró dentro. Lo peor de todo aquello resultaba en que había regresado apenas el temblor había pasado, por lo que se la pasó toda la noche recorriendo aquel pueblo en su auto, intentando encontrarla con la poca ayuda que la policía podía ofrecerle al verse sobrepasada por aquella catástrofe.

  —¡June! 

La castaña levantó la cabeza para encontrarse con un Stiles Stilinski a unos metros de distancia, en el interior de la ventana frente a la suya.

  —Stiles.—La castaña sintió un peso desaparecer de encima al comprobar que el chico se encontraba bien, al menos eso aparentaba—¿Estás bien?—Preguntó rápidamente para eliminar cualquier duda.

  —¡¿Qué si estoy bien?!—Contraataco él como si su pregunta fuera una completa idiotez—¡¿Tú lo estás?!

  —Ah, te enteraste de eso...—Comprendió la morena y bajo la cabeza durante unos segundos, sin poder evitar sonreír levemente a causa de la preocupación del pelinegro.

  —Bueno, digamos que escuché algo, tengo que admitir que me preocupe cuando grité y tú no respondiste.—Aquella confesión logro hacer que June alzara sus cejas.

  —¿En medio de toda esa locura te preocupaste por mí?—Preguntó para luego soltar una pequeña risita, como si no pudiera creer aquello.

  —Claro que lo hice,—Stiles frunció levemente su ceño—¿Cómo no iba a hacerlo?

La verdad era que apenas el temblor desapareció, el chico descubrió gracias a una histérica Alice que apenas debió reparar en con quien hablaba sobre ello que June ya no se encontraba en la casa, y aquello fue todo lo que necesito el chico para subirse a su azulado jeep y apoyar a la mujer en la búsqueda. Había pensado en llamar a Scott para que lo ayudase, sin embargo, no tenía nada que poder darle de June para que éste pudiera captar su aroma y aunque conseguirlo no hubiera sido un problema (no era la primera vez que hacían algo ilegal, como meterse en la casa de alguien y tomar algo sin su consentimiento en este caso, por un bien mayor), resultaba que si bien por lo que había escuchado al principió el temblor tuvo su epicentro justo en su calle, éste luego se fue moviendo de manera inexplicable rumbo al bosque, afectando así a todas las casas más cercanas a aquellas zonas de una manera mucho más grande que a las demás. De cualquier forma claro que lo había llamado para asegurarse que se encontraba bien, pero sabiendo que seguramente Melissa lo necesitaba ahí, prefirió brindar su ayuda con sus propias habilidades, aunque en ese entonces se veían algo nubladas por la posibilidad de encontrar a aquella increíble chica muerta.

Por suerte o por desgracia, aquel no había sido el destino.

  —S-Stiles ¿Puedo preguntarte algo?—A la castaña le tomó unos cuantos segundos en silencio poder reunir el valor necesario para hacer aquella pregunta.

Necesitaba hacer aquella pregunta, necesitaba quitarse ese nudo en la garganta, en el estomago, ese peso en la espalda y esa opresión en el pecho que sentía desde que se había encontrado con un Beacon Hills azotado por un terremoto al volver sobre sus pasos cuando despertó en la mañana.

  —Claro, ¿Qué?

La castaña estaba dispuesta a soltar aquellas palabras cuando Stiles giró su cabeza hacia el interior de su habitación, claramente alguien había entrado.

June se vio obligada a tragarse el "¿Ya hay victimas registradas?" y simplemente bajo la cabeza soltando todo el aire que había contenido para decir aquello.

Regresando su vista a la ventana del Stilinski menor, June pudo ver como en su interior, el pelinegro se saludaba con otro chico que no alcanzó a ver bien hasta que éste volvió a acercarse a la ventana para continuar su conversación.

  —¿Qué me estabas por preguntar?

  —No es nada, olvídalo.—Respondió la morena clavando su vista en otro lugar más allá de las montañas en el horizonte—Te dejo con...

Ahora la figura del visitante se alzó clara frente a June, éste se trataba de un chico de hombros un poco más anchos que Stiles, brazos más grandes y una piel mucho más morena que la del otro, de pelo corto y una expresión que indicaba que también estaba mirándola

—Tú amigo.—Terminó al final con ganas de golpearse por haber tardado tanto en hacer aquello.

Antes de que Stiles pudiera retenerla, June ya había salido de su cuarto con prisa con la idea de no volver a este comenzando a formularse dentro de su cabeza. Apenas segundos más tarde, mientras bajaba las escaleras para regresar con su tía, aquella idea terminó de tomar forma: debía cambiar de cuarto.

O mejor dicho:

Debía mantenerse lo más lejos posible de Stiles Stilinski.

Y de todo aquel que le importara.

Debía a salvar a todas las personas que le fuera posible poner fuera de su alcance. Tenía que hacerlo.

Tenía que salvar a los que le importaban de los males que la caja de Pandora encerraba.

Angel of destruction ↯ Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora