Beacon Hills continuaba agitándose con salvajismo; las sirenas, gritos y llantos eran el sonido de fondo al que los sensibles oídos del hombre lobo se encontraban haciendo frente, para todas aquellas criaturas con un oído sobrenatural, aquello resultaba una verdadera tortura, parecía que el suelo mismo estuviera y corriendo de un lado al otro preso del terror, y que las montañas se encontraban gritando.
Scott, a pesar de que su rostro constantemente adoptaba una expresión de dolor a causa de la forma en la que sus sentidos sufrían frente a aquella catástrofe, se encontraba aún persiguiendo a June, la cual, de alguna forma, lograba sacarle una cierta ventaja.
Lagrimas salían de la castaña con cada paso que cada, nuevamente, todo aquel caos, los daños, los heridos... Los muertos... Todo era su culpa.
Nuevamente.
—¡June!—Gritó Scott intentando hacer que se detenga al ver como la chica entraba en el bosque.
Escuchar su voz sólo logró que June aumentara la rapidez de sus pasos, corriendo ahora con mayor desesperación; su objetivo era alejarse de Scott lo suficiente como para que éste no sea dañado, sin embargo, perder a un hombre lobo no resultaba nada sencillo.
De haber estado en otra situación, o incluso con el simple hecho de haber vivido un poco menos de todo lo que le había sucedido hasta aquella fecha, el moreno se hubiera quedado asombrado frente al hecho de como la tierra se agrietaba en cada lugar que la chica pisaba, como si ésta fuera un muy delicado puente de cristal que se estaba resquebrajando y en el cual June se encontraba corriendo para así poder llegar al final antes de que se desmoronase, y, además, los arboles cercanos a su alrededor temblaban y se sacudían hasta acabar cayendo, obstaculizando así su camino a Scott.
—¡June!—Repitió—¡No voy a hacerte daño!
—¡Vete!—Le gritó en respuesta la morena, sin embargo el chico ignoró aquello y dejo a sus ojos brillar en aquel tono dorado para así poder moverse con mayor agilidad en aquel terreno—¡Vete! ¡Scott aléjate!—Soltó con aún más desesperación al notar como el chico la alcanzaba.
—¡No voy a hacerte daño!—Gritó nuevamente.
—¡Pero yo sí!
Se permitió voltear durante unos segundos y entonces descubrió al pelinegro demasiado cerca, peligrosamente, mejor dicho.
—¡Lo siento Scott!—Soltó acompañado de un sollozo para luego tocar un árbol.
Sabía a la perfección que aquello arruinaría todo, ¿Ella corriendo en un temblor? Bien, podía mentir, inventar excusas, merecer un oscar por su actuación, ¿Hacer estallar en un árbol en cientos de pequeños trozos con sólo tocarlo? Para eso si que no tenía una excusa.
Los trozos de lo que era un árbol salieron disparados en cientos de direcciones, Scott debía realizar ingeniosas maniobras para lograr esquivar los más significantes y así sólo terminar con varios rasguños y heridas leves; mientras que esquivar los proyectiles había retrasado a Scott, June continuaba corriendo sin preocuparse por recibir algún tipo de daño. Cualquier cosa que estuviera demasiado cerca de ella terminaba destrozándose justo como el árbol al que había tocado, por lo cual, en cuantos aquellos trozos no hacían más que partirse y volver a partirse conforme se acercaban a ella terminando en ser nada.
Sabía que no iba a resistir mucho más, sentía como cada parte de su cuerpo palpitaba con intenciones de liberar toda aquella energía; sabía, de alguna manera (tal vez gracias al sudor frío en el que se encontraba mojada o esos breves dolores en pecho), que aquella vez era la peor. Estaba completamente segura de que aquella vez era diferente, más intensa, más horrible.
Temía imaginarse lo que pudiera pasar al liberar aquella energía, sin embargo, no tenía mucho más remedio.
Su carrera se vio detenida cuando el suelo dio paso a un acantilado; notó como Scott se acercaba, estaba bastante lejos sí, pero no pudo evitar sorprenderse por ello, desconociendo las capacidades sobrenaturales del chico, no lograba entender como era posible que hubiera salido casi ileso de aquel movimiento.
Quiso decir algo, quiso seguir llorando, quiso gritar, como si algunas de aquellas cosas lograra poder detener lo que sucedía.
Scott ya podía notar aún a la distancia a la que se encontraba como la castaña temblaba. Ella temblaba por miedo a si misma con la intensidad con la que todo a su alrededor temblaba al mismo tiempo.
Y entonces sucedió.
June pareció abrir su boca para soltar un horrible grito de dolor, sin embargo, de ésta sólo salió todo el aire en sus pulmones. Los ojos marrones del chico parecieron conectar perfectamente con los de la chica, como si estos le hablaran y suplicasen por ayuda, o, al contrario, le rogaran que simplemente la dejara, que simplemente permitiera que el brillo los abandone.
Todo se mantuvo en una violenta vibración durante unos cuantos segundos más y luego, todo se detuvo. Durante unos segundos Scott se permitió pensar que todo había terminado, pero justo a la vez que los parpados de June caían cerrando así sus ojos, el suelo debajo de June comenzó a soltar tierra y piedras; al principio el moreno no entendió que sucedía, luego notó como aquel lugar al que tantas noches había asistido con Allison simplemente para apreciar la luna y el pueblo, el mirador, comenzaba a hundirse.
Los ojos de Scott se abrieron de par en par a causa del pánico y aceleró sus pasos a una velocidad que dudaba haber alcanzado en algún momento anterior, a pesar de aquello, sabía a la perfección que no iba a llegar, por lo que mientras el cuerpo de June se desplomaba en aquella tierra que caería por aquel vacío, se lanzó al suelo con su brazo extendido.
Toda aquella punta ya se encontraba hundida varios centímetros, y justo cuando Scott logró llegar, ésta se desmoronó completamente dejando caer al cuerpo de June que se encontraba sobre ella.
Justo cuando pensó que ya la había perdido, el moreno atinó a aferrar su mano en el brazo de la castaña, evitando así que ésta cayera.
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Angel of destruction ↯ Teen Wolf
Fanfiction❝Ella temblaba por miedo a si misma con la intensidad con la que todo a su alrededor temblaba al mismo tiempo.❞ June creyó poder vivir sin problema alguno. Creyó ser lo suficientemente fuerte como para controlar a aquella bestia en su interior...