Destrucción.
Nuevamente eso era todo lo que había a su alrededor.
Y se culpaba absolutamente por ello.
La gente lloraba, gritaba y corría mientras que todo lo que June se veía capaz de hacer era continuar odiándose a cada paso un poco más mientras corría en dirección al bosque.
Probablemente aquel sería el primer lugar en el que los chicos la buscarían, sin embargo, su mente se encontraba demasiado conmocionada con todos los sucesos a su alrededor como para pensar en otro lugar.
Simplemente quería escapar de todo el caos que provocaba.
El bosque estaba cerca, literalmente, sólo debía cruzar la calle para ingresar en la reserva natural de Beacon Hills, pero la morena no contó con que en cuanto cruzara, un auto apareciera por la autopista a suma velocidad.
Todo sucedió demasiado rápido como para que June terminara de ser consciente de lo que había hecho en aquel momento, pero, antes de que el vehículo la impactara, éste salió disparado por el aire, dando varias volteretas hasta por fin estrellarse contra el suelo. Y aquello no fue más que una razón para que la castaña aumentara su ritmo.
El caos la estaba alcanzando.
Intentaba internarse en lo más profundo del bosque, esforzándose al máximo por no pensar en como sus piernas le dolían o como todo a su alrededor temblaba por su culpa; June continuaba teniendo el único objetivo de llegar a lo más profundo del bosque en su mente y aquel parecía desvanecer cualquier tipo de pensamiento que no tuviera que ver con su destino.
Se mantuvo en aquel estado, corriendo mientras las lagrimas recorrían sus mejillas hasta que se vio incapaz de notar una raiz de algún árbol un tanto levantada, tropezando con ella.
Por unos segundos, mientras estuvo en el suelo, con el suelo a muy poca distancia de su rostro y sus brazos extendidos con sus manos sobre la tierra, pensó que tal vez todo se había acabado; ya nada temblaba, tal vez, sólo tal vez, aquello finalmente había acabado.
Pero no fue así.
La pequeña sonrisa que comenzaba a gestarse en el rostro de June desapareció por completo cuando, a lo lejos una montaña entera se venía abajo.
Levantó sus manos de la tierra, asustada por lo que acababa de hacer, y notó la forma en la que sus manos se habían hundido sobre la tierra como si no fuera nada más que barro. Entonces todo comenzó a temblar nuevamente, y June sólo cerró sus ojos y cubrió sus oídos para gritar lo más fuerte que pudo hacerlo.
Ella temblaba por miedo a si misma con la intensidad con la que todo a su alrededor temblaba al mismo tiempo.
Fue en aquel momento, ese en el que la castaña sólo esperaba que si verdaderamente existía algún verdadero tipo de dios, éste le permitiera dejar de vivir, cuando las figuras de Scott, Stiles y Lydia se proyectaron en la lejanía, acercándose lo más rápido que podían hacerlo, lanzándose contra los árboles para de esta forma poder mantenerse de pie.
Stiles fue quien logró lanzarse más cerca de ella una vez los arboles se terminaron; el chico se arrastró lo más rápido que pudo hasta llegar frente a la chica y rápidamente tomó sus muñecas para así destapar sus oídos.
—¡June!—intentó llamarla el chico sin éxito alguno—¡June!—más nuevamente no hubo respuesta—Debes parar June—soltó ahora con sus ojos cristalizados, completamente preocupado por la chica frente a él—, debes hacerlo ¿Sí? Debes intentarlo, sé que puedes, hazlo por nosotros, hazlo por mí—la respiración de la chica parecía haberse acelerado frente a aquellas palabras, más aún continuaba con sus ojos cerrados—. Te quiero June, sé que puedes hacerlo, sé que...
Sin embargo, la morena soltó un fuerte grito que logró hundir una pequeña área redonda de donde se encontraba y, a la vez, lanzar a Stiles no muy lejos del suelo hasta que un árbol frenó su trayectoria.
Entonces fue el turno de Scott.
—¡June!—intentó justo como su amigo estaba intentando y al notar el poco efecto que ello surgía, cerró sus ojos para así, al abrirlos, dejarlos brillar en lo que él creía un fuerte dorado, pero lo que en realidad se trataba de un profundo rojo—¡June!—rugió.
Entonces la morena abrió sus ojos, viéndose colmada por el miedo y el pánico en cuestión de segundos.
—Piensa en lo que te enseñó Derek—le aconsejó rápidamente el castaño frente a ella poniendo ambas manos sobre los hombros de la chica—. Vamos June, recuerda lo que él te dijo.
La castaña asintió obedeciendo a Scott, trajo nuevamente a su mente todas las lecciones que Derek le había dado, dispuesta a seguir cada uno de los consejos que aquel chico le había dado.
Y así lo hizo.
Calmó su respiración y cerró sus ojos para concentrarse, intentando controlar su emoción al notar como todo aquello en realidad estaba teniendo efecto, siendo que todo estaba empezando a calmarse.
Una vez June abrió nuevamente los ojos, la sonrisa que Scott tenía en su rostro se le contagió rápidamente; no pudo evitar abrazar al contrario con fuerza. Sus ojos, rojos por la cantidad de lagrimas, permanecían cristalinos ahora por la emoción que aquello le causaba.
Aquel había sido un muy fuerte ataque y aún así, al final había sido capaz de controlarlo con un poco de concentración.
Tal vez, luego de todo, no fuera únicamente destrucción.
Tal vez todo lo que tenía que hacer era averiguar como realmente funcionaban sus poderes.
—¡¿Por qué él y no yo?!—gritó Stiles con enojo, sorprendiendo completamente a la morena, logrando que se separara de Scott.
—Stiles ¿De qué hablas?—preguntó el castaño frunciendo su ceño.
—¡¿Por qué tú pudiste calmarla y yo no?! —gritó nuevamente, y June sintió aquello como una punzada en su corazón, Stiles tenía sus ojos cristalizados—¡¿Por qué todo siempre te sucede a tí?!
—Stiles...
—¡Ni se te ocurra decir algo! —interrumpió a Scott antes de que se viera capaz de decir algo—Tú fuiste a quien mordieron, tú fuiste el que se volvió el capitán del equipo, tú eres en quien las chicas se fijan, ¡Tú eres en el que todos siempre se fijaron! —June notó los ojos del castaño a su lado cristalizarse.
—Stiles, sabes que eso no es cierto, somos un equipo—el pelinegro soltó una risita.
—Sí, claro, un equipo —rodó los ojos—¿Cómo Batman y Robin verdad? —cuestionó para luego asentir y chasquear su lengua—No podrías haberlo dicho mejor.
—Stiles... —esta vez intentó hablar June.
—¡¿Por qué no lo besas ya?! —la cayó rápidamente logrando que la castaña vuelva a esconder su rostro en el hombro de Scott.
—¡Hey, no le hables así! —lo reprochó la pelirroja.
—Lydia, en serio, no te metas —advirtió el chico intentando controlarse para no gritar nuevamente—¡No te metas! —soltó nuevamente al notar que iba a hablar—¡Estoy harto de que todo siempre sea para Scott McCall! ¡Me cansé de ser Robin!
Y luego de aquello, el joven Stilinski permaneció en su lugar con su pecho subiendo y bajando a una rápida velocidad, dejando a entender en el temblor de su cuerpo lo nervioso que se encontraba, marchándose segundos despues sin dejar que June le explique, que por mucho que Scott fuera quien logró sacarla de aquel trance, fue en él en quien pensó para tranquilizarse.
"Un ancla" le había dicho Derek, le había pedido encontrar un ancla.
Y lo había hecho.
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Angel of destruction ↯ Teen Wolf
Fanfiction❝Ella temblaba por miedo a si misma con la intensidad con la que todo a su alrededor temblaba al mismo tiempo.❞ June creyó poder vivir sin problema alguno. Creyó ser lo suficientemente fuerte como para controlar a aquella bestia en su interior...