Pocos segundos después de que sus ojos se abrieron, June descubrió que quedarse en la casa de su tía u incluso ir a pasar el día en la de Stiles no era una opción. Aquel calor ameritaba una piscina, y por suerte, a su amiga de cabello rubio fresa se le había ocurrido lo mismo.
Había pasado una semana desde que los secretos entre ambas partes de aquella relación se habían acabado, June sabía todo: el alfa, el Kanima, el veterinario, el extraño talento de Lydia para encontrar cuerpos y también el hecho de como habían revivido al primer enemigo nombrado. Por otra parte, June se había abierto de la misma forma hacia ellos, aún podía sentir los brazos de Stiles rodeándola luego de haber contado lo de su padre.
La relación entre June y Lydia se había intensificado en aquella semana, ambas se sentían identificadas con la otra: ninguna de las dos sabían que eran. Y aquello, de alguna forma, lograba unirlas.
Al menos Lydia la había ayudado a tener una mayor idea acerca de sus habilidades, por lo que había investigado, la rubia fresa había descubierto que las cosas no simplemente explotaban frente a su tacto, sino que vibraban tan fuerte que terminaban haciéndolo. Aquello hizo comprender a June que su poder no se basaba en simplemente destrucción, sino en el movimiento, la castaña podía acelerar a su gusto el movimiento de las partículas de absolutamente todo.
Realmente agradecía que Lydia fuera una genio.
—¡Arriba!—Gritó en el oído del pelinegro y no puedo evitar estallar en carcajadas cuando éste se despertó gritando y revolviéndose en sus cobijas hasta que por fin cayó al suelo.
—¡June!—Soltó con enojo en el suelo levantándose—¡¿Acaso estás loca?! ¡¿Cómo vas a despertarme así?!
—Lo siento.—Dijo aún entre risas la castaña—Tú padre me dejó pasar y me dijo que lo intentara.—Se hundió en hombros aún divertida—Me debe diez dolares.
Stiles movió la cabeza de lado a lado desaprobando aquel gesto pero ello sólo logró hacer que June soltara otra risita. Entonces el chico por fin pudo liberarse de aquella prisión en la que sus sabanas se habían convertido y al hacerlo, June mantuvo su mirada fija en él durante unos segundos, los suficientes para que sus mejillas tomaran un color rojizo y se viera obligada a bajar la cabeza.
—Hum, Stiles...—Murmuró entonces avergonzada—Estás en ropa interior.
Luego de aquel incomodo momento que no se borraría de la mente de la chica—sobretodo por el cuerpo prácticamente desnudo de Stiles—, en más bien poco tiempo se encontraron ya sobre el jeep rumbo a la casa de Lydia.
—¿Si practicaste cierto?—Preguntó el chico con su mirada en el camino.
Desde el momento en el que se habían enterado de las habilidades de la morena, una de las primeras cosas que habían cambiado era el hecho de que ahora se veía obligada a practicar; en una semana había logrado prácticamente nada además de romper un estante de Lydia, unos cuantos vasos de Scott y la ducha de Stiles. Por extraño que pudiera sonar, aquel último error había sido su preferido, Stiles había abierto el agua en la ducha de su baño y, durante unos segundos, June había logrado darle forma sin tocarla, como si sus manos fueran un imán que repelían el agua. Claro que, posteriormente, aquello había terminado en un Stiles sin ducha.
—Eh, sí claro.—Murmuró la respuesta desviando la vista hacia fuera del jeep.
—June...—La morena pensó que tras aquello vendría toda una platica acerca de lo importante que era que aprendiera a controlarse—¿Crees en los amores de verano?—Aquella pregunta la había sorprendido de tal forma que prácticamente se había atragantado con su propia saliva.
—¿Cómo?—Preguntó regresando su vista hacia el chico con sus ojos abiertos de par en par.
—Ya me escuchaste.—Dijo el chico con sus mejillas levemente rozadas—Los amores de verano, esos que surgen en poco tiempo ¿Crees que son reales o son sólo hormonas?
—Hormonas.—Respondió la chica regresando su vista hacia la ventanilla—Aunque supongo que hay excepciones.—Se hundió en hombros—Mis padres eran de diferentes ciudades y se enamoraron en verano.
—¿Y tú has tenido alguno?
June consideró que aquella pregunta era más bien tonta, ya que Stiles conocía su historia; viajando constantemente no había logrado hacer amigos, mucho menos enamorarse.
Sin embargo, en aquel momento, June respondió:
—Lo estoy teniendo.—Murmuró logrando que los ojos de Stiles se abran de par en par para luego bajar rápidamente del vehículo y correr hacia la entrada de la casa de Lydia.
La tarde estaba siendo genial, en la casa no había nadie más que ellos cuatro, y, sin embargo, no necesitaban a nadie para pasarla mejor, se la pasaron riendo, charlando... Lydia no paraba de hacer comentarios sobre lo babosos que Scott y Stiles eran por mirar de aquella forma a June en bikini, y ésta sólo lograba reir u sonrojarse frente a ello. Aquella era una de esas tardes en las que June se sentía normal, por maravilloso e increíble que aquello le resultaba.
Ellos la hacían sentir normal.
En cierto momento de la tarde June fue al baño, y luego de haberse lavado las manos, observando el agua correr, pensó, que si Scott podía controlarse de la forma en la que lo hacía tal vez ella...
Sin siquiera tener muy en claro lo que estaba haciendo, comenzó a mover sus manos alrededor del agua que caía a presión por la canilla, al principio no sucedió nada, cosa que la desanimó un poco, pero, unos segundos después de ello, la emoción la inundo por completo al notar como el agua comenzaba a hacer un recorrido circular y luego, centrándose un poco más, ésta comenzó a emitir un sonido angelical.
Soltó una risa a causa de no poder creer que sus manos, por primera vez, estuvieran haciendo algo hermoso.
Cuando sintió no poder resistir más aquello, se detuvo, pero unos segundos después, aún con una sonrisa en su rostro cerró sus ojos y decidía a volver a hacerlo se concentro en el sonido del agua, en su movimiento y posteriormente, comenzó a mover sus manos alrededor del chorro, la verdad fue que se vio invadida por la decepción cuando el chorro continuó recto al abrir sus ojos.
—¡June!—El grito de Stiles hizo que la castaña corriera hacia afuera.
June se paralizó en la puerta que daba hacia el patio al ver el agua de la piscina moviéndose fuera de ésta, flotando en el aire con cientos de gotas esparcidas por todas partes, flotando, como si estuviesen paralizadas.
—¿Están quietas?—Preguntó Scott con asombro tocando una de ellas, haciendo que ésta se mueva.
—No.—Respondió Lydia igual de asombrada—Están vibrando.
El agua continuó danzando a su alrededor moviéndose constantemente bajo el ritmo de un melodía imperceptible, sin dejar en ningún momento de lanzar gotas en cualquier dirección que terminaban suspendidas en el aire, vibrando.
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Angel of destruction ↯ Teen Wolf
Fanfic❝Ella temblaba por miedo a si misma con la intensidad con la que todo a su alrededor temblaba al mismo tiempo.❞ June creyó poder vivir sin problema alguno. Creyó ser lo suficientemente fuerte como para controlar a aquella bestia en su interior...