E L E V E N ; everything was perfect

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La expresión de Scott expresaba una muy notable sorpresa; sus ojos estaban muy abiertos y sus cejas muy levantadas, su boca se abría ocasionalmente con intenciones de soltar alguna palabra pero ninguna salía de ésta. Podía estar quedando algo torpe, incluso mal, pero no era su culpa (u al menos eso consideraba él); la chica que tenía delante, al otro lado de aquella puerta, ya le parecía lo suficientemente linda de forma natural, así que no tenía demasiadas formas de definir como se veía ahora maquillada y vestida con todo aquello.

  —¿Demasiado?—Preguntó algo preocupada frunciendo levemente el ceño mientras mantenía una leve sonrisa, Scott negó.

 —Estás hermosa.—Le dijo haciendo que su sonrisa se ensanche a lo largo de su rostro y bajara la mirada para llevarse un mechón detrás de la oreja, costumbre que ésta tenía al verse nerviosa u avergonzada—¿Vamos?—Extendió su mano hacia ella sonriente.

La chica gritó una despedida hacia dentro de la casa y luego tomo la mano del chico para cerrar la puerta detrás de ella y luego ser conducida por el moreno hasta el auto estacionado frente a la entrada.

  —¿Es tuyo?—Preguntó curiosa la morena.

  —Te contaré un secreto:—Dijo mientras caballerosamente, le abría la puerta—Es de mi madre.—Susurró mientras la chica subía haciéndola subir.

  —Bueno, ya que estamos siendo sinceros—Habló una vez el chico también subió—, yo también te contaré un secreto: —Scott la miró mientras encendía el auto—No he ido a muchas fiestas.

El chico no necesito sus supersentidos de hombre lobo para notar que June estaba nerviosa, y por aquel motivo le dedico una mirada junto con su sonrisa mientras tomaba una de sus manos.

  —Está bien ¿Sí?—Habló para tranquilizarla—Esto es lo que haremos: iremos, bailaremos, seguramente beberemos un poco—Comentó haciendo sonreír a la castaña—, pero si no te gusta podemos irnos ¿Bien? Si quieres irte me dices y entonces vemos que hacer ¿Te parece?

La chica asintió mucho más tranquila que antes, aquello realmente la había ayudado, y aunque su cuerpo ya había dejado de temblar a causa de la emoción y el miedo, su corazón seguía acelerado frente al hecho de que Scott aún seguía tomando su mano.

  —¿Puedo preguntarte algo?

  —Bueno, en realidad eso ya es una pregunta.—Dijo la morena mientras el coche empezaba a moverse—Pero, claro, adelante.

  —¿Por qué no has ido a muchas fiestas?—Soltó curioso—Digo, no es que te veas como una chica a la que le cuesta hacer amigos.—Comentó.

  —Bueno, las apariencias engañan.—Respondió a aquel comentario para luego suspirar, intentando tranquilizarse—Es que no suelo estar mucho tiempo en el mismo lugar, constantemente mi  y eso, inevitablemente, afecta a la hora de tener relaciones.—Explicó la castaña con la vista puesta en el frente y de vez en cuando dedicándole miradas a Scott—Además, tampoco es como que sea exactamente extrovertida.

  —Bueno, ahí tenemos algo en común. 

Según lo que Scott le había contado durante el viaje, la fiesta se desarrollaría en la casa de uno de los integrantes del equipo de Lacroose, del cual McCall era el capitan; aparentemente los padres del chico habían salido de vacaciones y éste se había preocupado por organizar lo antes posible una fiesta. Todos los adolescentes en el pueblo hablaban de ella, iba a ser verdaderamente una gran fiesta y la mayoría de personas iban a estar allí.

Ese no era un dato menor para la castaña, pensar en verse rodeada de tanta gente le era un tanto inquietante ¿Y si le daba un ataque? ¿Y si hería a alguien? ¿Y si no podía controlarse? ¿Y si hería a Scott? ¿Y si mataba a alguien? ¿Y si mataba a Scott? ¿Y si mataba a todos?

  —June.—La voz de McCall logró devolverla a la realidad haciendo que lo mire—¿Estas segura de que quieres hacer esto?—Preguntó algo preocupado, aquella había sido la cuarta vez que pronunciaba el nombre de la castaña—En serio podemos hacer cualquier cosa.

  —Hey, no, está bien.—Aseguró June acomodándose nuevamente en su lugar—Quiero hacer esto.

Scott asintió para a continuación quitar las llaves del auto que ya se encontraba estacionado y posteriormente bajar de éste a la par que la chica.

La gente inundaba la acera, la mayoría eran adolescentes u personas que en realidad no pasaban los veinti-tantos, la gran mayoría tenían vasos rojos de plástico en sus manos y platicaban animadante con otras personas, o reían, o se besaban. La música ya llegaba a escucharse bastante bien a esa distancia de la casa, June y Scott compartieron una mirada y luego el chico entrelazó su mano con la de la chica, quien suspiró para luego asentir, marcando así el inicio de su camino hasta la casa.

En el jardín delantera ya casi ni había espacio, la gente allí ya bailaba y gritaba, seguramente la mayoría ya tenían una buena cantidad de alcohol en el cuerpo, o esa era la impresión que June tenía acerca de ellos. Avanzando entre empujones y con sus manos fuertemente entrelazadas, ambos lograron llegar dentro.

Por dentro todo era una historia distinta, aunque similar, una fiesta de luz negra en la que los colores fluorescentes destellaban y la gente bailaba, bebía, gritaba, reía y se besaba sin control alguno. La música hacia temblar los diferentes cuadros en las paredes y en realidad, toda la casa parecía estar temblando, y esta vez, para su sorpresa, no era culpa de June.

Scott señaló ser lo que parecía la cocina y June asintió teniendo ahora ese lugar como su nuevo destino; allí no había demasiada diferencia con el resto de la casa, el hecho era que habían cientos de diferentes botellas y pilas de vasos iguales a los que habían visto anteriormente en manos de diferentes personas. El chico observo un poco las botellas y al final terminó tomando una para luego volcar su contenido en un vaso.

  —¡¿Quieres?!—Tuvo que gritar en el oído de June.

  —¡¿Qué es?!—Preguntó la castaña de la misma forma.

  —¡¿Confías en mí?! 

Y aquello, junto a una sonrisa traviesa por parte de la castaña, dio inicio a lo que resultaba ser una increíble noche. Ambos bailaban y tomaban, June mantenía una sonrisa en su rostro siempre y cuando no estuviera concentrada en aquellos hipnóticos movimientos que lograban hacer querer a Scott eliminar la distancia entre ambos, y lo había hecho varias veces. Bailaban pegados, con las manos del chico sobre la cintura de la morena, como si de aquella manera evitara que ésta se alejara; la gente a su alrededor se había vuelto un simple fondo y para ellos, sólo existía el otro en combinación con la música y el alcohol (aunque éste no surtiera efecto en Scott). No perdían oportunidad en unirse a los saltos que daba la gente en coordinación con la música que sólo iba en aumento, parecía como si todos allí se hubieran puesto de objetivo hundir la casa.

Para June, todo era perfecto.

En algún punto, tal vez embriagado por sus movimientos, la forma en la que su cabello los acompañaba y su perfume (que aunque June no pudiera sentir el suyo, él a la perfección sentía el de ella), Scott, aprovechando la cercanía, sin pensar siquiera en lo que estaba haciendo en aquel instante (tal vez había sobrestimado el control que tenía en luna llena), deposito un beso en el cuello de la morena, del cual, ésta no pareció emitir queja alguna.

Ninguno de los dos era consciente que, a unos metros de distancia, completamente camuflado entre la multitud y acompañado por una chica de cabello rubio fresa, se encontraba Stiles mirando con el ceño fruncido aquella escena.

Angel of destruction ↯ Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora