F I V E ; he made her laugh

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Alice prácticamente la había obligado a salir de aquella casa, tal vez por haber descubierto que quedarse encerrada con aquel calor no era algo sano u simplemente por que le daba pena la actitud que su sobrina había estado teniendo los últimos días, algo más decaída, menos sonriente y sin soltar una palabra sobre el menor de los Stilinski. Aunque no le era necesaria demasiada información a la mujer para entender que aquella petición de cambiarse de cuarto que había aceptado al principio de la semana, tenia absolutamente todo que ver con  aquel pálido chico.

Aquella era la razón por la que ahora la castaña se encontraba decidiendo cual shampoo era el de mejor calidad para llevarle a su tía, quien la había mandado a hacer las compras con la excusa de encontrarse excesivamente cansada y de haber tenido un día difícil.

La realidad era que en parte, June agradecía poder, aunque sea por tan sólo unos segundos, preocuparse únicamente por que shampoo comprar, resultaba un verdadero alivio no seguir dándole vueltas a los heridos y destrozos que dejó el accidente. La castaña aún no podía imaginar como harían los habitantes de Beacon Hills para acostumbrarse a aquello temblores, ni tampoco como reaccionarían al siguiente, ya que las autoridades y todos los medios de comunicación se encargaron de tranquilizar a la población diciendo que aquello había sido una "anomalía que no volvería a repetirse".

La chica soltó un suspiro y negó con la cabeza, tal vez se habría hartado de intentar elegir que shampoo es el correcto, o, tal vez estaba cansada de que aquel tema continuara dando vueltas en su cabeza.

Ya había pasado.

Y volvería a pasar.

La castaña terminó tomando un shampoo al azar y luego se dirigió a la fila para la caja registradora, la cual, por suerte resultaba no ser demasiada larga. June tenía aceptado que le esperaban unos largos minutos de puro aburrimiento sin más entretenimiento que mirar a las demás personas en las distintas filas hasta que sus ojos se fijaron sobre una persona en especifico.

Era él.

El chico que había visto en la habitación de Stiles.

Se permitió observarlo de pies a cabeza ahora con una mucha mejor perspectiva. Como había alcanzado a notar, efectivamente era moreno y su cabello negro; sus brazos si que eran más grandes que los de Stiles; sus rasgos eran algo más cuadrados que los del chico y aunque no podría jugarse la vida en ello, estaba bastante segura de que era algo más grande que el otro.

Una pequeña sonrisa se esbozó en su rostro, tal vez a causa de los recuerdos que aquel chico había disparado. 

Había pasado más de lo debido mirando a aquel chico de camiseta sin mangas, sin embargo, fue cuando éste se agachó que el ceño de June se frunció un instante, preso de la confusión al ver el escenario en el que el muchacho se encontraba. 

¿Por qué estaba viendo lencería de mujer?

Scott siguió la dirección de la mirada que desde hace rato había sentido sobre él pero a la que había decidido ignorar, varias miradas se habían clavado sobre él mientras seguía intentando encontrar el mismo tipo de brasier que había roto, en realidad su madre aún no sabía nada acerca de aquello por lo que su objetivo en realidad era encontrar uno idéntico. Volviendo al punto, ya se había mentalizado durante todo el camino que aquella sería su única oportunidad (ya que se negaba a ir a alguna tienda de ropa y preguntar por un brasier) y que la gente lo miraría de forma extraña.

Sin embargo, sus ojos se abrieron de par en par sin disimulo alguno al descubrir que la chica con la que Stiles había estado tan obsesionado últimamente, la castaña que personalmente le había parecido linda, su vecina, era la dueña de aquella mirada. Las mejillas de la chica se tiñeron de rojo con rapidez y ésta bajo la cabeza, haciendo así que algunos mechones ayuden a esconder su rostro; Scott, por otra parte, sorprendido y avergonzado, se había puesto nervioso y aquello había resultado en intentar apoyarse en aquel estante de la mejor manera para simular simplemente estar allí de forma casual; cuando June levantó la vista, se encontró con un Scott con su codo puesto contra aquella estantería, con todo su peso puesto sobre el, una sonrisa en su rostro y su mano izquierda alzada y sacudiéndose levemente en forma de saludo. 

La castaña soltó una pequeña risita frente a aquello y se llevó un mechón detrás de la oreja para entonces responder a aquel gesto, acto que ensanchó la sonrisa del moreno, convirtiendo así sus ojos en dos gruesas lineas sobre su rostro. Sin embargo, segundos después aquel estante se vio derribado por el peso del chico y éste cayó sobre él, (su cabeza, más precisamente, aterrizó de lleno en un brasier) llamando así la atención de todo el mundo y logrando que una carcajada saliera de la chica sin poder si quiera luchar por contenerla.

Angel of destruction ↯ Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora