T W E N T Y T H R E E ; she knew where she was going

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June se encontraba... Perdida.

Allison le había caído maravillosamente, tan sólo llevaba un par de días devuelta en Beacon Hills y ya podía entender con suma claridad como era posible que fuera la mejor amiga de la pelirroja. Sin embargo, aquello le generaba un gran peso sobre sus hombros, Alice le había dicho que se trataba de culpa cuando le comentó la situación en busca de un consejo.

Y era cierto, sentía culpa. Había besado a Scott, su ex novio y aparente alma gemela y ¡Dios! La castaña ni siquiera era como una de esas chicas malvadas que se merecen lo peor ¡Era lo contrario! La morena aún seguía reclamándole al universo la razón de porque Allison Argent no había podido ser una horrible perra, al menos, de esa forma, no se sentiría tan mal.

De cualquier forma, aunque en todo lo relacionado a lo sentimental se encontrara perdida, June realmente se encontraba perdida... Literalmente.

Scott había decidido citarla en el bosque para así poder charlar ¿Qué fue lo peor de todo? ¡Que a June la pareció completamente razonable! Apenas en aquel entonces, helada gracias a la fría brisa de la noche y sin tener una idea de a donde rayos se encontraba avanzando podía reconocer que, por muy bien que el castaño conociera el bosque y por mucha privacidad que éste pudiera brindarles. Reunirse en la reserva natural de Beacon Hills prácticamente en mitad de la noche no había sido para nada una buena idea.

En parte estaba tranquila, se encontraba repitiéndose constantemente que, en realidad, ella era el mayor peligro en aquel bosque, y, si se lo proponía —e incluso si no—, sería completamente capaz de destruirlo entero.

La castaña siguió caminando sin un rumbo definido, dejaba que sus pasos continuaran avanzando en la dirección que quisiesen, sabiendo que tarde o temprano debería terminar saliendo del bosque u por lo menos Scott sería capaz de rastrearla.

Perdió la constancia del tiempo cuando descubrió que en realidad, sabía hacia donde se estaba conduciendo. Le resultaba difícil de explicar, pero de alguna forma su cuerpo sabía hacia donde se dirigía, tal vez era gracias a ello que aún no entraba en pánico por estar perdida en el bosque; no lo hacía porque en realidad no lo estaba.

  —¡June! —volteó en dirección de donde provino la voz y entonces se encontró con Scott McCall corriendo en su dirección—Al fin te encuentro—agradeció una vez llegó a su lado.

  —¡¿Donde te habías metido?!—atacó la castaña dándole un empujón al contrario.

  —Lo siento, lo siento, tuve problemas con mi mamá—respondió el chico avergonzado—. Siento haberte hecho esperar ¿Nada sucedió cierto?—preguntó preocupado y por mucho que June quisiera golpearlo, simplemente descargó aquel enojo en un suspiro.

  —No.

June pudo notar a la perfección el alivió que Scott sintió al escuchar aquellas palabras; lo cierto era que el castaño en serio se había preocupado por ella en cada minuto en que su madre lo retenía en su casa.

  —Bien, aquí estamos...—June soltó nuevamente un suspiro—Hablemos.

Scott abrió su boca dispuesto a hablar, sin embargo, la morena resultó ser más rápida.

  —Y no intentes desviar el tema de ninguna forma—advirtió—. En serio tenemos que hablar de...—un color rojizo tiñó las mejillas de la chica—Nosotros.

Scott asintió levemente para luego mirar a June a los ojos y, antes de que ninguno pudiera decir nada, en el silencio y la soledad que el bosque les proveía, ambos se encontraban nuevamente besándose.

  —¿Se siente igual?—preguntó June temblando una vez se separaron, pudiendo sentir la respiración del contrario chocar contra su piel a causa de la extrema cercanía, realmente mantenía su mirada sobre el pecho del contrario para así no ver sus labios y volver a tentarse.

  —¿Igual a qué?—preguntó Scott confuso, aún con su respiración agitada.

  —A cuando la besas a ella.    

La sacudida que aquellas palabras le dieron al castaño no tuvieron forma de describirse, de repente, Scott se encontraba haciéndose la pregunta de en que momento había llegado a aquel punto, estando en mitad del bosque, por la noche, besándose junto a la chica la cual, sabía a la perfección, tenía loco a su mejor amigo.

Y una oleada de culpa lo azotó cuando se descubrió a si mismo preguntándose porque aquella chica no era Allison.

  —Sí—June asintió con una leve sonrisa ahora sobre su rostro—. Tampoco lo es para mí.

Y fue en aquel momento en el que Scott comprendió que, justo como a su mejor amigo le gustaba ella, a June le gustaba su mejor amigo.

Angel of destruction ↯ Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora