Toda aquella semana June se enfocó en evitar cruzarse con McCall y Stilinski, tenía cosas en las que pensar antes de saber como si quiera iba a mirarlos. Parte de su plan para lograrlo incluyó ir todos los días de aquella semana a la casa de su amiga de cabello rubio fresa a mirar "The Flash", y, una vez hubieron acabado con todas las temporadas disponibles en la plataforma, continuar con aquella de la que todo el mundo estaba hablando "13 reazons why".
—Si puedo confesarte algo—soltó la castaña mientras caminaba a la par de su amiga—, primero digo trece y el resto lo digo en ingles—admitió sacandole una risita a la chica.
—Me alegra no ser la única—contestó la chica haciendo que ahora June también riera.
Aquella tarde sus planes habían cambiado de repente por culpa de la rubio fresa. June se esperaba otra tarde dentro con aire acondicionado, gaseosa, palomitas y Netflix, sin embargo, la tarde había tomado un rumbo diferente y aquella era la razón de que ahora se encontraran al aire libre, en nada más ni nada menos que el parque de Beacon Hills, el mismo repleto de coloridas flores, arboles, y juegos para los niños, los cuales, como era de esperarse en un día tan bello como aquel, se encontraban llenos a más no poder.
June apenas podía encontrar algo de ella misma en aquellos sonrientes y animados chiquillos que corrían de un lado para el otro, hamacándose felizmente en una hamaca o tirándose del tobogán más grande como si aquello fuera lo más arriesgado que jamás harían.
—¿Cuántos crees que sean sobrenaturales?—se sorprendió a si misma preguntando a Lydia mientras se detenian.
La rubia fresa le dedicó una larga mirada al sector de juegos, aparentando tomarse su tiempo en analizar a cada niño y niña.
—Al menos la mitad—respondió hundiéndose en hombros.
—¿Lo dices en serio?—preguntó la castaña sorprendida por la seguridad con la que la chica había respondido.
—Bueno, no es como que haya ninguna ecuación para saberlo—respondió Lydia mirándola para posteriormente acomodar un mechón de su cabello detrás de su oreja—, pero es Beacon Hills—dedicó otra mirada a los niños—. No me sorprendería si la respuesta correcta es que todos lo son.
El silencio se instaló entre ambas y Lydia sacó su celular de su bolsillo para posteriormente mirar la hora en el y volverlo a guardar soltando un suspiro.
—¿Lydia puedo preguntarte que estamos haciendo aquí?—sucumbió la castaña a la duda.
Y como si aquello estuviera planeado, el inconfundible Roscoe estacionó a unos metros de ellas y, posteriormente, Stiles Stilinski y Scott McCall bajaron de éste sonrientes.
June le dedicó una potente mirada de odio a Lydia, quien simplemente sonrió para guiñarle un ojo y sacudir su melena para luego acercarse a los chicos sonrientes.
—¡Chicos!—saludó sonriente para posteriormente dejar un beso en la mejilla de cada uno—Ya se estaban tardando—comentó frunciendo levemente su ceño durante unos segundos.
—Pero... ¡Trajimos comida!—se excusó Stiles mostrando la canasta que llevaba en su mano izquierda.
Aquel fue el momento más incomodo en la vida de June—y eso era decir bastante—: el momento en el que tuvo que depositar un beso en la mejilla de Stiles y este le dio uno mucho más largo de lo común; para peor, luego, cuando fue el turno de Scott, éste hizo lo mismo pero no se conformó con aquello sino también tuvo que morder la mejilla de la chica para luego sonreír divertido.
Lydia estaba conteniendo una carcajada.
De alguna forma, June logró que la tarde no sea un desastre, siendo que cada vez que alguno de los chicos intentara acercarse a ella de alguna forma, rápidamente encontrara la forma de mantener la distancia. No era tonta, notaba la clara confusión en ambos, sin embargo, lo único en que podía pensar en aquel entonces era en la forma en la que Lydia debía de estar luchando con todas sus fuerzas en todo momento para no reír.
En algún momento, ya con el sol empezando a ocultarse el horizonte, ambos adolescentes se alejaron un poco del picnic que habían montado en aquel lugar para empezar a practicar con sus palos de Lacroose.
Apenas en aquel momento June sintió el nudo en su estomago desaparecer para así permitirse llevarse un sandwich a la boca, sin embargo, cuando Scott se quitó su playero sin aviso previo alguno, cuando su atención volvió a concentrarse en lo que tenía en la mano, se encontró con que en ésta ya no había nada y que sus jeans ahora se encontraban llenos de pequeños trozos de lo que había sido aquel bocadillo. Frunció su ceño algo enojada consigo mismo por ser una estúpida adolescente hormonal y tomó otro, sin embargo, para su mala suerte, aparentemente Stiles también tuvo calor en aquel momento, por lo que la escena no hizo más que repetirse.
—Si continuas como lo estás haciendo, acabarás destruyéndola —Habló Lydia con seriedad luego de unos segundos mirando a aquel par entrenar en la distancia.
—¿A Beacon Hills? —Preguntó confusa la castaña al escuchar aquello, la de cabello rubio fresa negó para luego indicarle con la cabeza que mire al duo justo a tiempo para ver como aquellos dos empezaban una pequeña pelea en la que acababan riendo.
—A su amistad.
Y en aquel entonces, Stiles se lanzó a la espalda de Scott soltando risas mientras intentaba golpearlo y el moreno respondía de la misma forma cargándolo como una bolsa de patatas mientras soltaba carcajadas para posteriormente tirarse al suelo, acabando ambos rodando divertidos por aquella zona del parque.
June tragó saliva con dificultad.
No podía permitir aquello.
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Angel of destruction ↯ Teen Wolf
Fanfiction❝Ella temblaba por miedo a si misma con la intensidad con la que todo a su alrededor temblaba al mismo tiempo.❞ June creyó poder vivir sin problema alguno. Creyó ser lo suficientemente fuerte como para controlar a aquella bestia en su interior...