Ya lo sabía

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Sentí sus fuertes brazos sujetarme la cintura mientras sigilosamente y peligrosamente se acercó a mi oído y me susurró.

—hueles muy bien— dijo Ares con una voz ronca.
—gra-gracias—

Me sonrió y se hundió en mi cuello, pude sentir la punta de su nariz que rozaba contra mi piel, de arriba hacia abajo, lentamente y tan tentador.

Deseo que me bese el cuello, los labios, deseo que me posea ahora mismo en este instante.
Pero desgraciadamente la voz de mi hermano sonó como alarma, me separe de él bruscamente.

Y muy muy sonrojada... él en cambio se veía normal. Me miró por un instante analizándome y se fue a donde mi hermano.

Me asomé por curiosidad.

—oye y mi cerveza ?— dijo jake.
—no pude encontrar nada, ya que una gatita me hipnotizo— dijo entre risas Ares.

¡Que está diciendo? Mi hermano acto seguido lo miró raro.

—está bien amigo, yo sé que tú siempre has sido muy peculiar— le dijo mi hermano mientras esbozaba una sonrisa.

Se paro y fue directamente hacia La Cocina, así que yo me fui sigilosamente hacia mi habitación.

Casi no pude dormir, pensando en Ares... no me lo puedo creer todavía, él abrazándome, mirándome, sonriéndome.

Solté un suspiro( de amor) y me fui hacia la escuela puesto que ya eran las 6:30 de la mañana, mis padres todavía no habían llegado...

Que pillines, seguro estarán... iugh! Mejor ni lo pienso.

Me dispuse a desayunar, mi hermano bajo y me saludo con un beso en la frente.

—Que raro— dijo serio mirándome.
—Que?, por qué ?— dije nerviosa.
—Es muy raro que te hayas levantado sola— me dijo riéndose.

Yo solo asentí y le di una sonrisa. Uff menos mal que solo era eso. Ya me estaba asustando.

Que paranoica soy. Mi hermano me llevó al colegio.

Matemáticas, a primera hora. Esto es un asco.
Llego Leila con su hermosa melena rubia y su risueña sonrisa.

—Hana! Que tal? Me extrañaste?— me dijo entre risas.
—mi amor! No hay ni un solo segundo que no pare de pensar en ti!— le dije dramáticamente.
—pues qué pena cariño... por qué nos tendremos que separar— me dijo casi llorando.
—NO!!!!— le dije extendiéndole mi mano mientras se alejaba.

—Nessman! Ya deja tu drama y entra a mi clase, pero ¡YA!— me comentó mi profesor de matemáticas. Que por cierto no le caía muy bien.

—ya voy profe— le guiñe un ojo a Leila mientras ella se reía de mí y entre a esa aburrida clase.

Pasaron dos horas y todavía seguía el profe explicando algo que ni siquiera sabía que era.
Maldigo al que invento las matemáticas.

Ya era la hora del recreo. Fui al comedor y me encontré con leila sentada en donde siempre y con dos bandejas de comida.

— Esa es mi chica— le comenté.
—la única que tienes— dijo riéndose.

Estábamos hablando, quejándonos de todos, si, somos unas amargadas. Hasta que algo captó mi atención. Ahí estaba Ares. Tan Hermoso como siempre. Con unos jeans azules oscuros, y un hermoso polo negro.

Se sentó junto a mi hermano. Lo estaba observando cómo una estúpida hasta que apareció Kelly, la chica más popular del colegio la típica jefa de las animadoras del club de fútbol. Se sentó en el regazo de Ares y lo beso!, si, bueno lo está besando todavía.

Y lo peor es que me vio, si, mientras él se estaba besando con esa PUTA! Me está viendo y pude divisar una sonrisa burlona.

Leila también lo vio así que se giró automáticamente hacia mí y me miró con una cara de : Hana tranquila.

—Ya lo sabía— musité en un suspiro.
—el que ?— pregunto Leila confundida.
—que el nunca se va a enamorar de mi.—

Leila no dijo nada. Y Ares pues ahí estaba todavía besándose con Kelly... que Asco.

Intenté controlar mis lagrimas pero cuando me di cuenta ya se estaban derramando, como una cascada.

Leila me acompañó al baño y nos quedamos ahí hasta que ya me sentía mejor.

Quiere jugar? Pues juguemos, él lo dijo.
Nunca me va amar, dijo que me iba a destruir.
Vamos a ver quién destruye a quien.

ARESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora