Soy yo

335 11 1
                                    

— No pudo matar a su pequeña, desesperado fue ha acudir a la familia Nessman quien adoptaron a la niña como suya y él por supuesto se quedó a su lado aún sabiendo la verdad —

—No! Es mentira, no puede ser, y-yo soy Hana, no Sasha! — digo intentando convencerme a mí misma.

Ángel se acercó a mi, desató mis manos. Dirigí mi atención otra vez a Kaiet que se encontraba recostado en la silla de metal.

— Lo siento mi princesa pero es la verdad, yo lo vi — lo último lo dijo serio y con la mirada vacía.

— ¿Q-que viste ? — pregunte temblando.
— Como Ares apretaba el gatillo sin vacilar ni un solo momento —

¡No puedo respirar! Me siento mal, todo me da vueltas hasta que una voz aparece abriéndome los ojos.

— Soy yo — habla una niña en mi oreja izquierda.

Rápidamente me giro hacia la voz. Es ella, es Sasha.

— diles, diles que eres tú! Que yo no soy Sasha, soy Hana — comentó desesperada.

Ella sigue mirándome fijamente, me pone de los nervios así que optó por agarrarla de los hombros.

— ¡Háblales, piensan que yo soy Sasha Morrison, diles la verdad, estás muerta y por eso hablas conmigo, se están confundiendo de persona ! — le grite.

La infante me acarició la cara mientras que la suya cambiaba de forma volviéndose más madura, su cabello creció y su altura también. Convirtiéndose en MI reflejo.

Le quite la mano de mi cara asustada.

—¿Q-quien eres? —
— Soy yo y tú , soy Sasha y Hana —

— ¡NO! ¡Cállate! ¡Ahhhhh! — me tape los oídos, no quería seguir escuchándola, no es cierto, todo esto no es verdad.

— ¿Hana Estás bien, Con quien hablas? —

Fijo mi vista en Kaiet que me mira muy consternado. Me quite las manos de mis orejas y mire a mi alrededor buscando a la chica, pero no estaba, solo estábamos nosotros tres rodeados de oscuridad.

— Sasha ... déjame entrar, deja que te muestre lo que una vez olvidaste —

— no lo sé, no quiero recordar, por favor — las lágrimas empezaron a salir por sí solas.

— Tio, yo la veo muy mal, mejor dejemos esto aquí — habla Angel.
—No, esperemos un poco todavía se niega — le responde Kaiet.
— Pero solo mírala, está ... esta... ida. Ni siquiera nos mira y tiene una cara muy terrorífica, estaba hablando con otra persona, joder hasta toco como si hubiera alguien además de nosotros. — hablo asustado.

— Sasha... Sasha ... no puedes escapar de mi, solo dime que sí y volveremos a estar juntas. —

— Cállate  —

— Sasha —

—¡ Ya Cállate! — empecé a gritar no quiero seguir escuchándola me rehuso.

— Hana, shhh! Ya tranquila — las manos cálidas de Kaiet empezaron a hacer círculos en mi espalda.

Estoy cansada, tengo hambre, siento ganas de vomitar y sobre todo quiero irme de aquí. Pero sé que no me iré hasta que sepa la verdad, creo que ya fue suficiente de ser una ignorante.

— Muy bien Sasha, tranquila lo hemos amado, lo odiaremos y lo volveremos a amar es nuestro destino. —

Ella apareció delante de mi otra vez, pero esta deje que me tocara, junto su frente con la mía y poco a poco se fue fundiendo conmigo convirtiéndonos en uno, sentí que ya no me faltaba nada que estaba llena, completa.

Poco a poco fragmentos de mi infancia, amor, felicidad, mis primeros pasos, mi primera palabra, mi primer castigo, mi primer amor, Ares, sangre, muertes, golpe y después nada solo oscuridad.

— Por fin estamos juntas —
— Si —

Le quite la mano a Kaiet. Me levante y los encare.

— Ya recordé, así que me voy, Adiós —

Los dos chicos se quedaron con la boca abierta, sorprendidos. Salí de ese maloliente edificio abandonado, agarre un bus y me dirigí a su apartamento.

Después de 6 paradas, logre llegar, entre al lujoso edificio, marque el piso agarre mis llaves y abrí la puerta.

Él se encontraba estresado caminando de lado a lado gritando con el teléfono en la oreja.

—¡Llegue! — grité para así llamar su atención.

Ares giro hacia mi dirección y sus ojos se notaron aliviados.

— ¡Hana! ¿Donde coño te has metido? Casi me da un paro al corazón pen —
— No me llamo así — le dije interrumpiendolo.
— ¿que? Habla más alto odio cuando balbuceas —
— ¡He dicho que yo no me llamó así! — le dije furiosa.
— ¿Ah no? Entonces como? — dijo burlándose.
— Sasha, Sasha Morrison — hable muy seria.

Ahora su burlona sonrisa se transformó en una línea recta.

— ya lo sé todo, Ares. — dije dolida.
— Ha-Hana yo —
—¡Que no me llamo así! — grité

Él empezó a rascarse la cabeza abría la boca y la volvía a cerrar, hizo esa acción repetidas veces.

— ¿Acaso te comió la lengua Coco? —
—Lo siento — fue lo único que dijo.
—¿lo sientes? ¿Por qué? Por haberme mentido toda mi puta vida? O por haber matado a mis padres? — mis palabras fueron como veneno ya que Ares ahora se encuentra de rodillas con la cabeza agachada.

Fui hacia mi habitación, agarre mi maleta y empecé a llenarla de ropa.
Acabe de empacar, me dirijo al salón y él todavía está de la misma manera.

Levanta la cabeza, me mira y después dirige su mirada a mi equipaje.

— No, por favor Sasha, lo siento enserio lo lamento no fue mi culpa, y-yo no sabía que eran ellos — hablo suplicándome.

No! No puedo caer ante él, no quiero esto para mí! Que me traten como una mierda, amar a un hombre que sabes que nunca va a sentir nada por ti.

— Lo lamentó, esto no es por lo de mis padres, es por mi — cargo a coco y me dirijo a la salida.

— Sasha, te amo, lo hago, siempre lo he echo lo eres todo para mí, siempre te he protegido, te he escondido de mi padre, lo siento si? Cambiare! Seré un mejor hombre para ti! Ya no  matare gente, pero por favor no te vayas... no me dejes solo, eres lo único que tengo —

Podía escuchar sus lagrimas cómo caían en la fría madera pero si me giro habré perdido y volvería a él otra vez, le creo si lo hago pero hay algo en mi interior que me dice que me vaya que yo he sufrido suficiente con todo esto que necesito otro ambiente... y esa parte le ha ganado a mi amor por él.

Agarro el pomo frío de la puerta, la abro y salgo de allí tan rápido como puedo para así no flaquear.

— ¿Hana? Que pasa? Son la 1 de la mañana tía, tiene que ser muy importante no? —
— Leila, necesito que agarres tu pasaporte un poco de ropa y todo el dinero que tengas, por qué nos vamos de aquí — le digo llorando.
— En 5 minutos estoy ahí  —

ARESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora